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Bravo: "Cada vez habrá más situaciones críticas y de emergencias"

El proyecto incluye crear 150 puestos profesionalizados

Gabriela Bravo en una visita en noviembre al Centro de Coordinación de l’Eliana. | JOSE MANUEL LÓPEZ

Corría el mes de diciembre de 2005 cuando el gobierno presidido por José Luís Rodríguez Zapatero impulsó la Unidad Militar de Emergencia (UME), concebida como una fuerza conjunta, organizada con carácter permanente, con la misión de intervenir en cualquier lugar del territorio nacional, para contribuir a la seguridad de la ciudadanía. El proyecto recibió corrosivas críticas por parte de la derecha que lo calificó como una idea «faraónica» y un «capricho» de Zapatero. La UME está, quince años después, plenamente operativa y su papel ha sido clave en estos años donde a las calamidades derivadas de fenómenos metereológicos se ha unido una crisis sanitaria de alcance global. El Consell del Botànic estrenó su segunda legislatura con una DANA que asoló la Vega Baja y cuando aún sus efectos estaban recientes se enfrentó a la catástrofe de una epidemia que confinó a la ciudadanía en sus casas y colapso los hospitales.

El convencimiento de que el cambio climático dará lugar a cada vez más situaciones críticas, ha llevado al Consell a promover su propia de fuerza de emergencias bajo la denominación de Unidad Valenciana de Emergencias, un proyecto anunciado hace un año y que, tal como informó este diario ya cuenta con un borrador de decreto para su creación. El objetivo es crear un cuerpo especializado con capacidad para actuar ante cualquier catástrofe o emergencia, incluido el riesgo nuclear, químico o tecnológico. «Cada vez habrá más situaciones críticas, más emergencias y hemos de estar preparados», afirma la consellera de Justicia y Administraciones Públicas, Gabriela Bravo, para quien este proyecto es necesario para dar una respuesta transversal e integral a cualquier tipo de emergencias. « Nuestro territorio está situado en un punto geográfico muy vulnerable, nos vamos a enfrentar a catástrofes muy violentas y por eso, hemos de mejorar la capacidad de respuesta», añade Bravo.

Con todo, la UVE no parte de cero. Quedará adscrita a la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias y se apoyará en las estructuras ya existentes como el centro de coordinación de emergencia, el 112 y el cuerpo de bomberas o bomberos forestales. Pero las funciones van más allá de la extinción de incendios. Se trata de hacer frente a todo tipo de emergencias de origen meteorológico (nevadas, vientos, inundaciones) crisis sanitarias, pandemias, contaminaciones graves, desabastecimiento de productos de primera necesidad, paralización de servicios públicos, emergencias sísmicas o maremotos. Y otras extraordinarias como las derivadas de riesgos tecnológicos (químico, el nuclear, el radiológico y el biológico) y crisis medioambientales.

Dada la diversidad de funciones, la idea es que la unidad tenga un alto nivel de especialización. Así, está previsto crear 150 puestos más profesionalizados: puestos de mando intermedios y operativos así como estructura administrativa. La idea es contar con profesionales con estudios superiores en ingeniería medioambiental, montes o químicos, entre otros.

Otra de las cuestiones claves del proyecto es dotar al personal de la consideración de agente de autoridad y así reforzar sus funciones y darle autoritas suficiente para tomar decisiones que protejan a la ciudadanía, como ocurre con el profesorado o le personal sanitario. Además, la Generalitat el personal será distinguible con uniformes propios, aunque la uniformidad tendrá una tipología variada, en base a las diferentes funciones.

Respecto a la operatividad, la conselleria prevé la constitución de un Puesto de Mando Avanzado, así como la posibilidad de poner a disposición de la UVE con carácter temporal medios materiales y humanos de otros departamentos de la Generalitat y su sector público, así como de ayuntamientos. Además, la unidad podrá intervenir en otros territorios. La conselleria destaca también la puesta en marcha de tres centros logísticos de carácter provincial con nuevas bases forestales en varios puntos del territorio, una forma también de descentralizar los recursos y adecuarlos a las necesidades de cada territorio.

Estructuras existentes

La UVE descansará parte de su estructuras en la ya existentes, básicamente, en la Agencia de Seguridad y la Sociedad Valenciana de Gestión Integral de los Servicios de Emergencias. Aún así, si las previsiones del decreto se cumplen, la UVE será potente en cuento a recursos. Así, contará con unidades de bomberos forestales, autobombas, unidades helitransportadas, personal técnico operativo, jefaturas de dotación, personal de operación de comunicación, recursos de coordinación, gestión, logística, selección y formación.

El texto, que ahora entra en fase de audiencia pública, comprende tres fases para la implantación total de la UVE. La primera es la adscripción de los medios y efectivos humanos cuando se apruebe el decreto. La segunda fase tendrá que completarse antes de un año y, para ello, habrá que duplicar el personal técnico de las unidades helitransportadas así como la dotación del resto de puestos técnicos de mando y control y la puesta en marcha de tres centros tecnológicos. En la tercera fase se espera que la unidad esté plenamente en funcionamiento.

«Tenemos el convencimiento de que las nuevas emergencias requieren respuestas precisas y para el Gobierno la protección de la vida es la prioridad», apunta Bravo.

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