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Detectan en aguas de l’Albufera otro herbicida tóxico para la flora y fauna

Las analíticas reflejan la presencia del penosxulam, un producto fitosanitario para las plagas del arroz que no es recomendable en masas hídricas y menos en espacios naturales protegidos

Panorámica del lago y visor cartográfico de la Generalitat donde se aprecian los puntos de muestreo. | M. A. MONTESINOS

Los análisis del agua de l’Albufera confirman la presencia del principio activo penosxulam, un herbicida no recomendable en masas hídricas y menos en espacios naturales protegidos. No está prohibido como tal, pero su uso se considera altamente nocivo para la flora y fauna que habitan el humedal. Esta tipificado como de categoría 1, por lo que su toxicidad es aguda para peces, invertebrados, algas y plantas, con efectos además duraderos. «Aunque esté legalmente autorizado, no debe usarse en el medio acuático, por lo que deberían buscarse alternativas», señala Mario Giménez, delegado de SEO Bird/life en la Comunitat Valenciana.

El lago no engaña sobre el uso de productos químicos en su entorno. La última memoria de gestión del Parc Natural deja constancia de la evolución en el uso de plaguicidas. A la presencia habitual de productos como el tebuconazol y el procloraz, se han unido estos últimos años la azoxitrobina. «El insecticida acetamiprid se viene usando frecuentemente y en cambio el penosxulam aparece por primera vez en 2019», tal como se refleja en una documentación que es pública.

«Acetamiprid, procloraz y azoxitrobina, comunes en el periodo 2017-18, dejan de observarse dos años después; el herbicida tiabendazol se empieza a usar en 2018 y se observa en escasas concentraciones y en pocos puntos de muestreo», se desgrana en el balance anual del Parc Natural. «El fungicida tebuconazol se emplea en todos los años de estudio, siendo menos común a lo largo de 2019», apostillan los técnicos.

«Destacan las concentraciones observadas en 2018 con datos superiores a 1 ppb (parte por billón) de azoxitrobina y concentraciones elevadas de tebuconazol. También se observan otros picos, con 0.9 ppb de tebuconazol en 2017 y 0.5-0.7 ppb de penoxulam en 2019. El resto oscilan en torno a 0.1 ppb y son un poco mayores en 2018», según el informe.

Muerte rápida de peces

Hace dos años se llevó a cabo una investigación en las instalaciones del Parc Natural en el Palmar con con diferentes concentraciones de azoxistrobin, un antifúngico para el tratamiento de la piricularia en el arrozal. Las pruebas determinaron que éste no parecía afectar a los bivalvos a corto plazo, pero no ocurría lo mismo con los peces (gambúsia). Estos morían muy rápidamente al someterse al tratamiento.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación recoge en su plan de acción nacional para el uso sostenible de productos fitosanitarios que para el control de plagas, enfermedades y malas hierbas «se antepondrán, siempre que sea posible, los métodos biológicos, biotecnológicos, culturales y físicos a los químicos». De no ser posible, se acudirá al de menor afectación ambiental.

Ayudas de la PAC

El Tribunal de Cuentas Europeo destaca en su última evaluación que la gestión integrada de plagas es «insuficiente» y que además la Política Agrícola Común (PAC) contribuye poco a su aplicación pese a que dispone de instrumentos para ello. Recuerda en ese punto que los agricultores con más de quince hectáreas de tierra cultivable que reciben pagos directos de la Unión Europea deben mantener zonas de interés ecológico en un 5 % de sus cultivos y desde el año 2018, además, no pueden utilizar fitosanitarios en dichas zonas.

«Pese a que se fomentan las prácticas agrícolas más sostenibles, hay pocas medidas que disuadan a los agricultores de utilizar productos estándar en lugar de recurrir a métodos no químicos o alternativos», explicita el organismo comunitario. El informe especial concluye que se aprecian «pocos progresos en la medición y en la reducción de riesgos». «La UE va poco a poco limitando el uso de los más peligrosos», apunta Mario Giménez.

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