Se llama Jesús Crespo, tiene 32 años, y es militante de base del PP en la ciudad de València desde hace más de quince años. Se presenta a sí mismo como aspirante «sin mochilas y sin padrino», aunque está vinculado al expresidente de Nuevas Generaciones, José Luis Bayo. Trabajó con él en la organización juvenil hace más de una década y también lo acompañó cuando este intentó sin éxito disputar la presidencia a Isabel Bonig e incluso, llegar a la cúpula nacional, en el congreso extraordinario de la sucesión de Rajoy.
Pese a que sus opciones son nulas como alternativa a Maria José Català intenta llegar al congreso del 10 de julio, el primero de los cónclaves que celebrarán los populares, según la hoja de ruta que ha marcado Génova y que incluye haber señalado como presidenciable a la diputada y portavoz del Ayuntamiento de València.
Afirma no tener a nadie detrás, aunque cuenta también con el respaldo y la ayuda del exalcalde de Paterna, Lorenzo Agustí, quien se alejó de la política tras sus problemas con la justicia y quien hace unos meses anunció su vuelta al PP para ayudar a «centrar» el partido. Agustí fue en su día junto a Català (entonces alcaldesa de Torrent) una de las jóvenes promesas del PP.
A priori, Crespo tendrá dificultades para reunir los 45 avales válidos que son necesarios para optar a ser precandidato al congreso local, aunque mantiene que ya tiene la documentación y que, pese al escaso margen de tiempo, cumplirá este requisito. El plazo para presentar candidaturas se abrió ayer y finaliza el lunes, día 15. Para Crespo ha llegado el momento de que el PP «recupere peso político y de retomar la posición de centro».
Según este aspirante, es necesario regresar a las bases para recuperar al votante y poder volver a gobernar. Su objetivo, indica, devolver la vida a los distritos, que, asegura, constituyen un «hervidero de ideas» y es la base para presentar un proyecto que permita recuperar la alcaldía.
