El riesgo de incendios se duplica en cuatro décadas en la zona mediterránea

El CEAM incide en que el cambio climático genera condiciones más cálidas y secas, con una aridificación del suelo que exige una gestión forestal distinta

Un avión lanzando agua sobre las llamas en la mañana de ayer. | FRANCISCO CALABUIG

Un avión lanzando agua sobre las llamas en la mañana de ayer. | FRANCISCO CALABUIG / Minerva Mínguez. valència

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

El riesgo de incendio forestal en la zona mediterránea se ha duplicado en las últimas cuatro décadas. Así lo afirma Samira Khodayar, directora del grupo de Meteorología del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), quien incide en la necesidad de adaptación a esos nuevos escenarios provocados por los efectos del calentamiento global. El cambio en las condiciones atmosféricas, más extremas y que incrementan la aridificación del suelo, requieren de una gestión forestal también distinta.

La prevención, señalaba ayer, permitió espaciar los períodos de tiempo sin grandes desastres en los montes valencianos pero el éxodo rural, el abandono de cultivos y el cambio en lo usos forestales han convertido los terrenos forestales en auténticos «polvorines». De ahí la necesidad de introducir modificaciones, de lo contrario las consecuencias serán «devastadoras», apuntaba Khodayar. En cualquier caso, remarca a Levante-EMV: «Que el riesgo aumente no implica que lo haga su severidad».

Lo cierto es que este mes de marzo la temperatura está siendo más de dos grados superior a la media, con vientos de poniente que acrecientan una sensación de calor más propio de la época estival que de la primavera.

Registros más cálidos

El año 2022 ya fue muy seco y la temperatura media anual se situó por primera vez por encima de los 15 ºC, superando a 2017 y 2020, que habían sido los más cálidos. Solo en 2005 y 2017 había llovido menos que el año pasado. Octubre, noviembre y diciembre registraron en la vertiente mediterránea y Baleares las temperaturas más altas desde 1964. La ausencia de lluvia ha restado humedad a la vegetación, lo que aumenta la carga de combustible forestal.

Inicio del fuego el pasado jueves 23 de marzo

Inicio del fuego el pasado jueves 23 de marzo / Sentinel/Educación Forestal

El incendio originado en Villanueva de Viver el pasado jueves se aprecia perfectamente desde la estratosfera. El satélite europeo Sentinel 2 del programa de Observación de la Tierra de Copernicus contabilizaba a última hora de la noche del domingo 3.716 hectáreas afectadas. La extinción se complicó por la difícil accesibilidad de la zona para las taréas manuales, teniendo que recurrir en gran medida a los medios aéreos. Ayer eran ya más de 4.300 las hectáreas afectadas.

El avance del fuego hacia la Serra d'Espadà

El avance del fuego hacia la Serra d'Espadà / Sentinel/Educación Forestal

La animación llevada a cabo por Educación Forestal, tomando como base los puntos calientes del satélite, permite comparar el antes y el ahora de la zona tras el paso de las llamas. Las imágenes previas son las del día 21 de marzo, con el verde como color dominante. Por contra, en las del domingo el enclave quemado aparece en falso marrón-rojizo. El de Castellón se considera ya un Gran Incendio Forestal al sobrepasar las 500 hectáreas.

El fuego calcina desde el pasado jueves unas 4.000 hectáreas que el fuerte viento de poniente y la complicada orografía del terrreno han agravado. El principal temor es que las llamas penetren en el corazón de la Serra d'Espadà, uno de los veintidós parques naturales de la Comunitat Valenciana. Declarado el 29 de septiembre de 1998, es el segundo espacio protegido más extenso del territorio, ocupando 31.180 hectáreas. La Serra d’Espadà se caracteriza por contar con uno de los pocos afloramientos de areniscas.

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