Entrevista

José Manuel García-Margallo: "El espíritu de la Transición se rompió un año antes del 11M"

Margallo recuerda cómo fueron los días posteriores al atentado y defiende que ni el Gobierno ni el PP tuvieron «ningún cálculo electoral»

El exministro de Exteriores y eurodiputado del PP, José Manuel García-Margallo, en una entrevista reciente.  | RAFA ARJÓN

El exministro de Exteriores y eurodiputado del PP, José Manuel García-Margallo, en una entrevista reciente. | RAFA ARJÓN / Diego AITOR SAN JOSÉ. València

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

En la noche del miércoles 10 de marzo, José Manuel García-Margallo aterrizó en Torrejón tras un día en Huesca y Barcelona como parte del núcleo más próximo en la campaña del candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy. Al día siguiente debían viajar a San Sebastián y Sevilla. Los atentados de ese jueves, del que se cumplen 20 años, cambiaron una historia que vivió de cerca.

¿Dónde estaba el 11M?

Acompañaba al candidato Mariano Rajoy en la campaña electoral. Estaba previsto que fuéramos a San Sebastián y a Sevilla. Pero esa mañana me llamó mi mujer y me dijo que se habían producido explosiones en Atocha. Eso cambió los planes. Me fui a Génova a estar con el candidato para seguir desde allí las noticias de lo que ocurría.

Cuenta en su libro que Pedro Arriola, uno de los asesores de Rajoy, dijo: «Si ha sido ETA nos salimos del mapa, pero si han sido los yihadistas, nos vamos a casa». ¿Compartía el análisis?

Sí porque se iba a vincular nuestra presencia en la guerra de Irak con el atentado yihadista y eso no era favorable para nuestras expectativas electorales con un tiempo tan corto para explicar nuestra presencia allí.

¿No se había explicado?

Se había explicado poco o mal, pese a que era relativamente sencillo. El problema es que en tres días y con la conmoción era imposible. Pero vamos, la mejor explicación la dio Aznar, y es que estuvimos en Irak porque no estuvimos en Normandía y en ese momento teníamos que estar con nuestros socios. Pero nadie explicó lo que hicimos en Irak. Nuestra colaboración se había limitado a una ayuda humanitaria con el barco hospital Galicia y sin participar en acciones bélicas.

Esta participación situó a España como objetivo yihadista

Hubiéramos estado en ese objetivo siempre porque estábamos en el bando occidental y la guerra de Al Qaeda era contra Occidente.

¿La frase de Arriola sobre las expectativas electorales condicionó la gestión del Gobierno?

No. La frase era una evidencia, pero no condiciona nada. Si se producía un atentado hecho por ETA, y en ese momento había indicaciones de que podía haber sido así por incidentes en las semanas previas, la gente se pone detrás del gobierno; el problema es que si se manipula a la opinión pública y se dice que fue por ir a la guerra de Irak iba a ser difícil de explicar en tres días.

¿Cuándo comienzan a llegarles a Génova informaciones de que ETA no era el culpable?

No teníamos informaciones privilegiadas en la planta séptima de Génova. Las informaciones llegaron cuando Ángel Acebes, ministro de Interior, dijo que se abría una nueva línea de investigación que incluía a Al Qaeda.

¿La gestión del Gobierno habría sido distinta si no hubiera habido elecciones tres días después?

Hubiera sido la misma. Lo que primaba en ese momento era saber hasta dónde habían llegado los daños, y atender a las víctimas; no hubo ningún cálculo electoral, estábamos conmocionados.

¿El 11M influyó en los resultados del 14M?

No tengo la menor duda. El miércoles por la noche estábamos en 176 escaños, en la mayoría absoluta, las perspectivas eran muy buenas.

¿El problema fueron los atentados o la gestión posterior?

Cuando las cosas no van bien, la gente se vuelve contra el Gobierno; la tragedia fue enorme y se culpó al Gobierno justa o injustamente. Honradamente creo que ningún gobierno podría haber evitado un ataque de esta magnitud.

Las protestas de esos días fueron por la comunicación que hizo el Gobierno, acusándolo de mentir.

Fui muy amigo de Alfredo Pérez Rubalcaba y siempre le dije que es de los tíos más malos que he conocido por cómo nos la armaron esos días. Supongo que era su obligación desde la oposición, pero se manipuló a la opinión pública diciendo que habíamos mentido y yo nunca vi que se intentase mentir.

¿Le llegó el mensaje de ‘Pásalo’ para ir a Génova?

Si es que yo estaba en Génova, lo recibimos por 18 sitios distintos. Tuvimos que apagar las luces y salir por el garaje cuando se calmó.

¿La victoria del PSOE el 14M fue ilegítima?

No, no fue ilegítima. Ganó unas elecciones que, dentro de la conmoción, se celebraron con normalidad. Nada que objetar.

¿Los partidos estuvieron a la altura esos días?

Hubo un aprovechamiento de las circunstancias exagerado. El Partido Socialista, y especialmente Rubalcaba, sabía que no habíamos mentido. La frase que dijo fue «España merece un Gobierno que no mienta», que no fue una acusación directa de que se estaba mintiendo, es una sutileza, pero sí que hubo un aprovechamiento.

¿El 11M es un antes y un después en la relación entre PSOE y PP?

No, la polarización tiene un origen muy claro: el Pacto de Tinent de 2003, cuando Zapatero firma como secretario general del PSOE un acuerdo con ERC e Iniciativa por Cataluña donde se niega cualquier pacto de gobernabilidad con el PP ni en la Generalitat ni en el Estado. Es aquí cuando se rompe el espíritu de la transición que se basaba en dos partidos moderados de centroderecha y centroizquierda que coincidían en las verdades madre. Eso se rompe en Tinent y lo estamos viviendo ahora; Pedro Sánchez sigue ese camino.

¿Los ideólogos del 11M estaban en montañas remotas y desiertos lejanos?

Parece que todo eso lo instrumentó Al Qaeda que tiene una red tentacular muy difícil de detectar. El yihadismo por definición es muy difícil de detectar.

La pregunta era por la teoría de la conspiración.

No me consta que hubiera ninguna conspiración, el 11M fue un atentado yihadista.

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