Educación

Educación no penalizará las faltas de ortografía en Bachillerato y selectividad al alumnado con dislexia

Se calcula que un 10 % del estudiantado tiene dislexia, el trastorno de aprendizaje más común

La medida se aplicará en todas las asignaturas menos Valenciano o Castellano, donde algunas faltas sí restarán

Concha Barceló, de la asociación Trenca-Dis, junto al conseller de Educación José Antonio Rovira y la directora general de Inclusión Educativa Charo Escrig, en rueda de prensa.

Concha Barceló, de la asociación Trenca-Dis, junto al conseller de Educación José Antonio Rovira y la directora general de Inclusión Educativa Charo Escrig, en rueda de prensa. / G.Sánchez

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Las personas con dislexia son "ciegas" ante las faltas de ortografía. No son capaces de verlas. Da igual lo mucho que se esfuercen y se apliquen, porque no las verán. De hecho, uno de los rasgos de la dislexia es ser más inteligente que la media, pero al ser un trastorno "invisible" muy pocas veces se identifica. El resultado es que chavales brillantes acaban como fracasados escolares.

Teniendo esto en cuenta la Conselleria de Educación acaba de anunciar que no penalizará las faltas de ortografía en Bachillerato ni en la selectividad del alumnado con dislexia. Así lo ha anunciado hoy el coseller de Educación José Antonio Rovira en rueda de prensa.

La medida se aplicará en esta Ebau de 2024 y en el Bachillerato del curso que viene, según ha explicado la directora general de Inclusión Educativa Charo Escrig. Se trataba de una demanda histórica de la asociación Trenca-Dis, que ha celebrado la medida: "hay chicos que no han podido a entrar a ingenierías pese a tener notas brillantes, porque las faltas le bajaban muchísimo la nota en castellano y valenciano, hasta un 2 o un 3. Al entrar en otra carrera se la están sacando con notazas, y pensamos que eso no es justo. La medida significa que las personas con dislexia puedan cumplir sus sueños", cuenta Concha Barceló, presidenta de Trenca-Dis.

La modificación de la Ebau para personas con dislexia también trae mejoras para todo el estudiantado valenciano. El enunciado y el interlineado de las frases se reformará para hacerlo más claro y fácil de entender

Imagen de archivo de un profesor repartiendo exámenes en la EBAU 2023.

Imagen de archivo de un profesor repartiendo exámenes en la EBAU 2023. / Francisco Calabuig

Asignaturas lingüísticas y faltas de ortografía "naturales"

En la Ebau no se penalizarán las faltas de ortografía del alumnado con dislexia, pero solo en las asignaturas no lingüísticas (todas menos castellano y valenciano). En castellano y valenciano las faltas descontarán solo dos tercios, y solo se les podrá bajar un máximo de 3 puntos. Los mismos criterios regirán para los exámenes de Bachillerato.

La medida cuenta con un informe técnico de la Unidad Especial de Orientación (UEO) de Dénia, que marca las faltas de ortografía que descuentan y las que no. No penalizarán las faltas de ortografía naturales y arbitrarias.

Las faltas de ortografía naturales tienen que ver con la dificultad de los disléxicos para manejar las unidades del lenguaje (palabras, sílabas y fonemas). Estos problemas se acrecentan aún más con el estrés de la Ebau. Por ejemplo: "nobelza, por nobleza", "los musulmanes se subelevaron, por sublevaron", "pidién dole, por pidiéndole" o "com padecidos por compadecidos".

Las faltas de ortografía arbitrarias son errores de palabras cuya escritura se ha establecido arbitrariamente, es decir, que no siguen ninguna norma ortográfica. Por ejemplo, que "payaso" se escriba con "y" y no con "ll", explica Barceló. Otros ejemplos son "espansión, por expansión" o "rebitalizar por revitalizar".

Las faltas que sí que descontarán son las regladas. Estas son todas aquellas que se escriben de una determinada forma porque hay una regla detrás. Por ejemplo, los acentos, la doble rr, o escribir 'm' antes de 'p' (fragil, enrriqueció o inpacto, por frágil, enriqueció o impacto). "Todas estas palabras tienen reglas que los chavales se pueden memorizar, y por tanto sí que se espera de ellos que lo escriban bien", explica Escrig.

Archivo - Estudiantes en la Facultad de Ciencias Económicas en las pruebas de la EBAU

Archivo - Estudiantes en la Facultad de Ciencias Económicas en las pruebas de la EBAU / Isabel Infantes - Europa Press - Archivo

El trastorno del aprendizaje más común

La dislexia es el trastorno del aprendizaje más común en las aulas, junto con las altas capacidades. Alrededor de un 10 % del alumnado la sufre. De hecho, una característica de la dislexia es que las personas son muy inteligentes. Pero al ser un "trastorno invisible" que no se ve, como por ejemplo una discapacidad, muy pocas veces se detecta.

Esto produce que se culpe al alumno por "no esforzarse" o "no implicarse", cuando lo que late en el fondo es este trastorno de aprendizaje. El resultado es que muchos, pese a ser inteligentes, acaban fracasando en la escuela y sólo un porcentaje mínimo llega a la selectividad. Un ejemplo, en 2019 se presentaron 21.000 estudiantes a la selectividad y se estima que deberían haber mil con dislexia (un 7,2%). En cambio, solo hicieron el examen 89 personas, un 0,2 %.

La asociación Trenca-Dis reclama ahora que el resto de autonomías sigan el ejemplo valenciano, para que todo el alumnado con dislexia tenga unos criterios comunes para realizar la Ebau, y no unos distintos en función de donde vivan.

Más tiempo y examen marcado

El alumnado con dislexia ya tenía una serie de facilidades en el examen de la Ebau antes de introducir esta. Para empezar, tienen un 25 % más de tiempo en cada examen, con la idea de que lo dediquen a revisar la ortografía.

En pandemia, además, el Botànic introdujo que las faltas de ortografía sólo penalizaran 2/3 para el alumnado con dislexia, y que pudieran pedir al profesorado que les leyera las preguntas en alto para entenderlas bien, además de poder hacer el examen (si lo desean) en una sala especial.

Pero la modificación de la Ebau para personas con dislexia también trae mejoras para todo el estudiantado valenciano. El enunciado y el interlineado de las frases se reformará para hacerlo más claro y fácil de entender, y esto se aplicará a todo el alumnado. "Al final es algo bueno de lo que se pueden beneficiar todos", ha apuntado Escrig.

Para realizar estas modificaciones, el examen del alumnado disléxico seguirá siendo anónimo pero se marcará con un color específico para que el profesorado sepa que va a corregir el examen de un joven con esa condición y que debe aplicar los otros criterios.

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