Los accidentes con jabalíes se duplican en los últimos cinco años

Ha habido 3.250 casos en 14 años, con el riesgo que comporta para la vida de los conductores

Los impactos de vehículos con fauna silvestre, especialmente con ejemplares grandes, son un peligro mortal para las dos partes: los animales, que acaban falleciendo en la inmensa mayoría de los casos, y la de las personas al volante. Se trata de accidentes que, como sucede en el caso de los jabalíes, son muy imprevisibles por lo rápido que ocurren y que impiden la reacción humana a tiempo.

Y aunque la tendencia de los últimos años es descendente en cuanto al total de animales atropellados, el caso de los jabalíes y el resto de especies denominadas «de caza mayor» es más preocupante.

La Comunitat Valenciana lleva cinco años seguidos viendo cómo aumentan las colisiones contra la caza mayor, como ciervos, corzos y cabrás montés, pero sobre todo jabalíes, que representan la inmensa mayoría de especímenes de caza mayor arrollados en las carreteras de la autonomía. De hecho, los jabalíes están implicados el 92 % de los siniestros con «caza mayor» y el 41,8 % de los totales. Lo confirman los datos del estudio elaborado por el Servicio de Caza y Pesca de la Dirección General de Medio Natural y Evaluación Ambiental de la Generalitat, que ha aglutinado los datos del período entre 2007 y 2021. En ese espacio de 14 años han sido atropellados 3.250 jabalíes.

El informe concluye que «la gravedad de los daños ocasionados por estos sucesos» se sitúa en las zonas costeras, especialmente en las comarcas de la Safor y la Marina Alta, en Valencia y Alicante respectivamente. «En ellas se concentra el mayor número de colisiones con ejemplares de caza mayor, siendo la especie más implicada el jabalí», recalcan. Los principales puntos negros viales para este tipo de accidentes son la CV-700 y la CV-715.

Entre las conclusiones a las que llega la Dirección General destaca el hecho de que «se observa una intensidad mayor de la siniestralidad» en una época en concreto, en las noches de invierno «que coinciden con la temporada general de caza».

«Durante esta mitad del año ocurren el 62 % de los siniestros registrados con caza mayor», se puede leer en el estudio, que sin embargo no termina de ser tajante al señalar a esta actividad: «no se puede atribuir como causa exclusiva de esta concentración la realización de cacerías», dicen.

Aumento sostenido

El frenazo en las colisiones contra ese tipo de animales se produjo en 2017, año en el que hubo 211 incidentes conocidos en el territorio valenciano. Desde entonces el dato no ha parado de crecer, con 280 colisiones en 2018. De 2019 hasta ahora se ha superado cada año el récord histórico de accidentes con «caza mayor» —sabiendo que nueve de cada diez son jabalíes—.

Se pasó de 363 colisiones en 2019 a las 428 en 2020 y finalmente a 494 en 2021. La cantidad se ha multiplicado por 2,3 en cinco años.

El informe de la Generalitat alerta también sobre el aumento de la siniestralidad con los corzos, porque su expansión «continúa creciendo y debe ser objeto de seguimiento y medidas de prevención de circulación viaria. En concreto, en los últimos 14 años ha habido 117 colisiones con corzos y 105 con una especie hermana, los ciervos.

Los accidentes con la llamada «caza menor» no son tan graves para la vida humana, pero representan el 52,5 % de los incidentes desde 2007. La mayoría de ellos son contra conejos (2.515 notificados), seguidos de los zorros (685).

En Alicante, el doble

La provincia de Alicante es la más afectada, en buena medida por las colisiones con jabalíes producidas en la Marina Alta pero también en l’Alt Vinalopó, donde hay una concentración masiva de conejos. Así, las comarcas del sur tienen 0,51 colisiones por km2. Casi duplican a Castellón y Valencia, con 0,27 y 0,28 colisiones por km2.

«El análisis de las colisiones de vehículos con ejemplares de fauna cinegética resulta muy ilustrativo a la hora de determinar puntos negros y definir medidas preventivas», dicen los autores del estudio, que recalcan que habría que «mejorar la información de partida y garantizar que los registros se realicen de forma correcta y completa». La Generalitat llama también a que se cree una «red permanente de seguimiento de estos sucesos» y a que se establezcan protocolos entre las autonomías.

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