Las universidades valencianas ante el nuevo curso | José Manuel Pagán Rector de la Universidad Católica de València (UCV) San Vicente Mártir

José Manuel Pagán: "Muchos de nuestros alumnos son hijos de trabajadores mileuristas"

"En las becas de la Generalitat del curso pasado, con criterios de nivel de renta y rendimiento académico, nuestros alumnos recibieron más ayudas que la Jaume I y que la Miguel Hernández" 

El rector de la Universidad Católica de Valencia (UCV), José Manuel Pagán, en su despacho.

El rector de la Universidad Católica de Valencia (UCV), José Manuel Pagán, en su despacho. / Miguel Angel Montesinos

Rafel Montaner

Rafel Montaner

El rector de la Universidad Católica de València (UCV) San Vicente Mártir, el profesor de Derecho Tributario José Manuel Pagán (València, 1975), lleva toda vida vinculado a la universidad del Arzobispado de València. Allí empezó su andadura como docente hace 20 años, tantos como la creación de la que por volumen de alumnado es la sexta de las 8 universidades presenciales del sistema universitario valenciano y la primera privada.

Reforma integral de la sede de Trinitarios

La Católica arranca este nuevo curso con más de 12.800 alumnos de grado, máster y doctorado, 900 de ellos internacionales. Rector desde que en junio de 2018 lo nombrara el cardenal Antonio Cañizares, el entonces gran canciller de la UCV y cardenal arzobispo de València, Pagán vive con ilusión la rehabilitación integral de la sede de Trinitarios. Este edificio de más de 9.000 m2 al lado de la almendra fundacional de la Valentia romana, que hasta ahora solo albergaba la Facultad de Teología, está llamado a convertirse el próximo curso 2024-2025 en el corazón de la Universidad Católica.

José Manuel Pagán, en el claustro del Rectorado de la Universidad Católica de Valencia (UCV).

José Manuel Pagán, en el claustro del Rectorado de la Universidad Católica de Valencia (UCV). / Miguel Angel Montesinos

"Hemos apostado por una reforma total porque queremos que, además de la Facultad de Teología, albergue también nuestra Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales. Es decir, Derecho, Derecho Canónico, ADE, Multimedia, Narración y Diseño de Videojuegos, y la Facultad de Filosofía. Con lo cual Trinitarios será una sede clave para la Universidad y luego, por las características del inmueble, hay una voluntad de que sea un gran centro cultural no solo para la propia Universidad, sino también para la diócesis y para la ciudad de Valencia", dice. Además, el traslado de ADE y Multimedia a Trinitarios permitirá liberar la sede de Marqués de Campo, en la calle Corona, para el crecimiento de las facultades de Veterinaria y Ciencias Experimentales del núcleo de Santa Úrsula. 

En diciembre la Universidad Católica de Valencia cumplirá 20 años ¿Qué ha aportado la UCV a la sociedad en estas primeras dos décadas de vida?

Hemos formado ya a más de 40.000 personas y muchas de ellas estarán ahora desarrollando carrera profesional, lo cual es motivo de alegría y de responsabilidad. También hemos enriquecido el sistema universitario valenciano aumentando la pluralidad de la oferta. Además, en la UCV somos 1.600 trabajadores, cerca de 900 a tiempo completo, y, por lo tanto, muchas familias dependen de nosotros, lo que también es una manera de generar riqueza para la economía valenciana. 

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En su bienvenida a los 2.500 alumnos y alumnas de nuevo ingreso les dijo que la Universidad es mucho más que un proveedor de mano de obra de cualificada. ¿Qué les ofrece a estos jóvenes?

Me molesta que se circunscriba la Universidad a un espacio destinado a proveer de mano de obra cualificada al mercado. Porque la verdad es que somos mucho más que eso. La Universidad tiene que ser un espacio de crecimiento personal. Es decir, junto con ese crecimiento académico o profesional, es fundamental que ese joven que llega con 17 o 18 años y que sale con 22, 23 o 24 años, tenga la oportunidad de crecer en lo personal, de hacerse preguntas fundamentales. Por eso, en la jornada de bienvenida les animaba también encontrar un sentido de vida. Soy consciente de que todo esto hoy es difícil, quizá también por la forma en la que vivimos todo es muy superficial y con las redes sociales vamos de enlace en enlace con lo que al final entrar a conocer en profundidad un tema es verdaderamente difícil. La Universidad tiene que ayudar al joven a profundizar en los temas, a tener un pensamiento crítico. Hoy es más necesario que nunca saber ponerse los zapatos del otro.

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"La Universidad tiene que ayudar al joven a tener un pensamiento crítico. Hoy es más necesario que nunca saber ponerse los zapatos del otro"

¿Y cómo se fomenta el espíritu crítico entre los jóvenes?

Poniendo en valor la libertad. Yo creo que la Universidad tiene que ser un espacio donde nos podamos expresar libremente, siempre con respeto y con rigor. A los jóvenes también les digo que el pensamiento crítico exige una formación, porque a veces se confunde eso con criticar a las primeras de cambio lo que alguien está diciendo. Y cuidado porque eso es un criticón, que hoy está como muy presente en la sociedad. Por tanto, lo primero es formarse: tienes que tener ese discernimiento que te permite saber qué cosas están bien y qué cosas están mal, que existe el bien y el mal, lo bueno y lo malo, la verdad y la mentira. Todo esto pasa por una formación y los profesores juegan en esto un papel clave. Tenemos que presentar modelos a nuestros jóvenes de profesores que cuidan su formación, no solo la profesional, sino también esas otras dimensiones propias de la persona.

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José Manuel Pagán, rector de la Universidad Católica de Valencia (UCV) San Vicente Mártir.

José Manuel Pagán, rector de la Universidad Católica de Valencia (UCV) San Vicente Mártir. / Miguel Angel Montesinos

Aunque son un centro privado, subrayan que son de iniciativa social ¿Cómo lo plasman?

Es importante y me gusta diferenciar esto sin estigmatizar ni mucho menos a universidades privadas con ánimo de lucro. Pero nuestra universidad tiene esa particularidad, que somos un centro de iniciativa social, de identidad católica y sin ánimo de lucro. Esto es importante porque nosotros no tenemos un accionariado que nos esté pidiendo unos beneficios lícitos y lógicos cuando uno hace una inversión. Nuestro patronato lo que nos pide es que cumplamos la misión por la que ha sido creada la Universidad. Nuestra Universidad nace en la diócesis, nace de la Iglesia en Valencia y de alguna manera busca cerrar un círculo atendiendo a la educación en su nivel superior. Al nacer de la Iglesia, por tanto, también compartimos esa misión evangelizadora propia de la Iglesia, pero desde lo esencial de una universidad que es la docencia, la investigación y la transferencia de conocimiento. Eso explica que en nuestro catálogo haya titulaciones que desde un punto de vista de rentabilidad económica no las tendríamos. Así, tenemos grados en Filosofía, en Terapia Ocupacional, Logopedia, titulaciones que a lo mejor no mueven una gran demanda pero que entendemos que son necesarias. Económicamente tenemos otras titulaciones que quizá nos ayuden a compensar eso, pero no podemos dejar de ofrecer Filosofía y el curso pasado integramos en la UCV a la Facultad de Teología, una realidad que preexiste a la propia Universidad, pues ahora celebra sus 50 años. Lo importante es qué cumplamos misión y luego aspiramos también a ser sostenibles. Nos financiamos, más allá de los ingresos que provienen de la investigación, principalmente con las becas y las matrículas de los alumnos y por ello es verdad que la gerente siempre me dice ‘cuidado, no tenemos ánimo de lucro, pero tampoco ánimo de ruina’. 

Aunque se vincula a la universidad privada con las élites, 4 de cada 10 de sus alumnos son becarios ¿Cómo lo explica?

En las becas de la Generalitat del curso pasado, con criterios de la Administración que básicamente es el nivel de renta, el umbral económico, y el rendimiento académico, nuestros alumnos recibieron más ayudas que la Jaume I y que la Miguel Hernández. Es verdad que hay otras universidades que están muy alejadas de nuestra realidad, pero el perfil concreto de nuestros estudiantes es el de un alumno que tiene derecho a beca, y las reciben del Ministerio o de la Conselleria porque el nivel económico de la familia lo justifica y luego tiene un rendimiento académico. Si ese prejuicio todavía en muchos casos existe, yo creo que evidencias como esta resuelven la duda. Por eso estos años han sido a veces duros precisamente por nuestro compromiso con los alumnos que nos llevó a defender que eran merecedores de recibir becas. Nos tocó llevar esta misión adelante, algo que ha beneficiado a otras universidades, ya que llegamos al Tribunal Constitucional y de alguna manera también el tema de las prácticas del alumnado de Ciencias de la Salud en hospitales públicos.

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"Las becas son un derecho del alumno, que si tiene necesidad económica debe contar con ayudas para ir a la universidad valenciana que quiera"

No les tembló la mano a la hora de recurrir al juzgado la decisión del Botànic de excluir al alumnado de las universidades privadas de las becas del Consell.

Estábamos convencidos de que teníamos que recurrir porque la beca no la recibe la Universidad, la beca la recibe el alumno. Entendíamos que los criterios de concesión de las becas, como luego lo confirmaron los tribunales, debían ser primero la necesidad, la situación económica familiar, y luego que haya un rendimiento académico. Pero eso exclusivamente, y no que si el centro, en este caso nuestra Universidad tiene una identidad católica o no. Nosotros entendemos que aquel alumno que libremente dentro del sistema universitario valenciano decide estudiar con nosotros, si tiene una necesidad económica eso no le debe frenar. Si tiene necesidad económica y tiene rendimiento académico permitámosle que estudie en la universidad valenciana que quiera. Muchos alumnos nos eligen porque les gusta el modelo que nosotros ofrecemos, pero no pueden acceder a el si se les niega la beca teniendo derecho a ella por razones económicas. Por eso, durante ese tiempo duro, la Universidad redobló el esfuerzo por sacar becas propias. Un amplio catálogo de ayudas propias que hemos mantenido e incrementado porque desde el momento de nuestra creación la política de becas para nosotros ha sido importante. En esto, primero el fundador de la Universidad, el cardenal Agustín García-Gasco, y luego lo han ido repitiendo todos los arzobispos que le han sucedido, nuestro objetivo es que nadie que queriendo estudiar con nosotros, deje de hacerlo por un tema económico.

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El rector de la UCV, José Manuel Pagán, en su despacho.

El rector de la UCV, José Manuel Pagán, en su despacho. / Miguel Angel Montesinos

¿Cómo vivió a nivel personal aquella exclusión?

Fue un sufrimiento porque sabes de alumnos que dependen de una beca, tanto para continuar como para acceder a nuestros estudios. Cuando uno tiene que administrar recursos escasos, puede llegar a pensar que quien estudia en una universidad que no es pública es porque puede o que incluso es un capricho, y decir ‘los caprichos uno se los paga’. Pero eso no se puede aplicar a la UCV. Prueba de ello son las becas del Ministerio, que esas nunca se dejaron de percibir, y que benefician a buena parte de nuestro alumnado. ¿Por qué? Por su nivel de renta, pues conozco muchos de nuestros estudiantes, cuyo padre y madre trabajan, y son mileuristas, pero entienden que es una inversión que quieren para sus hijos.