Los animales, las otras pérdidas irreparables

Decenas de animales se quedaron atrapados ante la impotencia de sus dueños que no pudieron volver a rescatarlos 

No se ha hecho un recuento oficial pero podría haber más de medio centenar

Solo han sido encontrados dos, completamente carbonizados, uno de ellos fallecido junto a su dueña

Un joven el jueves por la noche, tras el incendio, con su perro y pienso animal además de algunos enseres.

Un joven el jueves por la noche, tras el incendio, con su perro y pienso animal además de algunos enseres. / Germán Caballero

Amparo Soria

Amparo Soria

No hay una cifra oficial, pero solo hay que hablar con los vecinos y vecinas afectados por el grave incendio del edificio de Nou Campanar en València para saber que hay varias decenas de animales que perecieron en el incendio. Es un dolor irreparable, y las voces de estas personas se quiebran cuando lo recuerdan. No hubo alternativa en el marco de un escenario de confusión, terror y frenesí que se vivió el jueves por la tarde en València. 

Ni el cuerpo de Bombers València ni el resto de fuerzas de seguridad y emergencias ha realizado todavía un recuento oficial, pero se sabe que hay «bastantes». En un complejo residencial, con un elevado número de familias con niños pequeños, jóvenes y mayores, los animales que han fallecido se cuentan por decenas, con toda probabilidad superando el medio centenar. Uno de ellos lo corrobora: de las diez personas fallecidas que han sido encontradas, una de ellas, una mujer, pereció abrazada a su perro

Por ahora no se ha revelado su identidad, pero cuando la Policía Nacional y los Bomberos encontraron a la vecina, pensaban que tenía a un niño en brazos. La primera inspección reveló que se trataba de un can con el que falleció en el interior de la vivienda, tratando de protegerse del humo y las llamas

En esa misma búsqueda de víctimas, piso a piso, también se halló un animal de pequeñas dimensiones que se desconoce a quién perteneció, como tampoco pudieron cerciorarse de si se trata de un perro o un gato.

Ayer, en el Ateneo Mercantil, donde se celebró el primer encuentro oficial de personas afectadas por el incendio, buena parte de ellos habían perdido a un perro o a un gato al que no pudieron rescatar. Las entidades y asociaciones animalistas como la Coordinadora Animalista de la Comunitat Valenciana o Modepran, no tardaron en alzar su voz y pedir, el mismo jueves, que los animales que sí habían sobrevivido pudieran permanecer con sus familias en los hoteles, así como dar el pésame a estas personas que tuvieron que dejar a estos seres queridos atrás.

Un matrimonio, cuya identidad prefieren preservar, perdió a su gata. En mitad de la confusión inicial por el fuego en la fachada bajaron a las plantas inferiores para ver qué estaba sucediendo y allí las autoridades no les volvieron a dejar subir a rescatarla. La pareja, visiblemente afectada, «aún recuerdan la mirada del animal cuando se fueron a buscar información y ya no pudieron volver», explicaron ayer fuentes cercanas. 

No son los únicos. El viernes se hizo viral un vídeo en las redes sociales en las que se veía a un perro atrapado en un balcón que no podía escapar del incendio. Los bomberos no podían hacer nada: había personas atrapadas, y las prioridades están claras. Vecinos de edificios colindantes confirman a este diario la agonía de varios animales en los ventanales que no podían salir. 

Vecinos desalojados con dos transportines para animales durante la noche del incendio, el jueves.

Vecinos desalojados con dos transportines para animales durante la noche del incendio, el jueves. / Germán Caballero

A lo largo de estos días, los testimonios que reconocían haber perdido a su mascota se sucedían. El viernes, una vecina extranjera reconocía angustiada que, además de haber perdido sus enseres y bienes personales, su perra se había quedado dentro. Como este caso, ayer había varios en una reunión donde asistieron unas sesenta personas. 

Otras tantas muertes se produjeron por la ausencia de los propietarios en la vivienda. Fue el caso de Iris, que compartió su experiencia en una entrevista televisiva donde reconocía que estaba trabajando cuando se enteró del incendio en su vivienda. Cuando llegó, las autoridades no le dejaron acceder y perdió a su gata en el interior. Ayer, otro vecino reconoció que había perdido a su hámster, «y aunque pueda parecer ridículo debido a todo lo que ha pasado, me duele», reconoció a este diario. 

Las entidades animalistas pedirán datos oficiales este lunes

La Coordinadora Animalista de la Comunitat Valenciana pedirá este lunes la cifra de animales fallecidos en el trágico incendio del edificio de Nou Campanar. Lo hará a la Conselleria de Medio Ambiente que dirige Salomé Pradas y donde se integra la dirección general de Protección Animal. Por ahora no existe ningún recuento oficial de víctimas animales en este suceso pero se cuentan por decenas. «Cuando entraron a buscar a las víctimas humanas también deberían haber contabilizado a los animales», dice Ángela Molina, presidenta de la coordinadora. «Tendrían que haber puesto los cuerpos a disposición de sus familias en caso de haber muerto de asfixia y no calcinados», continúa, «pero los familiares de un animal necesitan tener información y procesar su duelo». 

En este sentido, en la Coordinadora piden que se desarrolle un protocolo de emergencia correspondiente a la ley autonómica 2/2023, que menciona este tipo de casuísticas donde los animales se ven envueltos en situaciones trágicas como esta. «Los animales no cuentan», lamenta Molina. 

«En la coordinadora nos parece tremendo que no se haya realizado un recuento todavía», reconoce, y explica que las cifras que circulan por las redes sociales no saben de dónde han salido. En los últimos días, varias asociaciones se han hecho eco de la muerte de «48 perros y 36 gatos», pero no se tiene constancia del número exacto de víctimas oficiales.

Acogimiento temporal

Conscientes de esta realidad, entre las medidas implantadas y anunciadas por la Generalitat el viernes también se incluyó la asistencias a mascotas que hayan requerido atención médica. En coordinación con la protectora de animales de València, se facilitó el acceso temporal para cualquier persona que no pudiera mantener a su mascota durante estos días de realojos. 

De forma paralela, varias clínicas veterinarias ofrecieron altruistamente su ayuda, y el Hospital Veterinario Aúna de Paterna así como el Hospital Veterinario Benipeixcar brindaron atención gratuita de urgencia durante la trágica noche.

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