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La inflación obliga a bares y restaurantes a subir precios y a retirar los menús más baratos

Los valencianos aprovecharon ayer el buen tiempo para disfrutar del aperitivo en las terrazas. | EDUARDO RIPOLL

La carestía de los alimentos básicos y de las bebidas alcohólicas y refrescos motivada por una inflación desbocada a niveles históricos, la crisis energética derivada de la Guerra de Ucrania o los efectos de la huelga de transportistas han obligado a bares y restaurantes a subir los precios de sus cartas y menús hasta en tres ocasiones en algunos casos durante el último año.

Ahora, en plena Semana Santa, con los precios descontrolados al alza, los restauradores no han tenido más remedio que ajustar sus costes y trasladar una parte de esas subida a los clientes o bien se han visto obligados a tomar otras medidas como dejar de ofrecer menús más asequibles.

«Nos ha subido todo hasta un 40% -cuenta Hugo Lehnsdal, responsable del restaurante La Paz del Paseo de Neptuno- el aceite, la verdura, la leche... por eso no hemos tenido más remedio que quitar un menú de 16 euros que teníamos». De momento, el resto de precios los mantienen pero es complicado porque «nos han subido hasta los refrescos por la nueva Ley de Bebidas Azucaradas». En los próximos días, se replantearán qué hacer.

Juan Fos, uno de los dueños del restaurante La Pepica, coincide en el análisis de su colega. «Nos ha subido todo mucho, en bastantes casos hasta el 15%», lamenta Fos. «No solo los alimentos, también los proveedores de todo tipo, hasta los productos de limpieza o los servicios de lavandería», explica. De momento, mantendrá su menú tipo de 22 euros «pero cuando pasen las fiestas» de Semana Santa «tendremos que aumentar precios», comenta.

En los establecimientos del Paseo de Neptuno en primera línea de playa este fin de semana se pueden ver los clásicos carteles que ofrecen un desayuno popular por 5 euros y almuerzos por 7, más menús que oscilan entre 19 y 22 euros. Eso en primera línea del litoral atestado de turistas nacionales y extranjeros.

Ayer mismo, en la zona de la Avenida del Puerto, poco antes del Desfile de Resurrección, los músicos tomaban un aperitivo en bares donde el almuerzo popular -bocadillo, bebida y café- cuesta 4,90 euros.

Todos estos aumentos de costos, materias primas, bebidas, electricidad.... suponen una elevada carga para estas empresas pequeñas o medianas. Por ello, relata Alberto Lluch, director gastronómico del Balandret, les han obligado a subir precios hasta en tres ocasiones en el último año.

Esta Semana Santa, ha sido la tercera. «Con mucho miedo, con mucha precaución pero hemos tenido que subir precios», porque «estamos trabajando con el margen de beneficios más ajustado de la historia», argumenta.

«Los márgenes de ganancias son muy reducidos y se nos han disparado los gastos de producto hasta un 32%», razona. Por ejemplo, no solo los alimentos básicos, sino los vinos, «que se han encarecido mucho por la subida del cristal y las botellas pero también del corcho y del transporte». De hecho, desde enero, «muchos proveedores» de toda clase de productos «nos notificaron por correo electrónico que iban a subir sus precios» y esa subida han tenido que trasladarla en parte a su carta.

Como explica la trabajadora de un hotel que cuenta con su propio restaurante, se produce «un efecto dominó». Si se elevan los costes del transporte y se encarece la materia prima de la hostelería, al tiempo que sigue subiendo el gas o la luz, «la situación es insostenible» para estas pymes.

Cabe recordar que en marzo la inflación ascendió hasta el 9,8%, cifra que no se alcanzaba desde hacía 37 años. A partir del verano, según el Banco de España, se espera un descenso gradual pero la media anual se va a quedar en torno al 7%. Con vistas a mayo y a la campaña estival, esta tendencia inflacionista que dispara los costes de producción de los hosteleros es una mala noticia pese a las excelentes expectativas que muestra el mercado turístico.

La Comunitat lidera la recuperación del sector turístico

La Comunitat Valenciana lidera la recuperación de la actividad turística, según concluye un informe realizado por Presidencia de la Generalitat, que revela que en los primeros meses de 2022 ha llegado un 750 % más de turistas que en 2021. Para la directora general de Análisis y Políticas Públicas, Ana Berenguer, estos datos «permiten ser optimistas respecto a los próximos meses». Solo en febrero, la Comunitat «ha recibido más de 400.000 turistas extranjeros, frente a los apenas 30.000 de 2021». Las pernoctaciones han crecido un 650% y el gasto medio supera al anterior de la pandemia con 1.207 euros de media por turista.

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