Biología

Identifican en l’Albufera hasta 688 invertebrados con dos especies nuevas

El doctor en biodiversidad Juan Rueda Sevilla ha desarrollado 142 proyectos desde 1993 en el humedal en los que ha recogido y analizado 1.893 muestras

El doctor en biodiversidad, Juan Rueda Sevilla, recoge muestras con un tubo de metacrilato en l'Albufera.

El doctor en biodiversidad, Juan Rueda Sevilla, recoge muestras con un tubo de metacrilato en l'Albufera. / Juan Rueda Sevilla

El doctor en biodiversidad Juan Rueda Sevilla cumple treinta años de estudios y seguimiento de los invertebrados acuáticos en el parque natural de l’Albufera. Una especialidad, la de los invertebrados acuáticos continentales, a la que ha dedicado su vida a pesar de que «son los bichejos más desagradecidos de la sociedad científica». Un timón al que se agarró «hace treinta años, antes de acabar la carrera» y que ya no ha soltado en estas tres décadas de investigación de estos seres microscópicos, casi invisibles. Pero que son «bioindicadores. Cada uno tiene su función asociada y nos indica si el agua es buena, mala o mediocre y estos organismos nos ayudan a interpretarlo».

Así que pertrechado con redes de 250 micras, tubos de metacrilato de 52 milímetros de diámetro interior o tamices de 1 milímetro de poro ha desarrollado un total de 142 proyectos entre 1993 y 2023. Treinta de ellos en el parque natural de l’Albufera, pateándose tancats y sumergiendo sus redes en ullals, arrozales, filtros verdes y acequias. Aunque el rastreo de los invertebrados también le ha llevado a recorrer la red de barrancos o surcar aguas arriba el río Turia hasta Gestalgar o el Júcar hasta el azud de Antella. 

Una tarea que ha supuesto la recogida de 1.893 muestras en estos treinta años, que arrojan un resultado de 688 especies de invertebrados diferentes recolectados aunque, admite, «faltan muchos por identificar». Pero que han arrojado un resultado de «40 nuevas citas de especies para la península Ibérica y la Comunitat Valenciana, 35 especies exóticas y dos especies nuevas: la Entomobrya benaventi, publicada en 2020 y la Vizcainocypria viator en 2023. Ambas bautizadas con el nombre de dos biólogos valencianos

La nueva especie hallada en l’Albufera en 2020 pertenece al grupo Collembola, un artrópodo hexápodo de tamaño microscópico, que Rueda Sevilla y el catedrático de la Universidad de Navarra y especialista en este tipo de invertebrados, Rafael Jordana Butticaz, bautizaron como Entomobrya benaventi, en homenaje al biólogo Joan Miquel Benavent, el primer director del parque natural de l’Albufera en 1986 y que actualmente es técnico de la oficina de la Devesa-Albufera del Ayuntamiento de València

"Entomobrya benaventi» es una de las dos nuevas especies encontradas por Juan Rueda Sevilla en 2020  y bautizada en homenaje al biólogo Joanmi Benavent

"Entomobrya benaventi» es una de las dos nuevas especies encontradas por Juan Rueda Sevilla en 2020 y bautizada en homenaje al biólogo Joanmi Benavent / Juan Rueda Sevilla

La Entomobrya benaventi «apenas mide 1,66 milímetros y está presente en la vegetación asociada a las malladas muestreadas». Este macroinvertebrado se alimenta de la materia orgánica que encuentra en superficie, como restos vegetales y polen. Su «hallazgo en las malladas de la Devesa, un ambiente maltratado entre los años 1960 y 80» supone que, gracias a «su recuperación, podamos seguir buscando para encontrar especies nuevas nunca conocidas en el mundo». 

La «Vizcainocypria viator» es la nueva especie localizada en 2023 y bautizada en homenaje al también biólogo Antonio Vizcaíno.

La «Vizcainocypria viator» es la nueva especie localizada en 2023 y bautizada en homenaje al también biólogo Antonio Vizcaíno. / Juan Rueda Sevilla

Unos trabajos que dieron sus frutos tres años después al localizar en l’Albufera un nuevo ostrácodo (pequeños crustáceos acuáticos de entre 0,3 y 1 milímetro) bautizado como Vizcainocypria viator, en nombre a otro biólogo, Antonio Vizcaino, también director de la oficina de la Devesa-Albufera hasta su jubilación. Dicha especie fue descrita principalmente por la Doctora María Bisquert del Laboratorio que dirige el catedrático Francesc Mesquita-Joanes y contando también con los doctores Ferran Palero del ICBiBE-Universitat de València y la doctora Sukonthip Savatenalinton de la Universidad de Mahasarakham en Tailandia.

La riqueza de la Devesa

De las 688 especies detectadas, el mayor número de ellas se han encontrado en la Devesa-Albufera (un total de 342), en los arrozales (297), en los entrantes de los aportes del Júcar y el Túria (258) y en los humedales construidos (207) como los tancats de l’Illa, Milia y de la Pipa. Y en menor medida en los ullals (nacimientos de agua dulce) aunque han quedado muchos por muestrear. En el lago de l’Albufera sólo se han encontrado 83 especies a causa de la contaminación existente desde los años 1960-70 y la consiguiente desaparición de la vegetación acuática como refugio de invertebrados.

Una confirmación que lleva al biólogo a preguntarse «¿por qué no tenemos tanta diversidad en la laguna?». Según Juan Rueda, «la respuesta nos la dio el especialista en moluscos alemán Fritz Haas en 1918 cuando describió l’Albufera como ‘un lago con manchas de fango sin vegetación ni náyades (bivalvos)’, inmersos entre grandes superficies de praderas de Chara sp. y Najas marina L., donde sí se encontraban las náyades, peces, decápodos (gambas), con gran diversidad de insectos y caracoles en cantidad, que, por su parte, son un botín abundante para las aves acuáticas». De ahí que el doctor en biodiversidad Juan Rueda Sevilla considere que «no necesitamos dragar l’Albufera. Pero sí es urgente eliminar los vertidos urbanos e industriales que llegan al lago y garantizar aportes de aguas limpias para recuperar las mencionadas praderas. Y nunca devolver vertidos de depuradoras al sistema l’Albufera, porque eso empeoraría nuevamente su situación debido a las cargas orgánicas».

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