La visita de la comisaria europea de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira, ayer a València fue un espejo de la línea de acción que quiere tomar la Unión Europea en los próximos años. Desarrollo científico, innovación, movilidad sostenible y juventud marcaron ayer una agenda intensa en la que Ferreira, acompañada por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, vio la materialización de algunos de los proyectos valencianos germinados a partir de fondos aprobados desde Bruselas.
Uno de ellos es la Línea 10 de Metrovalencia, sobre la que la comisaria destacó el «apoyo decisivo» de la UE con 50 millones de euros para que esté operativa en 2022. «Necesitamos invertir en la movilidad sostenible», defendió Ferreira tras recorrer el futuro paso peatonal que conectará las estaciones de Bailén y Alicante. La inversión europea permitió reactivar el proyecto conjunto (antes conocido como T2) en 2018, siete años después de su paralización.
Ese dinero ha llegado procedente del programa Feder 2014-2020, unos fondos de los que, según indicó Puig tras una reunión previa en el Palau con la responsable europea, se habían ejecutado el 96 %, un «adelanto de dos años y medio al término del periodo previsto por la UE», expresó el jefe del Consell. También aseguró que se habían certificado el 98 % de los recursos del Fondo Social Europeo y el 87 % del Programa Operativo de Empleo Juvenil.
Respecto a los fondos europeos de cara al periodo 2021-2027, Ferreira los señaló como «históricos» para generar un «futuro más estable y dinámico» mientras que Puig valoró su «capacidad de impulso» e indicó que estos tienen como objetivo los jóvenes y la innovación.
Precisamente estos dos puntos complementaron parte de la agenda de la comisaria con una visita al centro de investigación Fisabio para conocer los proyectos de secuenciación genómica así como un encuentro con jóvenes valencianos en el Palau de les Arts.
