El encuentro entre Puig y el ministro Escrivá duró apenas media hora, aunque dio pie a abordar temas de enjundia como el ingreso vital o la prolongación de los ERTE. Antes de la cita en el Palau, el ministro visitó la sede del Instituto de la Seguridad Social en València, para, según dijo, agradecer el trabajo del personal que está tramitando los pagos. Eso sí, no hubo reunión ni saludo con la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, pese a que esta tenía ayer agenda de trabajo y disposición a verse con el ministro.
La «expectante» Oltra, según tuiteó ayer ante el anuncio de Puig y Escrivà, se vio con el ministro en julio en una cita para acercar posiciones después del desencuentro a cuenta de la cogestión del ingreso vital. Desde Igualdad se afeó en su día al ministerio la falta de un diálogo previo para evitar problemas a la hora de implementar la renta vital y en varias ocasiones Oltra se quejó por la falta de un trabajo de cooperación que, creen, habría evitado los problemas actuales.
De hecho, ayer la vicepresidenta recordó que en mayo ya había avisado del colapso: «Aventuramos que esto podía pasar», indicó a los medios. Oltra recordó que son las comunidades quienes tienen las competencias en servicios sociales y las que mejor conocen esta realidad y que por ello ya solicitó en mayo al ministerio que, tras marcar los mínimos de la regulación, transfiera los fondos a la Generalitat gestionarla y la compatibilizara con la renta valenciana de inclusión. «Se decidió optar por otra vía y se está encontramos con dificultades que advertimos».
Oltra ha reclamado ayuda económica al Gobierno para reforzar la plantilla de servicios sociales, para colaborar en la gestión de la nueva renta vital. El ministro mantuvo su disposición a reforzar la plantilla de los ayuntamientos.
