La explosión de contagios de coronavirus en la C. Valenciana a causa de las navidades y la consecuente escalada de ingresos covid-19 (ahora son cuatro veces más que hace solo un mes) está poniendo al límite la capacidad de la sanidad pública pero también de la privada. Así, en los últimos dos meses y medio son al menos 503 los pacientes (y subiendo) que han tenido que ser derivados a centros privados ante la falta de camas y de manos en los hospitales públicos, un flujo sostenido de derivaciones que también está poniendo a prueba las capacidades de los grandes centros privados de la C. Valenciana.

No todos han querido ofrecer datos concretos de su situación pero sí han reconocido a este diario que sus niveles de ocupación son «muy altos», de en torno al 80 % de ocupación de camas y cada día con menos espacio para asumir a los casos más críticos de coronavirus en camas UCI, uno de los recursos que más preocupan.

  • ÚLTIMA HORA | Coronavirus y restricciones en Valencia

    Últimas noticias sobre las nuevas medidas, el confinamiento, el toque de queda y todos los demás datos de la Covid-19: casos, brotes, muertes y situación de los hospitales

Así, desde hospitales IMED no quisieron aportar datos concretos sobre la situación de su centro de Burjassot —que en la primera ola acogió buena parte de las derivaciones de los hospitales de la ciudad de València— pero sí apuntaron que su nivel de ocupación estaba en niveles «muy altos». Lo mismo sucede con otro de los grandes hospitales privados de València. En Vithas 9 d’Octubre y con cifras del pasado lunes, se encuentran a una ocupación del 76 % ya que solo quedan «61 camas de las 281» que tienen funcionantes. De las 215 ocupadas, al menos un tercio es por pacientes derivados de hospitales públicos.

Lo mismo pasa en el hospital Vithas Virgen del Consuelo, con mucha menos capacidad. Están al 80 %, y una cuarta parte de las camas ocupadas son pacientes derivados que no tenían hueco en los hospitales públicos, que están concentrando todos los casos de covid. Allí ya no tienen camas UCI disponibles y en el 9 d’Octubre apenas quedaban cinco.

En la fundación privada IVO, donde Sanidad ordenó derivar a todos los pacientes de cáncer que necesitaran alguna intervención, han recibido ya a 200 pacientes de la pública solo en los últimos quince días. Desde el centro aseguran que tienen aún capacidad para seguir colaborando y voluntad, algo que también transmiten desde el resto de centros.

El problema es cuánto podrán aguantar también los hospitales privados ya que, al igual que los públicos, sin un confinamiento domiciliario como el de marzo y abril, no están bajando los niveles de urgencias graves como accidentes de trabajo o de tráfico que supusieron un alivio para los profesionales de Urgencias, los quirófanos y las UCI en la primera ola de marzo.

Obligados pero recompensados

Son medio millar pero al ritmo que suben los ingresos —538 en 24 horas según los datos del Ministerio de Sanidad— es más que probable que la tercera ola fulmine el registro de más de 1.000 pacientes derivados a la privada a causa de la pandemia que se alcanzó entre marzo y abril. Según documentos oficiales a los que tuvo acceso este diario, solo por esas derivaciones, Sanidad deberá pagar al menos 7,2 millones de euros en facturas médicas a la privada ya que los hospitales privados están «obligados» por sendos decretos dictados bajo el amparo del estado de alarma a colaborar con la sanidad pública en pandemia pero ésta debe abonar los servicios que la privada presta a sus pacientes según una tabla de precios preestablecida.

«Vamos a tener problemas»

Con el doble de pacientes ingresados por covid-19 que en el pico máximo de la primera ola, los profesionales insisten en pedir responsabilidad porque los recursos son finitos y pese a que las UCI se han duplicado e incluso casi triplicado en algunos centros, no dan abasto. Ayer lo hizo el jefe clínico de Medicina Intensiva del Hospital La Fe de València, Ricardo Gimeno, que advirtió de que la situación en las UCI «se ha desbordado» por esos contagios en reuniones familiares y sociales de Navidad. «Estaban cenando tranquilamente el día de Navidad o Nochebuena en casa y ahora a muchos de ellos los tenemos intubados y boca abajo», ha afirmado en declaraciones a EFE-TV. A los médicos «nos tienen que creer, ya no sabemos cómo transmitir el mensaje de que estamos llenos, de que en cualquier momento vamos a tener problemas para atender a toda la población», advierte.

«Todavía estamos pagando el precio de la Navidad, donde hubo una propagación del virus tremenda y en intensivos todavía estamos ingresando pacientes que se contagiaron entonces», explicó.

El flujo de derivaciones de pacientes a la privada va a seguir aumentando conforme los hospitales públicos se vayan quedando sin espacio, y ese momento cada día está más cerca. En centros como el Hospital General de Valencia, uno de los más saturados por la pandemia, han tenido que seguir los pasos del Hospital Clínico y ayer ocuparon gran parte de la sala de maternidad para pacientes de todo tipo, después de que durante la semana pasada se tuvieran que reconvertir en zona covid las salas de Patología Digestiva y Urología.

De hecho, y según fuentes sindicales, tres cuartas partes de las camas del hospital son ya para covid ya que, a día de hoy, solo quedan enfermos de otras patologías en Maternidad, Ginecología, Neumología, Psiquiatría y Cardiología.

Según confirmaron ayer fuentes del centro, la sala de maternidad acoge ya a pacientes no covid y se han reservado «6 camas para las mujeres que bajan de paritorio» que aún sigue funcionando. Eso sí, su plan de contingencia marca que si se llegan a ocupar estas seis camas, los partos se tendrán que derivar.

Es lo que está pasando en el hospital Clínico desde este fin de semana cuando se reconvirtieron los paritorios en nuevas UCI para pacientes covid. Desde entonces, las gestantes sin riesgo son derivadas a la Clínica Quirón, en la misma calle y solo se atiende a las de riesgo o las cesáreas urgentes. También se ha reconvertido en covid el área de Nefrología y en medicina interna «se ha habilitado una mini UCI con 11 semicríticos», según confirmaron desde Comisiones Obreras.

La búsqueda de espacios útiles para poner más camas se sucede en todos los centros. En el Hospital General de Alicante se han habilitado camas covid en la unidad de dolor y en Manises han trasladado el gimnasio de rehabilitación al hospital militar para poner el hospital de día, espacio que han reconvertido en urgencias no covid. En Elda, y según CC OO, se van a poner 20 camas para pacientes no covid en el «hall de consultas externas».

Los espacios se están habilitando pero los profesionales denuncian que no hay suficiente personal para atender a todos los enfermos y las bolsas, según recordó la consellera Ana Barceló, están agotadas. Desde el Colegio de Enfermería de Valencia (COEV) pidieron ayer soluciones para la «dramática» situación que se estaba viviendo en la UCI del hospital Doctor Peset por falta de personal.