Un total de 33.346 personas se han inscrito en las Pruebas Unificadas de Certificación (PUC) que, de forma general, empiezan hoy en las escuelas oficiales de idiomas (EOI) de toda la Comunitat Valenciana.
El primer examen escrito es el correspondiente al nivel B2 de Inglés, la prueba más numerosa, según destaca la Conselleria de Educación, ya que a ella se han inscrito 7.432 aspirantes, por lo que es el examen que más aularios ocupará (en el cap i casal, algunos de ellos en la Universitat de València).
Según el protocolo que han desarrollado los departamentos de Educación y Sanidad y el dispositivo que ayer ultimaron Rubén Trenzano, secretario autonómico de Política Lingüística y José María Ángel, responsable de Seguridad y Emergencias, la mascarilla es obligatoria y la Policía Local y Protección Civil podrá controlar los accesos para evitar aglomeraciones. Asimismo, la Conselleria de Educación confirmó ayer que hará controles de temperatura. Rubén Trenzano destacó que la coordinación a tres bandas «entre Educación, Sanidad y Emergencias tiene como objetivo garantizar ninguna de las personas que participan en las pruebas, tanto alumnado como profesorado, corra ningún riesgo».
Primeras certificaciones
A pesar de que oficialmente las PUC empiezan hoy, la histórica EOI de València-Saïdia ayer por la tarde ya citó a los primeros candidatos de pruebas orales, en concreto de Chino B1 y Francés B1. Solo esta EOI -la mayor de la Comunitat Valenciana y de España, según apuntan desde el centro- examinará a unos 5.000 estudiantes de 13 idiomas distintos. Su directora, Norma Ribelles, apunta que han tenido que habilitar más aulas y que han cambiado algunas instrucciones. Por ejemplo, el alumnado de las pruebas orales deberá presentarse justo a la hora indicada y esperar en la calle a ser llamado.
Así, este protocolo ya se siguió ayer, con un lento goteo de aspirantes que esperaban en la puerta hasta que los profesores les indicaron que podían entrar, se desinfectaban las manos y subían al aula correspondiente.
Los aspirantes preguntados por Levante-EMV consideraban que el protocolo era adecuado y similar al de otros espacios públicos. Álex y Carlos, que esperaban su turno, apuntaban que el aplazamiento de las pruebas les había dado más tiempo para estudiar.
Por otro lado, estudiantes que habían estado matriculadas durante el curso pasado, como María Dolores y Susana, lamentaron que las clases online no les permitieron practicar la lengua con fluidez y preparar los exámenes lo suficiente.
