Homenaje a Joan Romero, el intelectual que se educó sin ir a la escuela

"Quien soy y quien hubiera querido ser coinciden. Mi lugar en el mundo era ser profesor”, afirma el catedrático y exconseller en el acto de reconocimiento que le ha dedicado la Universitat de València

Mavi Mestre, Adela Cortina, Francisco Tomás, Josep Vicent Boira, Francisco Pérez y Jorge Olcina, algunos de los profesores que han participado en el acto

Homenaje al profesor Joan Romero por su jubilación

J. M. López

Alfons Garcia

Alfons Garcia

Joan Romero entró en la Facultad de Geografía e Historia de València, en el mismo edificio que ocupa hoy, hace 53 años. Desde entonces no se ha desvinculado del que considera su “lugar en el mundo”. Lo recordaba esta mañana, emocionado, en el acto de homenaje que la Universitat le ha dedicado por su jubilación. El motivo del encuentro es la publicación del número 110 de la revista 'Cuadernos de Geografía', dedicado al catedrático de Geografía Humana, que ahora continúa dando clases en calidad de emérito.

El acto ha reunido a numerosos representantes del mundo académico e intelectual valenciano. Lo ha presidido la rectora, Mavi Mestre, y en la sala Palmireno de la facultad se ha visto al exrector Francisco Tomás, la filósofa Adela Cortina, el director del IVIE, Francisco Pérez, y el comisionado para el corredor mediterráneo y compañero de cátedra, Josep Vicent Boira, entre otros. Joaquín Azagra, Francisco Javier Palao, Guillermo López García, Josep Lluís Gómez Mompart, Rafael Tabarés, José Antonio Pérez, Jorge Olcina, José María Vidal, Fernando Flores, Julià Àlvaro, María Elena Olmos, Dolores Pitarch, Josep Montesinos, Ana M. Camarasa y Josep Pérez Cosín han sido también algunos de los participantes en un homenaje que ha unido a las facultades de Geografía e Historia, Derecho y Comunicación.

Joan Romero (Albacete, 1953) fue conseller de Educación en el último Gobierno de Joan Lerma y líder (breve) de los socialistas valencianos al final del siglo pasado, pero sobre todo es uno de los principales referentes intelectuales valencianos en activo. Y, más que eso, es un profesor. “Quien soy y quien hubiera querido ser coinciden. Mi lugar en el mundo era ser profesor”, ha afirmado en el tramo final del acto, en el que se ha destacado su vida “dedicada a la formación de ciudadanos”. “Dar clase me hace feliz, más que escribir e investigar”, ha confesado.

Romero ha querido recordar de dónde viene. El “cambio de agujas” en su vida (en concepto de Jurgen Habermas) fue la entrada en la universidad y en el Colegio Mayor Lluís Vives. Y eso fue posible “gracias a mi madre y una beca-salario”.

Romero ha recordado que su vida estaba en el campo, al que parecía destinado, y que se educó sin ir a la escuela gracias a dos maestros anarquistas represaliados que iban por las aldeas enseñando con un rollo de mapas bajo el brazo a cambio de unas monedas. Como ha dicho: “Somos lo que recordamos”.

Además de esos dos maestros, padre e hijo, Romero ha citado a los profesores que han escrito su trayectoria: Antonio Mestre, Josep Fontana, Enest Lluch y Vicenç Rosselló. En esa biografía de influencias y amistades está su “compromiso con la construcción de una sociedad más decente”. 

“La vida me ha tratado bien. Hago lo que me motiva con gente que me motiva”, ha subrayado el autor de obras como ‘España inacabada’ y ‘La secesión de los ricos’.

El profesor que no tiene redes sociales ni Whatsapp ha señalado que “la red de afectos es la única importante”.