Si la quinta ola de este verano fue de los jóvenes —los que más interactuaban entonces y donde aún no había llegado la vacuna—, la sexta parecía hasta ahora «propiedad» de los niños menores de 12 años, los que estaban sin vacunar. Era entre ellos donde las tasas de incidencia del virus han sido más altas durante las últimas semanas, duplicando e incluso triplicando la incidencia del virus en otras franjas de edad, y los colegios terminaban por notar esta mayor circulación del virus. Muchas clases confinadas, muchas familias recurriendo a una difícil conciliación y a esperar 10 días o una PCR negativa en un centro de salud que no da abasto para hacerlas todas.

Con incidencias que superaban, hace tiempo, la barrera de los 1.000 casos por 100.000 habitantes en esta franja de edad, parecía difícil que otro grupo etario les adelantara. Pero el «sorpasso» se ha producido.

Según los últimos datos de incidencia del coronavirus por grupos de edad distribuidos por el Ministerio de Sanidad (y que corresponden al 27 de diciembre), el grupo de valencianos veinteañeros es ahora en el que más está circulando el coronavirus, con incidencias acumuladas a 14 días de 1.438 casos por 100.000 habitantes. Los niños están ahora en una incidencia de 1.340.

Por detrás, los treintañeros con 1.220 casos por 100.000 habitantes a 14 días y los de 40 con una IA de 1.091. Y en un tercer grupo, aunque con incidencias muy altas se quedan los de 50 y los de 60 y los adolescentes de 12 a 19 recién vacunados.

En el furgón de cola, afortunadamente, los de 70 a 79 años y los mayores de 80 años que acaban de recibir su tercera dosis de refuerzo y que, en estos momentos, no llegan a los 300 casos de incidencia acumulada.

Cambio de escenario

Este adelantamiento por la derecha, en sí, no debería generar muchos más problemas dado que los más afectados por el virus, en ambos casos, son jóvenes que en principio pasan la enfermedad con pocos o ningún síntoma y no debería de trasladarse de manera directa a las cifras de hospitalizaciones ni UCI (y menos con este grupo recién vacunado con pauta completa de este mes de septiembre pero sí hace pensar que ha cambiado el escenario donde se producen más los contagios.

Se ha pasado del ámbito del domicilio y los colegios (hasta esta semana eran los menores de 12 años los que mayor incidencia tenían junto a los valencianos en la cuarentena, que cuadra con la edad de los progenitores) al ámbito del ocio. Y todo en un momento difícil. Las fiestas navideñas más familiares ya han pasado, pero queda por delante la Nochevieja y en la Comunitat Valenciana, salvo por la solicitud del certificado covid en bares, restaurantes y locales de ocio (entre otros), no se ha optado por tomar ninguna medida restrictiva añadida en contra de lo que ya están haciendo otras comunidades con toque de queda, limitación de aforo u horarios.

Por ahora, el Ayuntamiento de València sí ha cancelado la fiesta de Nochevieja para la medianoche del 31 en la plaza del Ayuntamiento (al igual que hizo con Expojove) pero no se ha dado ninguna orden al respecto para las fiestas y cotillones que hay organizadas en locales y discotecas.

«Es necesario restringir»

Frente a la decisión tomada por el Consell de no ir más allá de implantar el pasaporte covid —en un intento de suavizar el impacto de esta sexta ola en el sector de la restauración y del ocio—, se han levantado ya voces. Así lo hicieron ayer desde la Sociedad Valenciana de Medicina Preventiva y Salud Pública desde la que tachan de «insuficientes» las medidas tomadas por el Consell y por el Gobierno de España.

«Consideramos que la grave situación de la pandemia y las tendencias esperables en las próximas semanas navideñas, hacían necesarias la toma de medidas restrictivas de la convivencia social en espacios cerrados y de las celebraciones colectivas; sin las cuales es esperable que la incidencia de la covid ascienda sin control hasta comprometer gravemente la salud y la asistencia sanitaria en toda la C. Valenciana», aseguran desde la sociedad.

Ante la falta de más restricciones, desde la Svmpsp hacen un llamamiento a la ciudadanía para que sean ellos, «por propia iniciativa», los que restrinjan «sus contactos sociales o familiares, así como la asistencia a las celebraciones en recintos cerrados, ya que los aerosoles son la principal vía de transmisión de la covid».

El llamamiento llega en un momento en el que la explosión de contagios —impulsados por la variante ómicron que ya está detrás de uno de cada cuatro casos oficialmente— todavía no ha descontrolado la situación hospitalaria.

En los hospitales hay ahora 929 pacientes, 175 de ellos en la UCI pero esto puede cambiar de forma rápida si los pacientes graves se siguen acumulando, aunque sea a este ritmo pausado. Los que están sufriendo ya las consecuencias de la explosión de la sexta ola son los centros de salud.

Covid en Valencia: casos, incidencia y Navidad