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Bravo apuesta por unas oposiciones con menos exámenes memorísticos

La revisión requiere órganos de selección más especializados

Bravo apuesta por unas oposiciones con menos exámenes memorísticos

El procedimiento para conquistar una plaza de empleo público en la Generalitat basado en superar pruebas memorísticas podría tener los días contados. La conselleria de Justicia y Administraciones Públicas que dirige Gabriela Bravo está dispuesta a buscar fórmulas de acceso a la función pública que huyan de pruebas exclusivamente memorísticas y valoren las habilidades prácticas de los aspirantes, un sistema que ya se utiliza en la Unión Europea para el acceso a sus organismos públicos.

En muchos países europeos acceder a una plaza pública no requiere aprender de memoria decenas de temarios si no demostrar ante el tribunal seleccionador que la persona está preparada para acceder al puesto mediante pruebas diversas, que ponen a prueba la capacitación y la competencia de la persona aspirante. En España, todavía atrapada en un sistema decimonónico de captación de personal, el debate lleva abierto desde hace tiempo y la titular del departamento de Justicia está dispuesta a entrar de lleno. De hecho, Bravo ya há comunicado a los sindicatos su voluntad de constituir una comisión de estudio específica para avanzar en estos cambios una vez la nueva ley de función pública entre vigor.

El visto bueno de las Corts

La norma ya recibió el visto de las Corts antes de las vacaciones de Semana Santa y há sido publicada en su boletín oficial. Entrará em vigor un mes después de su publicación el Diario Oficial de la Generalitat. Una vez publicada, Bravo tiene previsto reunir a personas expertas para abordar la modificación del acceso a la función púbica, un cambio que, en todo caso, se prevé a medio plazo y que no afectará a las actuales ofertas de empleo público en marcha y donde la prueba memorística es clave.

Fuentes de la Conselleria de justicia y Administraciones Públicas precisaron que la nueva ley de función pública da cobertura jurídica necesaria para estos cambios y que, una vez consensuados y acordados, sólo sería necesario modificar el decreto del Consell sobre selección de puestos. Esta ambiciosa reforma, de llegar a buen puerto, convertiría a la Generalitat en la primera administración autonómica que modifica de forma sustancial la filosofía de las actuales oposiciones basadas en tres pruebas: exámenes tipo test, preguntas a desarrollar y en tercer lugar, en la resolución de supuestos prácticos.

Existen experiencias para modernizar los sistemas de selección en algunas administraciones locales y para cuerpos específicos pero las comunidades autonómas y el Gobierno de España recurren como norma a exámenes basados en la memorización de temarios.

Modernizar la selección

Sin embargo, personas expertas en función pública consultadas por Levante-EMV, indican que el cambio no solo puede centrarse en las pruebas ya que es fundamental modernizar también los órganos de selección, es decir, incrementar la profesionalidad de los mismos y mejorar la transparencia. La cuestión de los tribunales, es decir, de quién evalúa la capacidad y la competencia de los aspirantes a la función pública, no es baladí.

Si la prueba cambia y ahora se ha de evaluar no tanto el aprendizaje de una serie de temas, si no la competencia de esa persona; su capacidad para resolver cuestiones prácticas, trabajar en equipo, enfrentarse a retos, etc., tendrá que haber también un órgano seleccionador preparado.

En este sentido, algunas fuentes conocedoras de la iniciativa de Bravo hablan del potencial del Instituto Valenciano de Administraciones Públicas, antiguo organismo público, que ya en la etapa del gobierno del Partido Popular fue relegado a dirección general.

Precisamente, una de las novedades de la nueva ley de función pública es la creación de la Escola Valenciana de la’Administración Pública (EVAP) como organismo autónomo de la Generalitat al que se le asigna «la investigación, estudio, información y difusión de las materias relacionadas con la administración y la gestión pública, así como la selección, formación, actualización y perfeccionamiento del personal empleado público de la Administración de la Generalitat». Una de sus funciones específicas es estudiar y proponer los métodos de selección más adecuados para el acceso a los distintos cuerpos y escalas y gestionar los procesos de selección.

El nuevo ente podría servir también de escuela de formación de los futuros órganos de selección y del propio personal funcionario. Una experiencia que en ámbitos sindicales y de la administración se considera interesante es la escuela francesa que forma élites funcionariales antes de acceder a la plaza y una vez han superado los exámenes.Otra idea que se baraja para profundizar en la transparencia es la publicación de los temarios, un inicativa relativamente sencilla que evitaría a los aspirantes la penosa tarea de tener que buscar los materiles o acabar condenado a una academia.

Las experiencias en diputaciones de València y Barcelona

El debate de la modernización de los procesos de selección de personal público no es nuevo y existen experiencias cercanas que avanzan en fómulas para pofesionalizar las pruebas. El modelo más claro es de la Unión Europea a través de la Oficina Europa de Selección de Personal (Epso), pero también hay instituciones similares en EE UU, Gran Bretaña y Canada. Más cerca, cabe destacar el servicio de asistencia técnica de la Diputación de València para asesorar a los ayuntamientos en los procesos de selección y el de la Diputación de Barcelona en un sentido similar.

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