Juventud precaria

Uno de cada cinco jóvenes valencianos es pobre pese a que trabaja

Solo el 15 % de la juventud valenciana está emancipada, y quienes lo están viven en su gran mayoría en habitaciones

Para alquilar un piso una persona joven debería destinar el 70 % de su salario, y para pagar la entrada de una casa debe gastar 3,1 sueldos anuales

El Consell Valencià de la Joventut presenta su último informe sobre emancipación juvenil

Germán Caballero

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Con trabajo, pero pobres. Es la dura realidad que afronta uno de cada cinco jóvenes valencianos, a los que se les prometió que si estudiaban y se esforzaban se labrarían un futuro. Pero el futuro era ser pobres. La realidad hoy es que la mitad de los jóvenes valencianos están sobrecualificados para el puesto que ocupan, y que solo el 15 % está emancipado. La grandísima mayoría de los que viven fuera de casa de sus padres lo hacen en habitaciones, porque no se pueden permitir nada más.

Es la radiografía que hace el Consell Valencià de la Joventut en su Observatorio de Emancipación Juvenil, que corresponde al segundo trimestre de 2022 y ha sido presentado hoy en València por su presidenta, Àlvar López de Medina, y la presidenta del Consejo de la Juventud de España, Andrea G. Henry. La situación de los jóvenes se eterniza. Por ejemplo, aunque la tasa de emancipación ha crecido un 1,6 % (sobre todo gracias al empleo público), sigue estando en un 15 %.

Tampoco hay novedad en cuanto al acceso a la vivienda. Los jóvenes valencianos deberían dedicar un 70 % de su sueldo para alquilar un piso, aunque el Banco de España no recomienda pasar del 30 %. En un año el precio del alquiler se ha disparado un 15 % y los salarios reales de los jóvenes han bajado un 1,7 % por la inflación. Si quisieran optar por la vía de la compra difícilmente podrían, porque para pagar la entrada de una hipoteca hacen falta hoy 3,1 sueldos íntegros anuales de una persona joven.

Una joven frente a una inmobiliarioa buscando piso en Valencia.

Una joven frente a una inmobiliarioa buscando piso en Valencia. / Germán Caballero

La realidad es vivir en una habitación y compartir salón, cocina y baño. Una balda en la nevera para tu comida, una en el baño para tus productos de higiene. El estudio del Consell Valencià de la Joventut revela que el coste de alquilar una habitación en la provincia de València es del 35 % del sueldo de una persona joven. En el caso de Alicante es el 31, 3 % y en Castellón un 24 % del salario de un joven.

La buena noticia está en la reducción de la tasa de temporalidad, que ha bajado un 26,1 % en solo un año conescuencia de la última reforma laboral. Aún así y todo, sigue siendo de un 41 % de jóvenes que trabajan a jornada parcial.

Futuro postergado

Las condiciones materiales de la juventud valenciana (y española) siguen provocando que posterguen sus decisiones vitales. Y hay diferencias por género. Solo un 11 % de ellos está emancipado mientras sube al 18 % de ellas en las personas de 16 a 24 años. Entre los 25 y 29 años ha crecido ligeramente, pero dos de cada tres siguen viviendo en casa de sus padres.

El porcentaje de personas compartiendo piso se dispara entre la franja de 16 a 24 años (61 %), pero entre las personas de 30 a 34 años sigue siendo común, ya que una de cada cinco también viven de alquiler en una habitación. Hasta los 29 años solo un 25 % de los jóvenes tienen una hipoteca, y de estos, más de la mitad comparten el piso en el que están hipotecados para aligerar gastos.

El precio del alquiler en la Comunitat Valenciana ya está, de media, en 720 euros. En el caso de un joven de 23 años tendría que dedicar el 102 % de su salario en pagarlo, y en los jóvenes de 30-34 años más del 50 %, por encima del 30 % de los ingresos que recomienda el Banco de España. Es la tasa de esfuerzo para alquilar una vivienda más alta desde el año 2020.

Una joven valenciana que no puede independizarse, en una imagen de archivo.

Una joven valenciana que no puede independizarse, en una imagen de archivo. / Loyola Pérez de Villegas Muñiz

En resumen, los jóvenes están obligados a compartir piso o vivir en pareja si quieren alquilar. A esto hay que sumar que los precios de compraventa de vivienda han subido un 6 % este año. Según los cálculos del CVJ, la superficie máxima tolerable para una persona asalariada es de 23 metros cuadrados para los jóvenes de 16 a 24 y de 38 metros cuadrados para los jóvenes de 25 a 29.

Éxodo juvenil

Otro aspecto que explora el informe del Consell Valencià de la Joventut es el saldo migratorio de la población joven. Desde 2014 se ha disparado el número de personas jóvenes que dejan la Comunitat Valenciana en busca de un futuro mejor.

Uno de cada tres jóvenes de menos de 29 años se ha ido al extranjero, y un 17 % de las personas de 30 a 34 años. El saldo, sin embargo, se compensa con jóvenes de otros lugares que llegan a al Comunitat Valenciana casi en la misma proporción.

Las razones para este éxodo son la pérdida de capacidad adquisitiva. Según el informe del Consell Valencià de la Joventut, un 27 % de los jóvenes valencianos están en riesgo de pobreza algo que no ha cambiado desde el inicio de la crisis económica en el año 2009. Lo que tampoco ha cambiado demasiado es la tasa de paro juvenil, que está en un 23 % entre los hombres y un 27 % de las mujeres.

Protesta contra una inmobiliaria en Valencia.

Protesta contra una inmobiliaria en Valencia. / F.Calabuig

Emancipación y estudios

Otra conclusión que se saca con los datos del estudio es que tener más nivel de estudios no da, a la larga, más posibilidades de emanciparse de joven. Es más, en torno al 50 % de los jóvenes de 25 a 29 años con la Eso está emancipado, frente a solo el 28 % de los jóvenes que ha estudiado en la universidad. Casi el doble. De hecho, la conclusión que saca el CVJ es que "emanciparse en la Comunitat Valenciana era mucho más difícil para aquellas personas que aún cursaban algún tipo de estudio".

Otro dato decisivo a la hora de emanciparse es la clase social. Así un 70 % de personas jóvenes que tienen una vivienda lo es por herencia o donación, y la otra mitad porque han accedido a una hipoteca. El resto viven de alquiler.

Si hablamos de hipotecas, la realidad es que la mayoría de la gente joven no se las podría permitir o lo haría sobreendeudada. Ya que los jóvenes de 25 a 29 años deberían destinar el 43 % de lo que ganan en la cuota de la hipoteca. En concreto, las mujeres deberían gastar más de la mitad. Todo esto, teniendo en cuenta que el precio máximo tolerable para la compra sería de 91.000 euros para un joven menor de 29 años.