Pilar Bernabé ha tomado posesión este jueves de su cargo como delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, donde releva a Gloria Calero. Frente a una nutrida representación de autoridades políticas y de la sociedad civil valenciana y alternando el valenciano y el castellano, la exconcejala del Ayuntamiento de València ha avanzado las que serán las bases de su mandato en un discurso trufado de guiños al president Ximo Puig, responsable de su nombramiento.
Diálogo, consenso o dar un nuevo impulso a la lucha contra la violencia machista han sido algunas de las consignas más repetidas por Bernabé, que sin embargo ha fijado como el "principal objetivo del Gobierno" al que representa que los "proyectos, infraestructuras e inversiones" hacia la Comunitat Valenciana se desarrollen con la "máxima celeridad".
Durante su intervención desde el Salón de Tronos de la Capitanía de València, las referencias 'ximistas' de la nueva representante de Moncloa en tierras valencianas ha sido constante. Más allá de la reivindicación de conceptos muy utilizados por Puig cuando habla de la vía valenciana como "acuerdo, diálogo y convivencia", Bernabé ha hecho referencia a conceptos como la "España polifónica" (momento en el que ha saltado al valenciano), la "hipoteca reputacional" que la autonomía ha conseguido revertir gracias al Botànic o al ansiado cambio de modelo productivo en el que tanto incide el líder socialista gracias a las inversiones de Volkswagen y Ford.
La delegada del Gobierno ha hecho un agradecimiento explícito a Puig por, según ha destacado, "demostrar que existe una alternativa llamada 'vía valenciana' que defiende la cohesión social, el respeto a todos los territorios de España y que trabaja para que ninguno se quede atrás". E incluso ha reforzado el perfil centrista que busca exprimir el PSPV de cara al ciclo electoral de 2023 al destacar que el proyecto de Puig "representa a la inmensa mayoría".
Puig rebaja el tono reivindicativo
Por su parte, el president ha devuelto los elogios a Bernabé, de quien ha dicho que llega "avalada por su trabajo" en el consistorio de València y por "su manera de ser". Además, ha celebrado el carácter dialogante de la socialista, un rasgo "fundamental" porque "sin diálogo no hay política".
No podían faltar las reclamaciones históricas sobre la infrafinanciación valenciana y la inversión en infraestructuras, pero en esta ocasión con un tono menos combativo. "Las disfunciones son lógicas, pero aspiramos a más", ha asegurado Puig, que ha reconocido al Gobierno el impulso al corredor mediterráneo, el apoyo en la lucha de los cítricos valencianos ante Bruselas o en la "sensibilidad" mostrada ante el "debate de la desconcentración de sedes" abierto por el líder del Consell.
Así, aunque ha insistido en que "queda mucho por avanzar", el president ha reconocido que "hacía mucho tiempo que la Comunitat Valenciana no se sentía tan cerca de España".
A la vanguardia de la vanguardia
Al acto no podía faltar la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, que también ha evidenciado la buena sintonía entre Consell y Moncloa. "Gracias porque siempre estás ahí", ha dicho en el arranque de su intervención a Puig, a quien ha felicitado por el "acierto" del nombramiento.
Rodríguez ha situado a la Comunitat Valenciana como ejemplo de la hoja de ruta que también tiene el Gobierno, y ha hecho especial hincapié en la "transformación del modelo productivo" y la "reindustrialización" que se está acometiendo en la autonomía.
A ese respecto, ha apuntado que las apuestas de Volkswagen y Ford va a generar no solo "empleo de calidad" sino unos trabajadores con "buenas pensiones" que en el futuro "reactivarán" otros sectores. "Esa es la apuesta de un país que se reivindica de vanguardia. Y a la vanguardia de la vanguardia está la Comunitat Valenciana", ha rematado.
