La Confederación de ampa Gonzalo Anaya recuerda sus reivindicaciones en defensa de la educación pública ante el inicio del 2022-23, el próximo lunes, «un curso escolar importante», por la aplicación de la nueva ley, la Lomloe. «Esperamos que no se trate, una vez más, de un texto que no va más allá. Introduce cambios sustanciales en el sistema educativo, pero sin una Administración pública y sin actores educativos que se lo crean y hagan todo los esfuerzos posibles, no irá a ningún sitio», advierte Rubén Pacheco, presidente de la confederación.
La Gonzalo Anaya convocó ayer a los medios a las puertas de la Conselleria de Educación, y recordó que era cuando debían haber empezado las clases, ya que la fecha pactada se modificó del 8 al 12 de septiembre, para disgusto de las familias. Sobre los datos del curso, Pacheco reconoció que las ratios se han reducido, pero no es suficiente.
Ratio media
Como publicó este diario, la ratio baja y se queda en 19,4 alumnos en Infantil y Primaria y 26,6 en Secundaria y, de media, el sistema educativo tiene un maestro por cada 12 escolares y un profesor por cada 10. «La conselleria da la media y es así, pero la realidad es que hay aulas con 20 en Primaria y con 30 en Secundaria», afirma Pacheco.
Así, piden la «bajada general de ratios en las aulas públicas», lo que «puede favorecer, junto con la codocencia, la individualización de los aprendizajes».
Por otro lado, las ampa también demandan una mayor estabilidad de las plantillas docentes, sobre todo para «fijar las plazas» en las comarcas del sur o en el interior, donde «es difícil cubrir algunas plazas y la fluctuación perjudica al alumnado, que lo sufre». Asimismo, reclaman más inclusión educativa —«dotando a las plantillas de profesionales especializados»-; «mejorar la enseñanza plurilingüe»; la universalización de toda la enseñanza infantil; «comedores escolares saludables y sostenibles»; la eliminación de los conciertos educativos; y actividades extraescolares «de calidad», tanto en los centros con jornada partida como jornada continua.
«En la jornada continua, una cosa es lo que dicen los proyectos y otra es lo que después se aplica. Tiene que haber un control exhaustivo para que eso, en muchos casos nos encontramos actividades que no alcanzan la calidad y son un ‘aparcadero’ para que los niños pasen el tiempo entre el comedor y la salida, por ejemplo, viendo películas».
Sobre las infraestructuras escolares, Pacheco incluye entre las prioridades para las ampa, que el Plan Edificant se amplíe y que los centros «estén plenamente adaptados a las necesidades reales». En cuanto a los barracones, «se van eliminando, pero queda alguno», como el CEIP Santo Ángel de la Guarda de València. «Son temporales, pero la temporalidad en algunos casos se alarga demasiado, por cuestiones administrativas o burocráticas, pero al final lo sufren los alumnos», apuntó. «Es evidente y cierto que se van reduciendo de manera exponencial, pero hay y se tienen que eliminar ; que se solucionen esos problemas de la manera más ágil posible», añadió.
Debate de los ámbitos
Los ámbitos en 1º de ESO también han marcado la vuelta al cole. Pacheco calificó la situación vivida —de la decisión judicial y la votación a contrarreloj en los centros— de «grandísima decepción y tristeza». «Iba a ser el primer curso en varios años que podía empezar con normalidad y los ámbitos han supuesto un trastorno que era necesario en este curso», afirmó ayer.
Las ampa están a favor de esta organización que ha generado tanta crispación entre parte del profesorado, y esperan que «el cambio metodológico se asiente». «Vamos a promover investigaciones y a movilizar recursos para evaluar su aplicación, para poner sobre la mesa lo positivo y lo negativo», aseguró.
