El abordaje de la pandemia está a punto de cambiar conforme se extingue la que se espera sea la última onda epidémica de coronavirus. Los cimientos de cómo se va a tratar a partir de ahora la enfermedad que provoca el SARS-CoV-2 más leve gracias a ómicron y a la generalización de la vacuna se pusieron este jueves en Zaragoza en una cumbre especial entre Ministerio de Sanidad y comunidades. De ella surgió la Declaración de Zaragoza, un guion para "gripalizar" la covid-19 en cuestión de un año, implementando un nuevo sistema de vigilancia coordinado de infecciones respiratorias leves y graves que integrará la covid-19 asimilándola a otras infecciones respiratorias como la gripe.

Sanidad y comunidades se han puesto el plazo de un año para poner en marcha este nuevo sistema pero, de aquí a entonces, también van a cambiar las cosas. Entre medias se va a entrar en un periodo de transición en el que no se van a diagnosticar todos y cada uno de los casos de covid, y la vigilancia (y notificación de los casos) se va a ceñir a casos graves, ámbitos vulnerables como residencias de mayores y a colectivos sensibles como personal sociosanitario, personas mayores, inmunodeprimidos o mujeres embarazadas.

Así lo ha avanzado hoy la ministra de Sanidad, Carolina Darias que ha explicado el cómo pero no pudo definir todavía el cuándo, aunque se espera que sea cuestión de semanas, una vez la ponencia de alertas eleve una propuesta en este sentido a la Comisión de Salud Pública y se apruebe oficialmente.

"No tiene sentido seguir haciendo vigilancia poblacional con pruebas y aislamientos", explican desde la conselleria

Llegado este momento, y según explicaron fuentes de la Conselleria de Sanidad a este diario, a cualquier persona que vaya al médico con síntomas compatibles de covid-19 no se le hará una prueba de coronavirus como ahora ya que el proceso se reservará para casos graves o ámbitos o personas vulnerables. "No tiene sentido seguir haciendo vigilancia poblacional con pruebas y aislamientos. Hay que cambiar la dinámica y dejar que el sistema deje de estar centrado solo en covid y vuelva a atender patologías crónicas en las que hay un retraso", explicaron estas fuentes. Es de esperar que esto conlleve también un cambio en los aislamientos: solo se recomendarán cuando haya síntomas pero está por ver la solución que se adopte finalmente.

Red centinela en centros de salud y hospitales

Este será el cambio más significativo mientras las direcciones de Salud Pública trabajan en la nueva Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública que busca modernizar y homogeneizar los sistemas autonómicos para poder tomar decisiones de forma rápida integrando los datos de enfermedades transmisibles pero también la vigilancia de enfermedades no transmisibles o determinantes de salud, por ejemplo.

Este cambio supone poner en marcha una vigilancia centinela para controlar todas las Infecciones Respiratorias Agudas leves (IRAs), en el ámbito de los centros salud, y las graves (IRAg), en hospitales, incluyendo a la covid-19, la gripe o el virus respiratorio sincitial y mantener las redes de secuenciación por si aparecen nuevas variantes y los sistemas de apoyo en los laboratorios de microbiología. El sistema centinela es parecido al que se venía usando en la gripe y que extrapola los datos que se consiguen en varios puntos seleccionados para dar una visión general de lo que está pasando.

Fuentes de la Conselleria de Sanidad explicaron a este diario que la Comunitat había optado en los últimos meses por otras formas de seguir las infecciones respiratorias y no era una de las cinco autonomías que ya lo tenían implementado en centros de salud pero que las bases estaban "para poder adaptarse de forma rápida y tenerlo listo antes de plazo, incluso a finales de año". La C. Valenciana había llevado incluso una propuesta técnica a Zaragoza para mejorar el sistema con un enfoque "más poblacional".