Desde esta noche todos los bares, restaurantes, discotecas o pubs de València ciudad tendrán que cerrar a la 1.30 horas de la madrugada, además de garantizar en las terrazas una separación de metro y medio, no entre mesas sino de persona a persona de los diferentes grupos que serán, como máximo, de 10 personas. Son parte de las nuevas restricciones impuestas por la Conselleria de Sanidad desde hoy y durante, al menos, 14 días, para intentar frenar el galopante ascenso de casos de coronavirus en la capital: 941 desde principios de agosto.

Es, en definitiva, un paso atrás en un sector en concreto para no tener que volver a un confinamiento generalizado. Las restricciones se adoptan después de que, como reconociera ayer la consellera de Sanidad, Ana Barceló, la trazabilidad en València, es decir, saber dónde se había contagiado una persona, se hubiera perdido «en algunos casos» por lo que habría ya parcelas de transmisión comunitaria.

La restauración y el ocio nocturno son, en la resolución anunciada ayer por Barceló, los más perjudicados ya que desde hace semanas están en el ojo del huracán por ser los lugares donde más nuevos brotes y contagios se están produciendo: ya no solo en el ocio nocturno de discoteca entre los más jóvenes sino también en ese ámbito social de las quedadas con amigos en las terrazas de los bares en las que se relajan las medidas de prevención.

La consellera echó mano de las últimas cifras de contagios y de brotes para justificar unas restricciones que a ciencia cierta no van a ser bien recibidas por los hosteleros que deben volver a sacar el metro para colocar sus terrazas y pierden parte del negocio. Para algunas discotecas, de hecho, van a suponer que no puedan ni abrir la persiana.

Contagios multiplicados por 15

Sanidad se escuda en las cifras, y no son buenas. En lo que llevamos de agosto, se han detectado 2.977 nuevos positivos de coronavirus por prueba PCR. Barceló recordó que en las mismas fechas de junio (aún en confinamiento parcial) fueron 180 y en el mismo periodo de julio, ya en la nueva normalidad y con aforos al 75 % y bares y locales abiertos, de 168 casos. «El número de casos se ha multiplicado por 15%». «Los datos son suficientemente elocuentes», apuntó la consellera Barceló.

De ellos, una parte corresponde a brotes que implican a al menos tres personas y que se están registrando de forma mayoritaria tanto en el ámbito de reuniones familiares y de amigos como en el del ocio nocturno. Ahí, València capital tiene el récord: de los 180 brotes detectados hasta ahora en toda la Comunitat Valenciana desde el fin del confinamiento, el 35 % se han dado en la capital del Túria, y el 78,7 % en la provincia, mientras que solo el 2,8 % corresponde a la provincia de Castelló, con una situación mucho más contenida.

Entre los 18 nuevos brotes detectados ayer se volvió a cumplir esta tendencia: la mitad se registraron en València ciudad.

941 positivos en 14 días

Barceló puso el ejemplo de los brotes aunque, realmente, el alcance de contagios de estas agrupaciones de casos es parcial. De los 17 o 18 brotes que se detectan cada día, suele haber relacionados unas 80 personas, 82 en los de ayer, pero el número de positivos diarios es siempre tres veces más alto.

La dimensión real de cuál es la situación en València ciudad hay que mirarla estudiando el total de casos. Desde el pasado día 6 al 10 de agosto se registraron en toda la Comunitat Valenciana 956 positivos por PCR, y 425 eran de la capital que suma 941 nuevos contagios ella sola en los últimos 14 días.

Si ampliamos el foco a su área metropolitana, son el 60 % de los nuevos contagios de esos cuatro días. Por ahora las restricciones solo se aplican a la ciudad de València pero Barceló no descartó que pudieran ampliarse a otros territorios «ciudades o provincias o a diferentes ámbitos en los próximos días si fuera necesario».

La dificultad del ámbito privado

Las terrazas y los locales de ocio nocturno van a ser los más perjudicados aunque la resolución de la Conselleria de Sanidad ha querido ir un paso más allá y llegar a más áreas: por ejemplo en los hoteles bajan también al 60 % su aforo en zonas comunes, así como en actos culturales al aire libre donde será obligatoria la mascarilla aunque haya distancia de seguridad.

El otro ámbito «peliagudo» y donde más caldo de cultivo está encontrando el coronavirus es el privado. Las reuniones de familia y de amigos están siendo el principal foco de contagio tanto que el 60 % de los 180 brotes son de origen social, muy por encima del 14,6 % que se adjudican al ocio nocturno. Sanidad ha querido llegar también ahí dictando que en el ámbito privado las reuniones podrán ser como máximo de 15 personas ya sea con amigos o con familia aunque esta restricción va a ser más difícil de controlar y de llevar a cabo.

Este es el motivo de que ayer, una vez más, la consellera apelara a la responsabilidad personal «para seguir manteniendo las medidas de prevención, la mascarilla, la distancia, el lavado de manos... Pido que la ciudadanía sea más consciente de que hay personal que está velando por su salud», aseguró, al tiempo que hizo un reconocimiento público del trabajo que están haciendo desde la Atención Primaria y Salud Pública, así como la de los rastreadores «que ya son 1.210», 593 en la provincia de Valencia, 422 en la de Alicante y 195 en la de Castelló.

Pero, además, el botellón o consumo colectivo en espacio público queda declarado como «situación de insalubridad y no estará permitido», aseveró.