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Las conselleries sociales se comen el 60% del crecimiento presupuestario desde 2016

La historia de las cuentas públicas del Botànic revela un crecimiento sostenido del gasto con más de 5.286 millones de incremento en seis años, de los que 3.066 han ido a Oltra, Barceló y Marzà

La vicepresidenta Oltra, junto a los consellers Vicent Marzà, Vicent Soler y MIreia Mollà. | EFE

El Botànic comienza mañana una semana crucial en la que, si nada se tuerce, deberá aprobar los presupuestos de la Generalitat para 2022, los séptimos de la era botánica y los terceros de esta legislatura. Unas cuentas públicas que tienen como reto fundamental ayudar a la recuperación económica y social tras la debacle que ha supuesto la pandemia y tratar de recuperar una agenda de asuntos propios que quedó enterrada por el virus. Los presupuestos de 2022 serán, además, los últimos (al menos, en teoría) sin la distracción que supone unas elecciones y, de ahí, el interés que los socios de gobierno han puesto en unas cuentas que, pese a las dificultades financieras y la crisis sanitaria, no han hecho más que crecer y de inyectar recursos en las áreas sociales.

Las conselleries sociales se comen el 60% del crecimiento presupuestario desde 2016 julia ruiz. valència

Previsiblemente, a principios de esta semana, la comisión política creada ex profeso y a petición de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, para negociar las cuentas, se cerrará con fumata blanca, lo que evitará otra noche de los cuchillos largos como la que se vivió hace un año y en la que las partidas para la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas fueron el terreno de batalla. Este año el reparto de la tarta presupuetaria, las pérdidas y ganancias de los departamentos no esperarán (esa es la idea) al último minuto.

Un recorrido por los presupuetos de la Generalitat de los últimos siete años, permiten aventurar que las llamadas conselleries sociales (Educación, Sanidad y Políticas Inclusivas) serán las más beneficiadas, al menos en lo que tiene que ver con el reparto del gasto ordinario y al margen de los fondos europeos, el maná que hará posible en medio de la crisis un presupuesto expansivo.

Así ha sido al menos desde 2016, el primer ejercicio con un presupuesto elaborado por el Botànic. De hecho, el 58% del incremento acumulado de las cuentas públicas entre 2016 y 2021 ha recaído en los departamentos de Ana Barceló, Mónica Oltra y Vicent Marzà. El primer presupuesto del Consell de izquierdas contaba con 12.931 millones de euros, una cantidad que se ha ido elevando año tras año hasta alcanzar los 18.218 millones. Son 5.286 millones de euros más (sin contar el gasto de las empresas públicas), de los cuales un total de 3.066 se lo han repartido estas tres conselleries. En términos absolutos, es el departamento de Sanidad el que más ha aumentado sus fondos al pasar de 5.909 millones de euros en 2016 a 7.530 millones en las actuales cuentas. Le sigue la conselleria que dirige Mónica Oltra, que ha pasado de los 978 millones de su primer presupuestos botánico a los 1.921 millones de 2021, un incremento de 943 millones. Educación ha pasado de disponer 4.295 millones a tener 4.797, 500 millones más. En términos relativos, es la vicepresidenta Mónica Oltra la más beneficiada, con un incremento del 96% frente al 31% de Sanidad y el 11% del departamento educativo.

La Conselleria de Justicia y Administración Pública que dirige Gabriela Bravo también ha ido ganando recursos: un acumulado de 276 millones, si bien este departamento creció en competencias (Emergencias) en la remodelación que trajo consigo el segundo Botànic con la entrada de Unidas Podem.

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