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La Europa desconocida de los (casi) mil millones

Acciones como las becas del Ivace o la compra de material sanitario llevan el sello de la UE

La FP y el fomento de empleo juvenil son dos de los programas con más fondos europeos. | LEVANTE-EMV

A la Unión Europea le pasa lo mismo que al carburador del coche: se conoce que es importante, pero la mayoría no se sabe muy bien qué es ni qué hace. Es fácil que el lector sitúe los fondos de recuperación de la covid en el ámbito de la UE, pero que adopte la cara de desconcierto cuando se le pregunte por todo lo que ha hecho Bruselas por su vida en los últimos años, más allá de banalidades genéricas en torno a ideas como libertad, estabilidad económica o poder viajar con el DNI.

Feder, FSE o Poej son siglas ante las que encogerse de hombros aunque supongan actualmente casi mil millones de euros para las arcas valencianas. Toman un rostro más conocido si se traducen como becas al extranjero del Ivace, contrataciones de un año para jóvenes en los ayuntamientos, compra de material sanitario, mejora de la eficiencia energética en edificios públicos o avance de la administración online.

Las siglas realmente responden a programas de la UE como son el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), el Fondo Social Europeo (FSE) o el Programa Operativo de Empleo Juvenil (Poej), una mano invisible de la UE que tiene su parte tangible en las 89 actuaciones de hasta 987 millones que actualmente gestiona la Generalitat. La mayoría se engloban en el periodo de programación 2014-2020 y se han ido desarrollando a lo largo de los últimos ejercicios y su ejecución puede extenderse hasta final de 2023.

El objetivo del Consell, indican, es que Europa no quede tan lejos ni sea tan etérea, sino que tenga un impacto real. De hecho, el director general de Fondos Europeos, Andreu Iranzo, admite que «gran parte de las políticas sociales y de impulso de nuestra economía a través de los conocidos como Fondos Estructurales y de Inversión Europeos».

Así, la secretaria autonómica de Modelo Económico, María José Mira, destaca la «importancia que desde la Generalitat se le dan a estos recursos» que, según explica, se han ido consolidando a partir de 2015. Por ello, valora que se ha pasado «de tener que devolver dinero en ejercicios como 2014 a ser una de las regiones ejemplo en la certificación y alto grado de ejecución de programas como el de Empleo Juvenil».

Los planes para fomentar la entrada en el mercado laboral de los menores de 30 años han supuesto 232 millones de euros en los últimos cuatro ejercicios. La juventud es uno de los sectores de la población a los que más ayudas europeas van encaminadas, más allá del Erasmus y Erasmus +, como la mejora de la Formación Profesional para la que han llegado 117 millones o los 35 millones para mejora de educación y empleo de personas en riesgo de exclusión.

Las siglas continúan con programas que se hacen de carne y hueso como el FEMP (destinado a la pesca y el ámbito marítimo) del que se reciben 39 millones para pescadores, el Feaga del que llegan 150 millones para agricultores y promoción de mercados locales o 204 millones del Feader de lucha contra despoblación y reforestación de ámbitos rurales.

Cambio con la pandemia

La pandemia ha dado un vuelco a esta mano de la Unión invisible, antes incluso de la aprobación de los 750.000 millones que regarán Europa. Primero, porque muchos de los programas en lugar de ser cofinanciados entre administraciones serán asumidos de manera íntegra por Bruselas. También porque han cambiado las prioridades. De los 590 millones de los Feder, 314 se han reorientado para ir destinados a proyectos sanitarios contra el virus.

La línea que tiene un mayor volumen, 269 millones, está compuesta por diversas actuaciones orientadas a reforzar las capacidades de respuesta a la crisis de salud pública. En esta se contemplan acciones de diverso tipo como obras, servicios y compra de equipamientos y material sanitario así como gastos de personal de primera línea. A esta se suman 30 millones para mejorar los sistemas de información a los pacientes. Y todo sin ser vistos, como si fuera un anticuerpo.

Nueve actuaciones, con sello de «buenas prácticas»

No todo es que llegue dinero. Igual que con la recepción de las vacunas, el objetivo no es exclusivamente tenerlo sino saber aplicarlo. Es por ello que desde el Consell presumen que, hasta la fecha, hay nueve actuaciones puestas en marcha con dinero europeo que desde Bruselas han destacado por su correcta ejecución y contenido bajo el sello de «Buenas Prácticas».

Según explican desde la Conselleria de Hacienda, esta marca por parte de Europa tiene como objetivo «poner de manifiesto las mejores actuaciones cofinanciadas a través de los fondos europeos de la política regional». En la Comunitat Valenciana hay nueve programas que cuentan con este sello de temática muy diferente.

Una de ellas tiene un epígrafe muy actual sobre el fortalecimiento de las infraestructuras y equipamientos para la investigación en enfermedades infecciones y epidemias emergencias. En una misma línea sanitaria, desde la UE valoran el desarrollo de la app GVA+ Salut que permite pedir cita en el médico y consultar recetas y respecto a las tecnologías.

Uno de los aspectos que se ha estado incidiendo desde los 27 es el cambio climático. Así se demuestra con la valoración del itinerario para ciclistas y peatones alrededor del Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca, el proyecto piloto de repoblación en la Sierra de Mariola en el término municipal de Agres y los lavajos de Sinarcas que suponen la mejora del estado de conservación de hábitats de interés comunitario Red Natura 2000.

En este sentido también han destacado las obras de ampliación y modernización de la estación depuradora de las aguas residuales en Bétera y la electrificación de la Línea 9 de FGV que conecta Altea con Benidorm por tram.

Además, tal y como se ven en los proyectos valorados, la UE incide sobremanera en la adecuación tecnológica y digital como es el equipamiento en TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) en los centros de educación especial y el proyecto Childbiopack del Ivace de ayudas a institutos tecnológicos valencianos.

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