La Comunitat Valenciana volvió a situarse un año más como la autonomía peor financiada de España tras la liquidación del sistema de financiación, un modelo de reparto del dinero que lleva caducado desde enero de 2014 y que vuelve a demostrar su agotamiento ya que agranda las diferencias entre autonomías. Todas tienen mejores datos de financiación por habitante que la Comunitat Valenciana (como recoge el gráfico). Para los valencianos el modelo de financiación hace ya lustros que se convirtió en un lastre.
El estudio de la fundación Fedea analiza el reparto del dinero proveniente del sistema de financiación del ejercicio 2018 (el más reciente porque el modelo se liquida a los dos años) e incorpora además un dato también negativo para los intereses de la Comunitat. La situación valenciana empeoró en 2018 porque lejos de acercarse a la media del conjunto de las autonomías, la brecha se agrandó. Los valencianos recibieron una financiación a población ajustada (incluye más variables que la población real) de 2.524 euros por habitante y se situaron a 203 euros de la media (2.727) mientras que hace solo un año esa distancia era de 198 euros por habitante.
Llama la atención que el año 2018 es el inmediatamente posterior a la manifestación celebrada en València en noviembre de 2017 que exigió una financiación justa y la reforma del modelo. 2018 es también el año de la llegada a la presidencia del Gobierno de Pedro Sánchez que en junio de ese año derribó al Gobierno de Rajoy con una moción de censura.
Reinvidicaciones en saco roto
Cuando el Botànic comenzó a gobernar en 2015, la diferencia de la Comunitat Valenciana respecto a la media española era de 204 euros por habitante (2.382 frente a los 2.178 de la Comunitat Valenciana) mientras que en el estudio conocido estos días la diferencia es de 203 euros, lo que evidencia que todas las reclamaciones del Consell en estos años han caído en saco roto. Hace unos días, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aseguraba que era absolutamente irrenunciable abordar la reforma del modelo este otoño. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió el pasado 25 de junio en una comparecencia en el Congreso a presentar en el mes de noviembre el «esqueleto» del nuevo modelo de financiación autonómica.
El estudio de Fedea es especialmente relevante porque los datos que se aportan en el documento calculan la financiación definitiva a competencias homogéneas e igual esfuerzo fiscal, de forma que se introducen algunos ajustes a las cifras oficiales del Ministerio de Hacienda con el fin de hacerlas más comparables entre autonomías. La comparación no deja lugar a dudas. La Comunitat Valenciana es la peor financiada y está a 676 euros por habitante de la comunidad mejor tratada del sistema de régimen común, Cantabria, ya que en el estudio quedan excluidas las autonomías de régimen foral, Navarra y País Vasco que se benefician de un modelo distinto que les permite negociar directamente con el Estado.
Los ingresos de las comunidades autónomas bajo el actual sistema de financiación provienen de la recaudación de los tributos cedidos total o parcialmente por el Estado y de sus participaciones en una serie de fondos que canalizan transferencias estatales hacia los gobiernos autonómicos y redistribuyen recursos entre ellos. El modelo lleva seis años caducado. La liquidación de 2018 se realiza y se paga en 2020, que es cuando se dispone de toda la información para hacer los cálculos. Es importante distinguir, por tanto, entre la financiación definitiva de cada autonomía y los ingresos reales que percibe, de ahí el valor del estudio.
