Después de dos semanas lloviendo, el sol ha vuelto a salir en València. Lo han invocado dos mujeres colombianas bailando descalzas en la plaza del Ayuntamiento, con sus trajes de mil colores. También el rap combativo de las trabajadoras del hogar denunciando que son las "sin derechos". Lo ha invocado un chico africano con unas maracas y una vecina de Orriols que ha recitado el "No te rindas" de Mario Benedetti.

Los venezolanos, las marroquíes, argentinas, panameñas, malienses, ghaneses, mauritanos, argelinos, senegaleses, rusas, mexicanas, hondureñas. De aquí y de allá. Las hijas de los inmigrantes chinos o africanos que conservan sus rasgos y sobre todo su desarraigo. Todos se han concentrado este domingo en la plaza del Ayuntamiento de València, convocados por decenas de asociaciones antirracistas con motivo del día internacional contra la discriminación racial y étnica, que en realidad era el domingo 20 de marzo, pero quedó pospuesto al 27 por las lluvias.

La protesta ha sido una fiesta con decenas de testimonios pasando por un micro apostado bajo el balcón del ayuntamiento. Se ha cantado, hecho teatro de calle, bailado, recitado, jugado y hasta pintado. Pero sobre todo, se ha reivindicado. Las trabajadoras del hogar y cuidados, muchas de ellas mujeres migrantes, han elevado la voz de protesta: "¡Derechos para todas! ¡Derechos ya!".

Una trabajadora del hogar protesta contra el racismo en la plaza del Ayuntamiento de València. EDUARDO RIPOLL

Uno de los testimonios que ha pasado por el micro es el de Joan, de la asociación de venezolanos de València. Ha contado lo que escuchó cuando llegó a España hace años: "negro de mierda, vete a tu país, nos quitas el trabajo". La ley de Extranjería, recordó la asociación antirracista Uhuru, "es la primera trampa mortal donde caen los inmigrantes. Da igual los estudios que tengan, da igual de donde vengan, les toca hacer el trabajo que nadie quiere". Todo para, como recuerdan, ganarse el derecho a tener derechos.

"No quieren a las personas que vienen, pero sí que quieren las manos de las trabajadoras del hogar y el sudor de los que recogen la futa para ellos. Y esto tiene que cambiar hoy", denuncian

"No quieren a las personas que vienen, pero sí que quieren las manos de las trabajadoras del hogar y el sudor de los que recogen la futa para ellos. Y esto tiene que cambiar hoy. No mañana. Dejad de vendernos sueños y dadnos derechos", reivindicaron. Los colectivos antirracistas recordaron que se encuentran en medio de una campaña de recogida de firmas para conseguir, vía ILP, que el Congreso debata una regularización extraordinaria de 500.000 migrantes sin papeles en todo el país.

"No estamos todas, faltan las internas"

El Día internacional de la Trabajadora del Hogar se celebra todos los años el 30 de marzo. Este año cae en miércoles. Así que las mujeres decidieron cambiarlo y hacerlo coincidir este domingo ¿Por qué? Muy sencillo "Si no no habrían podido venir las compañeras internas. Ellas están encerradas en casa sin salir toda la semana", reivindicaron.

Malika Ouchitachen, trabajadora del hogar marroquí de la asociación Aiphyc, fue quien tomó la voz cantante en las reivindicaciones. Recordó que su colectivo, el de las cuidadoras (remuneradas), está formado sobre todo por mujeres, sobre todo por extranjeras, y que por eso padecen una doble discriminación. No tienen derecho a paro, ni a baja laboral, ni entran en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, ni derecho a jubilación, ni derecho a sindicarse, ni a un convenio. Pueden trabajar 60 horas semanales legalmente como interna (hay quienes trabajan más en la economía sumergida) y,, sobre todo, pueden ser despedidas en cualquier momento sin demasiadas explicaciones y una cantidad de cero euros. Sin derechos. Ninguno.

Varias personas colocan un cartel en la plaza del Ayuntamiento de València EDUARDO RIPOLL

Por eso, una de las reivindicaciones fue algo tan básico como "derecho a paro ya". Otra gritaba "trabajo de interna, esclavitud moderna" porque "la época de la esclavitud ya ha pasado aunque algunos no se hayan enterado. Somos personas y merecemos derechos", gritó Ouchitachen. En el manifiesto leído durante la concentración por la Unión Africana de España, recordaron que "si tus derechos solo los tienes tú, no son derechos, son privilegios".

Otra realidad que denunciaron las cuidadoras fue que "no tenemos nada parecido a la conciliación laboral. Queremos ver a nuestras familias y hacer nuestras vidas además de trabajar". También denunciaron que "somos de los pocos trabajos donde entras para una tarea y acabas haciendo de todo. Nosotras nos encargamos de cuidar y acabamos limpiando, fregando, planchando, haciendo de psicóloga y jefas de la economía del hogar".

"Da igual los estudios que tengan, da igual de donde vengan, a los inmigrantes les toca hacer el trabajo que nadie quiere", denuncia Uhuru

Ouchitachen tuvo unas palabras de recuerdo para "las mujeres españolas del campo, que fueron las primeras en hacer este trabajo". Hace 20 años "por desgracia" llegaron ellas, las inmigrantes.

Rubios de ojos claros

El portavoz de Uhuru tomó la palabra para denunciar "que llevamos un mes de guerra en Ucrania y solo vemos en los medios a rubios de ojos azules. No hemos visto a ningún negro, porque son los que están teniendo problemas para cruzar las fronteras, a los que no les dejan salir", denunció.

Las fronteras, según denunciaron, siempre han sido racistas. "Lo vemos en Melilla donde refugiados son brutalmente agredidos por la policía, y eso los que tienen la suerte de ser grabados, lo vemos en las guerras y crisis humanitarias ignoradas como Myanmar, Yemen, Haití y Etiopía, por decir algunas". Lo ven, denuncian, "en las narrativas de odio que hay contra nosotros y que no han empezado ni acabarán en Ucrania".

En el manifiesto de la concentración las asociaciones denunciaron que, según el informe sobre la evolución de los Delitos de Odio en España del año 2020, el ámbito que mayor número de delitos registra es el racismo. En realidad, lleva siendo siempre el primero, desde que se comenzaron a hacer informes desde el año 2013.

Por otro lado, denunciaron comentarios hechos públicos en medios como "estos no son como los otros niños que estamos acostumbrados a ver sufrir en la TV, esos son niños rubios de ojos azules". Y la realidad, explicaron, es esa. "Estamos acostumbrados a ver cuerpos de personas negras sufriendo, eso ya ni siquiera nos remueve, pero parece que con las personas blancas siempre despierta la compasión", sentenciaron.