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La Fiscalía aprecia delito en el brote de rinoneumonía equina de Godella

Denuncia al responsable de la explotación ganadera y a las organizadoras del concurso de saltos por tardar cuatro días en adoptar medidas para paralizar la transmisión del virus que afectó a nueve países

Los caballos afectados por el virus fueron atendidos en el Hospital Clínico Veterinario del CEU. | LEVANTE-EMV

La investigación por el brote de rinoneumonía equina detectado a mediados del pasado mes de febrero en el Centro Escuela de Saltos (CES) de Godella, cuyos contagios se extendieron rápidamente provocando la muerte de al menos 17 caballos y afectando a animales de hasta en nueve países, ha terminado con una denuncia de la Fiscalía de Medio Ambiente por un delito continuado de daños por imprudencia grave contra el responsable del centro ecuestre y las organizadoras de la competición hípica Spring Tour 2021, que se estaba celebrando esos días en dicho recinto.

El Ministerio Público, que abrió una investigación tras la denuncia de varios perjudicados propietarios de animales afectados por el virus, aprecia una actitud negligente por parte de los organizadores del evento y el encargado de la explotación ganadera al tardar cuatro días en avisar a las autoridades sanitarias competentes, tiempo durante el que tampoco se adoptaron las medidas de aislamiento y control oportunas para evitar la transmisión generalizada del virus.

Así, los denunciados deberán declarar ante un juez de Paterna en calidad de investigados para responder por este presunto delito continuado de daños por imprudencia grave, que asciende a mucho más de los 80.000 euros que contempla el artículo 267 del Código Penal. De hecho, los equinos afectados, preparados especialmente para este tipo de competiciones profesionales, pueden alcanzar por sí solos ya el valor que fija el delito agravado de daños o incluso superior.

Según sostiene la Fiscalía en su denuncia, después de detectar los primeros síntomas del virus, y cuando «ya existían fundadas sospechas de que existía un brote vírico de rinoneumonitis altamente contagioso», se permitió la salida de las instalaciones de animales enfermos y de otros que no habían pasado control alguno para determinar si padecían o no dicha enfermedad, con secuelas muy graves para los equinos.

Así se explica su propagación al resto de comunidades españolas y países afectados. De hecho, más de trescientos caballos abandonaron las instalaciones de Godella antes de que la Conselleria de Agricultura ordenara su inmediata inmovilización para frenar la expansión después de ser alertados por la organización de los primeros contagios.

El brote vírico equino, al que se llegó a bautizar como ‘el covid de los caballos’ por el rápido nivel de contagio y tener unas características infecciosas similares, puso en jaque al sector de la hípica y obligó a suspender competiciones nacionales e internacionales en diez países. Cerca de medio millar de caballos quedaron inmovilizados en España, como informó en su día Levante-EMV.

El concurso hípico donde se inició el citado brote de rinoneumonía se celebraba en el centro ecuestre de saltos CES, ubicado en la partida Masià de Conxa de Godella, entre los días 28 de enero y 14 de marzo de este mismo año. Durante la celebración del mismo, y a partir del miércoles 17 de febrero, la organización empezó presuntamente a detectar como «una pluralidad de caballos iban enfermando».

Sin embargo, no fue hasta el domingo 21 cuando se adoptó la medida de suspender el campeonato de saltos. En ese transcurso de tiempo, vital para evitar la propagación del virus, altamente contagioso, los responsables de la explotación ganadera y organizadores del evento, miembros de una misma familia, no adoptaron ninguna medida de aislamiento de los animales enfermos como medida preventiva, ni alertaron a las autoridades sanitarias competentes. Además de no atajar el grave problema sanitario y proseguir con las actividades cotidianas del centro, se permitió la salida de animales enfermos o sin realizar comprobación alguna de si lo estaban, facilitando así la propagación de la infección a otras comunidades y países.

Ese fin de semana casi medio centenar de caballos pasaron por las instalaciones del CES de Godella donde se inició el brote vírico, según datos de la Real Federación Hípica Española.

Los equinos afectados por el virus fueron atendidos en el Hospital Clínico Veterinario de la Universidad CEU Cardenal Herrera, un referente en Europa con instalaciones en las que pueden operar a animales de más de 600 kilos. Además de aquellos caballos que tuvieron que finalmente ser sacrificados, otros muchos sufren secuelas de por vida tras el contagio infeccioso.

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