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El cierre de vacunódromos traslada 2.000 sanitarios y más trabajo a la primaria

Los médicos celebran contar con un «refuerzo necesario» mientras duran los contratos extra

Ayer comenzó a desmontarse el vacunódromo en la Ciutat de les Arts i les Ciències. | GERMÁN CABALLERO

La Ciutat de les Arts i les Ciències vuelve a ser 'solo' un icono turístico, un lugar en el que los selfis son con la estructura vanguardista de fondo y no con una aguja en el brazo. En el día después del cierre de los 133 vacunódromos repartidos por toda la Comunitat Valenciana, el museo de las ciencias es un ejemplo más de que la excepcionalidad pandémica comienza a verse por el retrovisor. Ese fin de la inmunización masiva (casi 9 de cada 10 valencianos dentro en población diana están vacunados) abre un nuevo periodo que se notará, especialmente, en atención primaria.

El cierre de los vacunódromos supone un arma de doble filo para los centros de salud. Supondrá más carga de trabajo ya que sobre ellos recaerá la vacunación (si los interesados quieren y se acercan a estos espacios, claro) de las 100.000 personas a las que les falta un segundo pinchazo y a los 400.000 valencianos y valencianas que todavía no han recibido ninguna dosis.

Pero también traerá consigo un refuerzo de personal que hasta ahora estaban ejerciendo en estas instalaciones. En total, son más de 2.100 entre enfermería, auxiliares, médicos y administrativos en toda la Comunitat Valenciana los que estaban destinados a las 133 instalaciones repartidas por todo el territorio. La mayoría de ellas, indican desde Sanidad, son refuerzo extra de covid que salían de los hospitales y sobre todo, de los centros de salud. Esos contratos están prorrogados hasta el 31 de diciembre por lo que ahora volverán a su puesto de trabajo, en muchos casos, en ambulatorios.

Por ejemplo, en la Ciutat de les Ciències había cada día más de 60 profesionales de Enfermería, 60 administrativos y una docena de médicos y auxiliares. Esas personas regresarán ahora a los centros de salud del departamento correspondiente Doctor Peset. «Es una buena noticia, vamos a recibirlos con los brazos abiertos porque son un refuerzo necesario», señalan médicos de atención primaria, que añaden la duda de hasta cuándo estarán.

Sin embargo, su aterrizaje coincidirá con un incremento de las labores. «La atención primaria somos el cajón de sastre donde acaba todo lo que queda colgando», señala con cierta ironía José Manuel Peris, portavoz del Foro de Médicos de Atención Primaria. Entre estas, estará la vacunación de la covid de los todavía indecisos, la tercera dosis en las residencias (aunque para ello se apoyan en el personal de estas instalaciones), la posibilidad del pinchazo de refuerzo de los mayores de 80 años (todavía no aprobado) y el inminente inicio de campaña para proteger contra la gripe.

Avance hacia la normalidad

Para la presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, María Ángeles Medina, «es normal que se cierren los vacunódromos porque ahora vamos al detalle a vacunar, queda muy poca gente, pero es un trabajo que recae en nosotros y hay que organizarse porque no se puede abrir un vial de 10 vacunas para solo una persona». El problema, señala, es que aunque se recupere a personal de los vacunódromos «tendrán que dedicarle tiempo a vacunar» y llega con agendas «totalmente saturadas».

Coincidirá, a su vez, con el regreso a la normalidad del próximo lunes tal y como anunciaron desde el Consell, aunque desde los colectivos médicos dicen que a efectos prácticos habrá pocos cambios. «Llevamos atendiendo presencial toda la pandemia, lanzar ese mensaje puede generar confusión», explica Peris. «Quien ha querido venir presencial ha venido y le hemos atendido, a efectos prácticos, el lunes se notará poco», corrobora Medina.

En esta nueva normalidad algunos profesionales avisan de los problemas de aforos en las salas de espera mientras desde Sanidad destacan que la telemedicina seguirá funcionando. «Ha llegado para quedarse», coinciden desde el departamento autonómico y las entidades profesionales.

Una vez cerrados los grandes puntos de vacunación masiva, los campus de la Universitat Politècnica de València (UPV), la Universitat de València (UV), la Universidad de Alicante (UA), en Sant Vicent del Raspeig, y de la Universitat Jaume I (UJI), en Castelló, se sumarán a la labor de inmunizar a los estudiantes o personal que aún esté por recibir las dosis contra la covid-19.

En la UPV será a partir del próximo jueves, 7 de octubre, en el campus de Vera, y se usarán las dosis de Pfizer. La utilización de los campus como nuevos puntos de vacunación se produce a petición de la Conselleria de Sanidad dentro de su estrategia de repescar a los rezagados o aún dubitativos y dado el buen resultado que se obtuvo en la campaña de los Erasmus.

Desde Sanidad se explicó ayer que se celebró una reunión con los servicios de prevención de las universidades para estudiar vías de colaboración. La conselleria aún está ultimando los detalles, aunque la UPV sí avanzó que la vacunación estará abierta a alumnado nacional y extranjero, su personal -también de sus contratas- e incluso allegados. La UV aún estudia el operativo al ser la que tiene más alumnado.

La campaña en la UPV estará a cargo del personal sanitario del centro de salud Juana Portaceli y se desarrollará en el propio servicio médico, en el trinquet o en el pabellón polideportivo. «El objetivo es dar todas las facilidades a aquellas personas que quieran vacunarse», explicó ayer el vicerrector de Diálogo Social de la UPV, Santiago Guillem.

Los campus universitarios se suman a la inmunización

La UPV comenzará el próximo jueves 7 de octubre y la UV aún estudia el operativo

C.G.a. valència

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