Los colores de l'Albufera

Las elevadas temperaturas este verano, estiradas hasta el otoño, sumadas a factores biológicos han provocado en las últimas semanas cambios de tonalidad en el lago de l’Albufera. Desde hace algunos días el aspecto de la laguna sorprende a los visitantes por su color entre marrón y anaranjado, producto de la degradaciónde unas algas que de normal le confieren un brillante color verde.

El caso del fósforo

Precisamente esa concentración de clorofila es el principal indicador del estado de eutrofia del enclave, por la elevada carga de nutrientes que llegan como es el caso del fósforo. Esos niveles varían estacionalmente y tras su proliferación durante la primavera en el verano se produce un proceso de senescencia y un aumento de los carotenos que confieren ese manto rojizo al humedal. El aumento del fitoplancton este año, muy elevado según los expertos, ha provocado que el efecto sea más exagerado como ya avanzaba Levante-EMV el pasado martes. Desde la Conselleria de Medio Ambiente y el Servicio de Devesa-Albufera de València apuntaban ayer a esos «múltiples factores», que aunque son cíclicos y van ligados a los eventos meteorológicos y los caudales, obligan «a permanecer atentos y vigilantes a la evolución de las aguas».

El lago de l’Albufera se tiñe de un color marrón

El color marrón del agua de l'Albufera

El Racó de l’Olla

Las lagunas del Racó de l’Olla también se tiñeron de un rosa casi chicle en septiembre, ya que al estar asentadas sobre antiguas salinas cuando se disparan los termómetros y aumenta la evaporación se multiplica la salinidad. Se crean entonces unas condiciones extremas que pocos organismos pueden soportar, como recuerdan los técnicos. El color se debe a la presencia de la bacteria fotosintética Thiocapsa, subrayan.

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