La terrible ola de frío que heló el río Túria, el Mijares y hasta el lago de l'Albufera

Hace 132 años los termómetros se desplomaron hasta ocho grados bajo cero en València

Primeras nieves en la Comunitat Valenciana, 132 años después de la gran ola de frío.

Primeras nieves en la Comunitat Valenciana, 132 años después de la gran ola de frío. / Paco Monteagudo

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

Con la llegada de las primeras nevadas al interior de la Comunitat Valenciana, la Agencia Estatal de Meteorología echaba mano de la hemeroteca para recordar la ola de frío que en 1891 congeló a toda Europa. Hace exactamente 132 años, un 18 de enero, en ciudades como València se registraron hasta ocho grados bajo cero y -10,4 º C en Castelló de la Plana e incluso -2,2 º C en Alicante. Muchos ríos españoles, entre ellos el Túria o el Mijares, se helaron. También las orillas y remansos del lago de l’Albufera.

Fue un episodio extraordinariamente largo, entre el 26 de noviembre y el 23 de enero, de casi tres meses, pero cuya máxima intensidad se dió a mediados de enero. Levante-EMV, en su edición del 19 de enero de 1891, titulaba: «¡Ocho grados bajo cero! No hay memoria de que jamás haya descendido tanto la temperatura». En 1956 se repetiría otro episodio de frío excepcional, aunque no tan dilatado en el tiempo. Ahora ha sido la borrasca Fien la que ha traído una masa de are ártico que este fin de semana dejará un ambiente gélido.

Mapa de la Aemet donde se reflejan los datos de aquella jornada histórica de frío de 1891

Mapa de la Aemet donde se reflejan los datos de aquella jornada histórica de frío de 1891 / AEMET Comunitat Valenciana

"Las consecuencias han sido terribles: se ha helado gran parte de la cosecha de la naranja, pendiente aún de los árboles, así como también algarrobos y las verduras. Aparecieron heladas todas las acequias de la huerta y la acequia mayor, el río Mijares y el Ebro...observándose además en el Grao un hecho rarísimo que causó la admiración de todos los que lo presenciaron: las olas del mar, al llegar a la playa, quedaban congeladas, formándose una inmensa faja de hielo a orillas del Mediterráneo". Aemet se hacía eco del libro escrito un año después Juan A. Balbás, cronista Castelló, donde recogía la efeméride.

Registro meteorológico de la Universitat de València de enero de 1891

Registro meteorológico de la Universitat de València de enero de 1891 / Aemet Comunitat Valenciana

"Las consecuencias fueron terribles, se congelaron naranjos, algarrobos y toda la huerta"

Aemet incidía en su largo hilo histórico que el Túria "amaneció helado en toda la extensión de su curso, presentando el aspecto de un enorme cristal tendido en el fondo del cauce a su paso por la ciudad de València. Durante la mañana fueron muchas las personas que acudieron a contemplar la helada superficie de sus aguas, que entre los puentes de Serranos y Trinidad alcanzaba un grueso espesor, permitiendo que algunos jóvenes patinaran por la tersa capa de hielo".

Portada del periódico El Mercantil Valenciano de 1891

Portada del periódico El Mercantil Valenciano de 1891 / Levante-EMV

"También de Alzira llegaban noticias de que se había helado por completo la naranja, y se temía igual fin para los árboles, con lo cual se agravaría enormemente la situación de los cosecheros. La destrucción del arbolado representaría la ruina para centenares de familias", según el documento elaborado en su día por el jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat Valenciana, Jose Ángel Núñez Mora, "El invierno que congeló Europa: 125 años de la gran ola de frío del año 1890-91".