Universidades

La matrícula en las ingenierías se hunde en diez años pese a ofrecer los mejores trabajos

El rol de los orientadores es fundamental para potenciar este tipo de carreras, especialmente entre las mujeres

La dureza de los grados o la falta de vocaciones científicas están detrás del desplome

Dos trabajadores del edificio de investigación en motores de la Universidad Politècnica de València

Dos trabajadores del edificio de investigación en motores de la Universidad Politècnica de València / Miguel Angel Montesinos

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Los ingenieros gozan de los mejores salarios entre todos los titulados universitarios, tienen las mejores condiciones laborales (contrato indefinido, jornada completa, teletrabajo) y la menor tasa de paro de todas. Y pese a todo, el número de alumnado matriculado es el que más se ha desplomado en diez años en todas las ramas de conocimiento, según un reciente informe del Ivie.

Entonces ¿Por qué las carreras con mejores sueldos y condiciones laborales son las que más alumnado pierden? Es lo que trata de responder José Manuel Pastor, catedrático de la UV e investigador del Ivie, que presentó reciementemente el informe "Las contribuciones sociales y económicas de las universidades públicas valencianas".

Pastor expuso el trabajo de varios años frente al conseller y los rectores, e hizo mucho hincapié en este punto. Las vocaciones de las carreras STEM están de capa caída pese a ser los profesionales más demandados por las empresas. No es algo nuevo, de hecho el problema lleva años enquistado e incrementándose, pero las universidades no dan con la tecla.

Feria de los inventos en la UPV, en una imagen de archivo.

Feria de los inventos en la UPV, en una imagen de archivo. / M.A.Montesinos

Para Pastor, hay varias razones que justifican la caída de la matrícula. "Son carreras muy duras, al menos, mucho más que el resto. El mercado laboral lo premia con una mayor inserción laboral, pero no sé si compensa adecuadamente la dureza".

Sueldos de 1.500 euros

El informe del IVIE mide la situación laboral de los estudiantes que salieron de la carrera hace cinco años. Para empezar remarca que la media salarial de los valencianos es menor que la del resto de España. Los datos muestran que cuatro de cada diez ingenieros cobran menos de 1.500 euros, a pesar de que prácticamente todos están desempeñando una ocupación "muy cualificada".

El 80 % tienen un contrato indefinido (muchos más que en otras ramas de conocimiento) y el 94 % trabajan a jornada completa. Además de esto, el informe también destaca "se observan diferencias notables en términos de calidad de empleo de los egresados de las universidades valencianas, con una situación más favorable para las ingenierías".

Para Pastor, una de las herramientas más efectivas para reanimar la matrícula es potenciar el trabajo de los orientadores en los institutos. "El papel de los orientadores es mejorable", explica. Este punto es clave para el desarrollo de los jóvenes por varios motivos. "Cuando llegas a la universidad digamos que te has subido en el ascensor social, pero sigue sin haber igualdad de oportunidades, el entorno socioeconómico y la familia del alumno son claves y determinan su subes a un piso u otro. Un padre sin estudios superiores puede aconsejar peor a un alumno o alumna y los datos están ahí; no gana lo mismo el licenciado que viene de familia de clase baja que el de clase alta, y muchas veces es porque el de clase alta ha sido mejor aconsejado. Ahí es donde tienen que entrar los orientadores, que suplen el papel de las familias para que los niños de clase baja sean bien a consejados", explica.

Clase de Ingeniería Informática en la UPV

Clase de Ingeniería Informática en la UPV / JM López

Despertar vocaciones

La etapa de secundaria también es clave para despertar vocaciones del alumnado, por eso es importante trabajar en ella, sobre todo en las mujeres, ya que las ingenierías están muy masculinizadas, con alrededor de un 90 % de hombres.

Las universidades valencianas se llegaron a plantear, incluso, fijar precios más bajos para las mujeres en estas carreras, pero finalmente se descartó la idea para apostar por la orientación en los institutos. "Hay mucha falta de información para ellas y para los padres y madres. Por otra parte, se debería explicar que hay muchas ingenierías y que no todas tienen notas de corte altas", cuenta Pastor.

A esta situación hay que añadir la nueva realidad universitaria, en la que los centros compiten por atraer a alumnbado de toda España. Antes si tú estudiabes la eso, por ejemplo, en Algemesí, lo natural era que estudiaras en la Universitat de València o en la Politècnica. Ahora muchos estudiantes se plantean estudiar en la otra punta de España o incluso en centros de fuera de España si dan mejor formación, así que las universidades compiten entre ellas para atraer los mejores expedientes", cuenta.

Feria de los inventos de la UPV, en una imagen de archivo.

Feria de los inventos de la UPV, en una imagen de archivo. / M.A.Montesinos

Precariedad extendida

La rama de conocimiento que más ha crecido estos últimos 10 años también es una de las más demandadas por las empresas y que se sitúa por detrás de las ingenierías en el mercado: la de Ciencias de la Salud.

Pese a todo, los datos tampoco son demasiado esperanzadores. Cuatro de cada diez egresados hace 5 años no tiene un contrato indefinido, y prácticamente la mitad cobran sueldos de menos de 1.500 euros, aunque la ocupación sí que es muy alta, comparable a la de las ingenierías.

En Ciencias, la situación es peor. Dos de cada tres egresados hace 5 años en carreras científicas cobran menos de 1.500 euros y alrededor de la mitad tienen contratos temporales.

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