Alicante, escenario de la primera gran derrota de Ábalos

El ahora diputado del Grupo Mixto vivió en el Congreso socialista celebrado en el 2000 en la UA uno de los fuertes reveses de su trayectoria al caer derrotado contra Pla cuando pretendía liderar el PSPV

Joan Ignasi Pla y José Luis Ábalos durante el Congreso que el PSPV celebró en Alicante en el año 2000.

Joan Ignasi Pla y José Luis Ábalos durante el Congreso que el PSPV celebró en Alicante en el año 2000.

Borja Campoy

En el ojo del huracán desde que estallara el «caso Koldo», con un pulso contra su partido, el PSOE, en el que llegó a ser el «número tres», y formando parte del Grupo Mixto del Congreso, mucho se ha hablado en las últimas semanas de que José Luis Ábalos ha sufrido una de las grandes derrotas de su trayectoria política. En una carrera pública tan larga como la suya, de varias décadas, es normal que se hayan vivido momentos bajos. También lo fue cuando dejó de ser ministro del Gobierno de Pedro Sánchez y fue remplazado como secretario de Organización, en julio de 2021.

Buceando en su pasado, una de las primeras bofetadas que se llevó Ábalos tuvo Alicante como escenario. Fue en el IX Congreso celebrado por la federación valenciana, que tuvo lugar entre el 22 y el 24 de septiembre del 2000 en la Universidad de Alicante. A aquella cita el PSPV llegaba totalmente fracturado, sin encontrar estabilidad cinco años después de haber perdido la Generalitat Valenciana y con gestoras poniéndose al frente de la organización. La división entre las familias socialistas era total, como lo demuestra el hecho de que llegara a haber hasta seis candidatos a ocupar la Secretaría General.

En aquel contexto, Ábalos, que tenía 41 años y era concejal y secretario comarcal de València, intentó dar un paso al frente a nivel orgánico. Fue una de las pocas veces que se expuso en este tipo de procesos. Posteriormente, en 2008 pactó para que Jorge Alarte fuera secretario general del PSPV y en 2012 se impuso a Toni Gaspar para ser secretario provincial en Valencia. En la cita celebrada en Alicante no consiguió el resultado esperado, pese a contar con el apoyo de Ferraz, que le ofrecían José Luis Rodríguez Zapatero y Pepe Blanco, quienes llevaban pocos meses como secretario general y secretario de Organización del PSOE, respectivamente.

Ábalos cayó derrotado contra Joan Ignasi Pla. El estrecho margen de votos que les separaron, apenas una decena de papeletas, es otro hecho que da cuenta de la división en la que vivía sumido el socialismo valenciano. A la última instancia llegaron cuatro candidatos, después de que Francesc Baixauli y Amador García se perdieran por el camino. Pla logró 179 votos de los 395 que se emitieron, lo que supuso un porcentaje del 45,31 % del total. Ábalos, que durante aquellas jornadas estuvo maniobrando como candidato vencedor, se quedó en 169 papeletas. Los otros dos aspirantes, Andrés Perelló y Josep Bresó, sumaron menos votos que avales tenían, con 28 y 19 papeletas, respectivamente.

En la ejecutiva resultante de aquel Congreso en Alicante, Ábalos quedó como vicesecretario general, por debajo de Pla. Fue uno de los pocos intentos que realizó el exministro de Transportes de liderar la federación valenciana, en una trayectoria que estuvo marcada, hasta el salto que dio a la política nacional, por el control que intentó ejercer sobre las agrupaciones socialistas de la ciudad de València. En la noche previa a que diera comienzo el cónclave en la UA, la actividad socialista se concentró en el hotel Meliá de Alicante. En aquella velada estuvo presente Pepe Blanco, en una tentativa de canalizar una victoria en favor de Ábalos que se daba por descontada. Fue entonces cuando los sectores de Joan Lerma y Joan Romero se revolvieron, dando pie el ajustado triunfo de Pla y, sobre todo, evitando que Madrid impusiera su voluntad.

«Tamayazo»

En la noche previa al Congreso también hizo acto de presencia en el hotel alicantino el jefe de la corriente interna socialista Renovadores por la Base, José Luis Balbás, que había ayudado a aupar a Zapatero al frente de la Secretaría General del PSOE. Al igual que Blanco, estuvo haciendo fuerza para que Ábalos se situará al frente de la federación valenciana. Tres años después de aquel episodio, Balbás fue expulsado del PSOE por su «evidente complicidad» con el «tamayazo», la traición de dos diputados electos al socialista Rafael Simancas en la que iba a ser su investidura como presidente en la Asamblea de Madrid, lo que derivó en una repetición electoral y una mayoría absoluta para el PP.

Una de las claves que propició el triunfo de Pla fue el rechazo que provocó el pacto que había alcanzado Ábalos con Ciprià Ciscar, lo que generó una fuga de votos por parte de los delegados que acabó dando el ajustado triunfo al candidato que agrupaba la mayoría del conocido como sector renovador. «A Ábalos siempre le ha gustado ir en contra del aparato, formar parte de las minorías para poder subir escalones si surgen nuevos liderazgos», reflexiona Lerma, antes de recordar sobre aquellos días de finales del siglo pasado que «Blanco estuvo todo el Congreso apoyando a Ábalos y no esperaban perder la votación». Fue, por tanto, un golpe.

El vencedor de aquel cónclave recuerda la cita como «muy emocionante» y valora que se apostara «por la unidad tras cinco años que habían sido de conflicto permanente». Sobre lo que aconteció después, Pla considera que «se formó un proyecto sólido, con el que se logró más del 35 % de los votos en dos elecciones, aunque se perdieran ante un PP consolidado». Del Congreso celebrado en Alicante salió como presidente del PSPV Juan Pascual Azorín. «Habíamos perdido el rumbo, estábamos más pendiente de las luchas entre las familias que de la ciudadanía. Por eso el apoyo a Pla era necesario y aportó estabilidad», sostiene Azorín.

Todo aquello queda ya lejos, casi un cuarto de siglo es mucho en política, aunque hay puntos en común. Entonces, Ábalos sufrió su primera gran derrota política; ahora puede que esté viviendo la última. 

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