El PP de Alberto Núñez Feijóo parece decidido a dar la batalla contra el Gobierno desde las autonomías. Primero fue con la ofensiva fiscal, luego con la gestión sanitaria y la modificación del delito de sedición y ahora a raíz de la polémica por la ley del 'sí es sí'. En todos los casos el objetivo es desgastar a Pedro Sánchez desde la periferia, ya sea poniendo en marcha políticas opuestas a las defendidas por el Ejecutivo allá donde ostentan el poder o presionando a barones socialistas para posicionarse en contra de los movimientos de su jefe de filas donde el PP está en la oposición.

De esta forma, Génova ha impuesto su agenda y su tono más duro también en la Comunitat Valenciana, donde el discurso de la dirección nacional está siendo amplificado desde el PP valenciano, que trata de aterrizar en la autonomía las consecuencias de los principales debates que tienen lugar en Madrid. Para supervisar la jugada, el número dos de Feijóo, Miguel Tellado, ha visitado València en dos ocasiones en apenas tres semanas.

Sin embargo, pese a descargar cada vez con más fuerza contra Sánchez e involucrar al president Ximo Puig en cada movimiento que realiza el presidente del Gobierno, el PP valenciano no está tan lejos del PSPV en varios asuntos domésticos. Además de terminar apoyando la reforma fiscal del Botànic, que salió adelante por unanimidad, los populares valencianos mantienen la mano tendida a Puig para bonificar Sucesiones a la empresa familiar.

Conexión Génova-València

El último asunto con el que Génova está atacando al PSOE es la ley de libertad sexual, un argumentario que volvió a replicar el PP valenciano este lunes. La síndica del PPCV en las Corts, María José Catalá, introdujo el mensaje en su habitual intervención ante los medios antes del debate de enmiendas a los presupuestos. Pidió la dimisión de Montero y exigió al Consell y en especial a Puig «posicionarse» sobre un tema «nacional pero que afecta y mucho» a la C. Valenciana.

Exactamente la misma línea que seguía Miguel Barrachina desde la sede del PPCV. El jefe de campaña de Mazón compareció ante los medios escoltado por dos valencianos enviados por Génova: el diputado Luis Santamaría y el senador Fernando de Rosa. El objetivo era el mismo de las últimas semanas, presentar al Consell como cómplice de los movimientos del Gobierno central.

Según Barrachina, la modificación de la sedición, la reforma de la malversación y la ley del ‘sí es sí’ «condicionan» la agenda del Botànic, por lo que ha vuelto a exigir a Puig que aclare si está «junto a los españoles y valencianos» o «con los que quieren romper España». 

Santamaría, por su parte, insistió en que los tres asuntos «afectan a todos los españoles» y alertó de un «alineamiento» del socialismo catalán, valenciano y balear «en defensa del independentismo». Por ello, como ya hiciera Mazón la pasada semana, llamó a una «rebelión» de los diputados valencianos del PSOE en el Congreso.

 El diputado nacional, en ese tono duro al que ha virado el PP nacional siguiendo la estela de Isabel Díaz Ayuso, acusó a Sánchez de adoptar «posiciones ciertamente totalitarias». Un escenario ante el que apeló al «socialismo sensato» por el riesgo de que «el 'sanchismo' acabe fagocitando al socialismo sensato».