La secretaria autonómica de Eficiencia Sanitaria, Concha Andrés, acudió ayer a las Corts con dos noticias bajo el brazo. La buena es que la lista de espera quirúrgica se redujo en septiembre por primera vez después de medio año de incrementos sostenidos como consecuencia de la pandemia. La mala es que esa buena trayectoria descendente tiene los días contados en la Comunitat Valenciana. ¿La razón? El aumento de ingresos hospitalarios relacionados con el agravamiento de la pandemia de nuevo está obligando a suspender y a reducir intervenciones no urgentes en los hospitales.

Andrés admitió que la probabilidad de sufrir un nuevo «parón» en la hoja de trabajo de la conselleria es alta. La crisis sanitaria disparó el tiempo de espera medio para operarse de patologías no urgentes hasta alcanzar el récord de 157 días de media en el mes de agosto. Las decisiones adoptadas por Sanidad para paliar el colapso, con la recuperación del autoconcierto y las derivaciones a la privada como principales medidas, comenzaron a surtir efecto el mes pasado, que se cerró con un acortamiento de seis días respecto a agosto en el tiempo de espera medio, situado en el último balance en 151 días. En cifras globales, el número de valencianos que aguardan a ser operados de una intervención no urgente se ha reducido en 562 (un 0,9 %), hasta los 61.127.

Pero el escenario ha cambiado y pone en peligro la posibilidad de seguir profundizando en esa recuperación: más del 30 % de los pacientes de las UCI valencianas ya son enfermos de covid, lo que implica que no podrá mantenerse el nivel de actividad quirúrgica previsto. «Llevábamos una buena trayectoria, pero algunos hospitales ya están teniendo que desprogramar intervenciones», reconoció la secretaria autonómica.

Gráfico sobre la lista de espera.

La franja de pacientes que llevaban más de 180 días esperando a ser operados es la más numerosa y la que más se redujo en septiembre: de 33.077 a 31.408 personas, un 5 % menos. En el tramo de quienes llevan esperando de 0 a 90 días también se contabiliza un descenso del 4,3 % (22.869 pacientes), mientras que aumentaron un 2,4 % los atrapados en una demora de 91 a 180 días. En la primera quincena de octubre, la conselleria prácticamente ha duplicado las intervenciones quirúrgicas por las tardes y los fines de semana (el llamado autoconcierto). El 48 % de los operados por esta vía llevaban esperando más de seis meses y ahora ya solo quedan pacientes de prioridad baja en esta situación. Además, entre junio y agosto se incorporaron 35.000 nuevas personas a la lista de espera y en septiembre, otras 12.840.

En el marco del plan de choque para derivar a pacientes a la privada, la conselleria seleccionó en el primer trimestre del año a 8.564 personas, en el segundo a 7.992, y en el tercero a 6.628 personas. De todas ellas, 16.009 pacientes (el 69 %) aceptaron operarse en clínicas privadas. El año pasado fueron 14.980, un 7 % menos.

Menos espera para las cataratas

El 70 % de los pacientes de la lista de espera quirúrgica pertenecen a cuatro especialidades, en su mayoría vinculadas a traumatología y a la enfermedad de cataratas. El tiempo de espera para esta última intervención se ha reducido de 114 a 101 días, mientras que la demora para operarse de una hernia ha pasado de 109 a 104 días. En cambio, para una prótesis de rodilla aún hay que esperar 157 días, cuatro días más que en agosto.

Sanidad ordena parar las cirugías no urgentes

 Buena parte de la culpa del frenazo y más que posible repunte de la lista de espera en los próximos meses la tiene una de las decisiones que la Conselleria de Sanidad ha decidido tomar de forma extraordinaria por culpa del aumento de la presión hospitalaria por la covid-19: retrasar todas las intervenciones que no sean urgentes. Es la orden que se ha trasladado a todos los hospitales valencianos. Algunos, que ya estaban notando la falta de camas como el Clínico o Sagunt, habían tomado ya la decisión ‘motu proprio’ pero ahora la orden se ha dado para todos los centros, según confirmaron ayer fuentes de la conselleria. Se busca asegurar tener camas suficientes ya sea en planta o en la UCI. Eso sí, las operaciones que sean urgentes o en pacientes con cáncer, se mantienen y todas aquellas que ya tuvieran fecha se van a hacer, aunque no se va a programar ninguna nueva que no sea urgente y que necesite que el paciente ingrese. Esto supone que pocas cirugías de la lista de espera puedan seguir haciéndose a ritmo normal, a excepción de algunas en las que el paciente solo pasa por el hospital de día como la de cataratas, la más demandada de la lista de espera. Victoria Salinas valència