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"La mujer aún sacrifica su carrera científica en algún momento de su vida"

Tres investigadoras valencianas lamentan que el techo de cristal sigue presente en los laboratorios y la maternidad penaliza, aunque animan a las jóvenes a realizar sus estudios universitarios en el mundo de la ciencia

Elena Aznar F. Calabuig

La oncología y la investigación contra la covid-19 desde diferentes trincheras son dos de las áreas científicas que cuentan con mujeres en primera fila, a pesar de las dificultades que estas se encuentran al acceder a la carrera investigadora. Los difíciles equilibrios entre familia, maternidad y trabajo perpetúan los techos de cristal, también en los laboratorios, según denuncian.

Anna Adam, es titulada en Biotecnología por la Universitat Politècnica de València (UPV) y ahora prepara su doctorado al tiempo que forma parte del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva. Con una ayuda de la Sociedad española Contra el Cáncer (AECC), ha dado con una posible llave para mejorar la detección precoz del cáncer de mama. Desde pequeña «quería hacer algo de ciencias, sobre todo enfocado a la salud».

Aunque reconoce que su caso es una excepción —pues el laboratorio en el que trabaja está dirigido por la referente Ana Lluch y son mayoria de investigadoras—, Adam explica que la mayoría de cargos de responsabilidad siguen ocupados por hombres de edad avanzada, una situación que espera que se revierta con las nuevas generaciones.

Y es que, la joven de 29 años cree que «el problema no es que las chicas no estudien carreras de ciencia —en Ciencias de la Salud hay muchas—, el problema viene después, en los puestos de responsabilidad». «El papel de la mujer ni se acerca a la importancia que se le da al de los hombres», denuncia. «Las mujeres sacrifican su carrera en algún momento de su vida, el trabajo en casa aún no está equilibrado y por el año de baja maternal se les penaliza al siguiente, porque no producen artículos», apunta.

Anna Adam, investigadora del Incliva. Anna Adam, investigadora del Incliva.

No obstante y aunque reconocen que las condiciones son «mejorables», lanza un mensaje de ánimo a las estudiantes y asegura que volvería a decantarse por la ciencia: «Las chicas jóvenes y las niñas no tienen que verse condicionadas al elegir estudios y pensar que no pueden. Muchas demostramos y visibilizamos que no somos menos que los hombres», asegura.

En la misma línea se pronuncia Elena Aznar, química e investigadora del Centro de Investigación Biomédica en red (Ciber-BBN), donde estudia las «compuertas moleculares» que están detrás de unos novedosos tests rápidos de covid-19. «Les animaría y les diría que es muy bonito dedicarse a las ciencias y a avanzar. La investigación es nuestro futuro y poder contribuir a mejorar la sociedad es impagable».

Para Aznar —que también forma parte del Instituto de Investigación Sanitaria la Fe y del Instituto de Reconocimiento molecular y desarrollo tecnológico de la UPV—, «cada vez la mujer toma más relevancia y vamos alcanzando responsabilidades en los grupos», aunque es «largo y duro». Ella ha sentido en primera persona que «la maternidad pasa factura» porque «en investigación todo es muy rápido y los meses posteriores al nacimiento de un bebé y los primeros años de cuidados se notan», afirma.

Además, lamenta que «muchas mujeres terminan el doctorado, son madres y ya no vuelven a la carrera investigadora, que es muy sacrificada». «Es complicado, pero no imposible. Desde pequeña lo tuve muy claro y también en la carrera: en 3º ya estaba investigando y, tras mucho empeño, aquí sigo».

La resiliencia, imprescindible

Otro ejemplo de investigadora es la ingeniera química Juana Mari Delgado-Saborit, a quien la vocación le llegó al entrar en el laboratorio. Actualmente, estudia la presencia de trazas genéticas del coronavirus SARS-CoV-2 en aerosoles y desarrolla una herramienta de alerta. Considera que «el papel de la mujer en la ciencia es fundamental», pero que «aún queda mucho camino por recorrer y muchos techos de cristal por romper» .

Como el resto de compañeras, cree que también «falta mucha mayor representación de las mujeres en cargos directivos» y «se tiene que luchar mucho por conseguir condiciones propicias para que haya un equilibrio familia-trabajo». Y para las más jóvenes lanza un consejo: «Que persigan sus sueños y que labren su futuro profesional en una carrera que les satisfaga». «En el camino habrá curvas, y la flexibilidad y resiliencia son imprescindibles compañeras de viaje… pero nunca deben perder la fe en sí mismas».

«La ciencia avanza con las ideas y el esfuerzo de todos y todas»

Juana Mari Delgado-Saborit —investigadora Distinguida GenT (de la convocatoria de la Conselleria de Innovación) del Grupo de Investigación Perinatal, Salud Ambiental e Investigación Clínica— defiende que «todas las personas deberían tener las mismas oportunidades de contribuir con su talento, intelecto y experiencia a la investigación científica, independientemente de su sexo. La ciencia avanza gracias al esfuerzo y las ideas de todas y todos».

Juana Mari Delgado-Saborit —investigadora Distinguida GenT Fundación BBVA

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