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La distancia social desaparece en la vuelta a clase de la Universitat

Los representantes estudiantiles creen que la vacunación posibilita que ya se pueda eliminar los 1,5 metros de separación

Un profesor imparte clase en un aula de derecho de la UV

Y un día, la distancia de metro y medio en las aulas de la Universitat de València (UV) desapareció. Y ese día fue ayer. El distanciamiento social figura como una «recomendación» por parte de la Generalitat y las universidades en el protocolo para el nuevo curso 2021-22, que es el primero en el que hay presencialidad al 100 % desde el inicio de la pandemia.

Los centros de Primaria y Secundaria sí que deben mantener la distancia como una de sus obligaciones, pero la Facultad de Derecho de la UV en el campus de Tarongers se pareció este lunes a la de antes de la pandemia. Los amigos se reunieron para comentar el verano antes de entrar a clase en los bancos y las mesas de las cafeterías lucieron llenas, entre bocadillos y cafés.

«Aunque era una recomendación, nosotros no hemos hecho caso porque estamos casi toda la comunidad universitaria vacunada», indicó a Levante-EMV el coordinador de la Assemblea General d’Estudiants (AGE) de la UV, Andrés Fernández. Reconoció que «de momento hay división de opiniones» con la decisión, que sorprendió a muchos de los alumnos.

En el tiempo libre entre clases, un grupo de alumnas de tercero de Administración y Dirección de Empresas lo debatía. «En clase es un agobio porque nos habíamos acostumbrado a estar una silla sí (ocupada) y otra no. Encima las clases son superpequeñas, acabamos de salir de dos horas de teoría y yo ya estaba muy agobiada», dice la estudiante María Navarro. La norma de llevar la mascarilla sí que se respetó dentro de las aulas. Una compañera de María, Alicia Sansaloni, afirma que por el uso del tapabocas y por el avance de la vacunación entre los universitarios, la gente ha resuelto, por el momento, ubicarse juntos. «Está en los asientos el aviso de que no puedes sentarte, pero realmente ahora sí que puedes. Si tuviéramos que respetar la distancia, no cabríamos. Las vacunas dan tranquilidad y están para algo», añade.

Marisa, de cuarto de Derecho, puntualiza que se les ha transmitido «que ya no iba a haber distancia en el aula». «A mí me parece bien, ya se debería empezar a hacer vida normal», considera.

En el otro lado de esa posición se encuentra Silvia, a la que la ausencia de distancia le parece «un cambio muy repentino». Para la AGE, las aulas son un entorno más seguro que el transporte público. «Ha habido aglomeraciones a primera hora y esa deficiencia del metro no se soluciona», subraya Andrés Fernández. Insistió además en la «calidad» del sistema de ventilación de la UV, con 1.300 sensores de monitorización de CO2 en tiempo real.

Ansiada presencialidad

La vuelta a clase, una época algo traumática en el pasado, fue esta vez esperada por muchos. Salvo retroceso de la situación saniaria, habrá presencialidad completa a diferencia del curso pasado, cuando hubo un sistema híbrido. Solo los alumnos de cuarto —último curso en la mayoría de grados— saben lo que es hacer un año presencial completo como universitarios. Es el caso de Luis, de ADE. «Es una gozada, te ayuda a venir a la ‘uni’ con más felicidad, el tú a tú con los profesores lo hace más fácil», contó.

Paula, que este año acaba Negocios Internacionales, asegura que lo echaba «mucho de menos». «Estoy muy contenta, creía que me cortaban la vida universitaria pero se ha arreglado», añade. En la misma línea se expresa Álvaro, de Turismo: «Se puede socializar y eso ayuda a la experiencia universitaria gratamente. El campus está más lleno, el año pasado estaba semivacío y eso fue muy triste».

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