El terremoto político que ha precipitado en España la moción de censura de Ciudadanos y PSOE al gobierno popular en Murcia y el anuncio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz-Ayuso, de convocar elecciones hace saltar por los aires la estrategia de acercamiento entre populares y Ciudadanos en la Comunitat Valenciana, una alianza que ambos, en principo, consideraban necesaria para alcanzar la Generalitat.

La derecha española ha entrado en un proceso de enfrentamiento y la ruptura del acuerdo en el Gobierno murciano enturbiará, al menos a corto plazo, las relaciones en la Comunitat Valenciana y está por ver si tendrá consecuencias o no en la Diputación de Alicante o el ayuntamiento de esa ciudad donde PP y Ciudadanos gobiernan en coalición. En principio, dirigentes de ambas formaciones aseguran que la sacudida no afectará a la institución provincial que dirige Carlos Mazón.

Esta mañana en ambos partidos se apelaba a que de momento todo sigue igual en ambas instituciones. Incluso en Cs señalaban que estan cómodos con el PP que ha atendido exigencias como la de apartar al diputado y alcalde de La Nucia, Bernabé Cano, tras vacunarse sin que le tocara el turno. Fuentes de la diputación mantienen que el ambiente es bueno y que el pacto es estable.

Sin embargo, los hechos se suceden a tal velocidad que todo es posible, sobre todo, teniendo en cuenta que la autonomía de ambas formaciones es muy reducida. Madrid marca las directrices en ambos casos, aunque en el de Ciudadanos, su líder, Toni Cantó, ha protagonizado esta mañana un claro desmarque de la lideresa de su partido, Inés Arrimadas al asegurar que, como gran parte de la ejecutiva, no era conocedor de esta decisión y dar a entender que no comparte la decisión de romper el gobierno de populares y Ciudadanos en Murcia en alianza con los socialistas.

En principio, el objetivo de salvar la diputación alicantina, única institución que el PP ha logrado retener tras la debacle de las elecciones en 2015 y 2019, es una de las prioridades para los populares valencianos.

Cuestión distinta es la desconfianza que genera en el PPCV el partido naranja, un futuro aliado que ha acabado cambiando de pareja de baile a mitad de legislatura en la comunidad vecina de Murcia.

En declaraciones en los pasillos de las Corts, la secretaria general del PPCV, Eva Ortiz, ha censurado el movimiento de Ciudadanos en Murcia. Ortiz ha lamentado que el partido que lidera Inés Arrimadas haya incumplido su promesa de un gobierno por cuatro años al tiempo que ha acusado a Ciudadanos de “pensar solo en el cambio de sillones y el enfado permantente”. Es una irresponsabiidad que llevará más caos a Murcia". “Pasará factura a los murcianos”, ha asegurado.

En este río revuelto, lo que la cúpula regional del PPCV ven ahora más alejado son los procesos congresuales. Oficialmente, la última comunicación oficial por parte de Génova es que se celebrarán después del verano y no tienen indicacación contraria. Bonig ya ha dicho que se presentará, mientras quel el presidente provincial de Alicante, Carlos Mazón, a quienes muchos ven como el sucesor designado por Génova mantiene en público que no se presentará a la pelea, aunque, mientras, trata de ganar proyección en la Comunitat Valenciana.

Los diputados del PP Isabel Bonig, Jorge Bellver y Rubén Ibáñez hablan con Toni Cantó en las Corts

En todo caso, las consecuencias de unas elecciones en la capital en tierras valencianas son muy difíciles de anticipar. La teoría es que si Casado se fortalece a través de un triunfo electoral de Ayuso, se fortalecerá también internamente y si, como muchos en el PP valenciano creen, está decidido a cambiar el liderazgo en la Generalitat, lo hará sin miramientos. Otra cosa es que la pérdida de poder del PP, debilite al líder nacional.

A corto plazo, lo que sí resulta evidente es que a partir de ahora las relaciones entre Ciudadanos y el PP en territorio valenciano estarán de nuevo condicionadas a la que ocurra en estos partidos fuera de la Comunitat Valenciana. Ayer, Bonig y el síndic de las Corts, que ni si quiera habló ante los periodistas aunque estuvo por la mañana en el pleno, evidenciaron que se habían enterado por la prensa de la operación nacional.

En el PP valenciano están convencidos que la estrategia de bandazos de Ciudadanos y el acercamiento al PSOE les pasará factura y que este partido camina hacia su desintegración. Este sería sería el mejor panorama para los populares de Bonig que insisten que las alianzas deben tejerse desde la discreción con el objetivo final de que una absorción.

Los populares quieren ir sumando militantes y votantes de Ciudadanos, pero sin hacer ruido. Un enfrentamiento a cara de perro solo puede perjudicarles, cporque si hace seis años sus votantes se fueron a Ciudadanos podría ahora hacerlo hacia Vox, el tercer protagonista de la derecha, encantado de lo que está ocurriendo. Solo espera ganancias por una pelea entre Ciudadanos y populares que todo apunta les reforzará en las urnas.

La otra derivada del terremoto político es la ganancia para el Botànic, en el poder casi ya dos legislaturas y con la derecha fracturada. Eso sí, la pinza entre PSOE y Ciudadanos a nivel nacional también podría recuperar esa alianza estratégica que el presidente Ximo Puig ha propiciado con el partido naranja y que llegó a su máxima expresión durante la negociación de los presupuestos de la Generalitat.

Y finalmente, en un sector de Ciudadanos empieza a cundir cierto desánimo. Si como parece la formación naranja tiene que ir a elecciones en la Comunidad de Madrid y se produjera un descalabro como el de las generales de 2019 o las catalanas del pasado mes de febrero, algunos cargos empiezan a interpretar que sería prácticamente imposible que el partido pudiera remontar y entraría ya definitivamente en la insignificancia, toda vez que se ha quedado como formación residual en Galicia, País Vasco, Cataluña y en el propio Congreso de los diputados en poco más de un año.