Una agente de Policía fuera de servicio pudo contemplar el presunto crimen de un hombre de 69 años a manos de la conocida como ‘viuda negra’ de Alicante en agosto de 2018 e intervino: «Lo vi de lejos, me acerqué corriendo y ella se abalanzó sobre la víctima. Luego decía que era un borracho y que habían sido dos negros».

La testigo declaró ayer en el juicio que se sigue desde el lunes ante un jurado popular en la Audiencia Provincial de Alicante en el que hay dos acusados: Conchi, la ‘viuda negra’, que se enfrenta a 30 años de cárcel acusada de matar a su pareja a los 15 días de la boda tras fingir una discapacidad, y su cuidador, para quien se reclaman 28 años.

La acusada se presentó ante el jurado como una persona enferma que necesitaba silla de ruedas y que el día del suceso vio a su pareja tendido en el suelo mientras alguien se marchaba en un coche. Una identidad que no pudo reconocer, según dijo.

Sin embargo, esta jornada su versión se ha visto desdibujada con la declaración de una agente de Policía que presenció los hechos cuando estaba fuera de servicio: «Estaba paseando por allí y oí a una persona chillando mientras otra impactaba su mano contra su cuerpo. Se fue hacia atrás y se cayó. Al lado había una mujer, de pie, que también se abalanzó».

En ese momento, alertó a sus compañeros y fue corriendo hacia la escena del crimen. Una vez allí, cogió al hombre -el acusado-, lo apartó y le dijo, tras ver a la víctima: «Lo habéis matado». Llevaba un destornillador en la mano. Seguidamente apartó también a la mujer: «La tuve que agarrar porque no se quitaba de encima del hombre».

La mujer, entonces, empezó a decirle que el hombre «era un borracho y que le habían dado una paliza dos negros». Los trasladó al centro del aparcamiento en el que se encontraban, en la Playa de la Albufereta, y el acusado le comentó que tenía un cáncer terminal.

«Y ella no paraba de decirme que le dolía la espalda, que llevaba silla de ruedas. Pero estaba de pie en todo momento», explicó. Asimismo apuntó que el acusado «intentó lavarse las manos con una garrafa».

Cuando llegaron sus compañeros, esposaron a la pareja. «Ella insistía en que dos negros lo habían matado, en que era un borracho y en que ya sabía que le iban a dar una paliza», pero lo cierto es que, según su versión, en el lugar del suceso no vio a nadie más. «Ni tampoco nadie pidió ayuda», apostilló.

En la jornada de ayer también declararon los tres hijos de la víctima. Uno de ellos, al que según la acusada se refirió la víctima antes de morir diciendo que ‘le había clavado en el corazón’, aseguró que tenía muy buena relación con su padre y esa noche estaba en una cafetería. Ha afirmado que desconocía que se hubiera casado con Conchi y ha lanzado un mensaje: «Quiero que se haga justicia y paguen estos miserables».