De alcalde de un pueblo de mil habitantes al asalto a la presidencia del PP de la provincia de València. ¿Siente vértigo?
No, no tengo vértigo, ni siquiera me ha dado tiempo a pensarlo. Me presento para presidente, pero no hay que olvidar que la idiosincrasia de esta provincia es que, aunque obviamente tenemos capitales importantes, la mayor parte de la tipología son municipios pequeños y es ahí es donde puedo aportar mi granito de arena. Al final, de lo que se trata es de unir sensibilidades, hacer un equipo potente. Más allá de este congreso, lo importante es salir más unidos y recuperar la confianza de quienes nos votaron y dejaron de hacerlo.
¿Quién es Vicent Mompó? ¿Qué puede aportar?
Políticamente, es alcalde de Gabarda desde 2011 y miembro de la gestora provincial y comarcal. En lo personal, soy licenciado en Física y Deporte, tengo 39 años y estoy casado y con dos hijos. Puedo aportar mi juventud, la experiencia en el partido, tanto en la alcaldía como en tareas de base. Se dan las circunstancias para dar el paso y tratar de aglutinar a todas las sensibilidades.
Aspira a dirigir un partido que lleva años con dirección interina y que ha vivido batallas internas. ¿Cómo conseguirá pacificarlo?
Para lograr la paz, todos tenemos que ceder. Esto no es una cuadrilla de amigos de un pueblo pequeño, engloba a mucha gente y esa gente debe ser capaz de ceder y entender que la suma de todos es lo que enriquece nuestro proyecto y nos da una opción real para recuperar la confianza. Los votantes no quieren un proyecto personalista o de alguien que solo se preocupe de un sector.
Génova, con el visto bueno del PPCV, lo ha señalado como candidato, ¿no es la estocada a las primarias?
No, bajo ningún concepto. Este es el partido de las personas y una demostración es que un perfil como el mío, viniendo de un pueblo pequeño, tenga la opción de estar en la diputación y en la gestora y poder ser candidato. Si la cosa es que Génova viene y escoge un candidato, seguramente hubiera escogido otro perfil. Nuestros dirigentes son personas y tienen derecho a decir quien les gusta más, desde el respeto a la democracia interna. Pero, insisto, lo importante es que pasado el proceso congresual, todos tengamos como horizonte 2023.
En su tarjeta de presentación, no ha incluido que es amigo de Vicente Betoret. ¿Le molesta la etiqueta?
No me molesta, es una realidad que tengo muy buena relación con Betoret, me molesta que lo vean como negativo. Y es que también tengo muy buena relación con Isabel Bonig. Estoy en la ejecutiva porque me eligió. He sido coordinador en la última campaña con Fernando de Rosa y Modesto Crespo. Entiendo que hay que vender periódicos y que nosotros mismos alentamos estas disputas, pero forma parte del proceso. Es lícito que todos queramos ser presidentes de este gran partido. Y las etiquetas están para quitarlas y en el PP no dejamos de ser una familia, que discute todos los días, pero que nos llevamos bien. Lo importante es que quien pierda sepa digerir la derrota. Lo que el PP lleva muy mal es estar en la oposición, el PP es un partido que necesita la gestión.
¿Cómo será su equipo que presentará para acompañarle en la dirección?
La filosofía es intentar representar a toda la provincia, no sólo decirlo, hacerlo. Quiero demostrar que quiero contar con todos. Es complicado porque hay que escoger 22 vocales, no podemos ser todos, pero hablaremos con todos para que se sientan representados política y territorialmente.
¿Asumirá la portavocía de la diputación si gana?
No tengo por qué ser el portavoz, aunque podría serlo. En su momento, se optó por Adsuara. Se hará lo mismo, hablaré con él y si quiere seguir lo hablaremos. Se decidirá libremente.
¿Si gana qué será lo primero que hará?
Si el escenario es que nos presentamos varios candidatos, lo primero que haré es hablar con ellos, hacerles ver que soy una persona deportista y que una vez acabado el juego, somos compañeros. Ver lo que nos une, limar asperezas y no perder un segundo en lanzar una imagen de unidad. Yo peleé cada voto en mi pueblo y para ser diputado provincial, cada concejal. Los que quieran estar conmigo tienen que estar preparados, ponerse deportivas o zapatos cómodos y salir a hacer kilómetros.
¿Ve a Isabel Bonig presidenciable de nuevo en 2023?
Esa es otra pregunta con morbo. No sé qué decidirá. Yo la veo como mi presidenta y a mí políticamente me ha ido muy bien con Isabel como presidenta. Creo que no podemos responsabilizarla de la situación del partido, le ha tocado vivir un difícil etapa. Es una mujer que siempre da la cara y coge el teléfono y no solo ahora, también lo hacía cuando era un simple concejal. Si quiere seguir adelante, contará con todos, se lo ha merecido y es de las que lleva zapato cómodo.
