Solo 16 nutricionistas y dietistas para cinco millones de valencianos

La sanidad valenciana se estructura en 24 departamentos de salud, transformados ahora en ocho grandes macroáreas, para atender a una población de más de cinco millones de habitantes. Únicamente cinco de estos departamentos -Castelló, Arnau de Vilanova-Llíria, la Fe, el doctor Peset y el Clínico-Malvarosa- disponen de personal especializado en nutrición y dietética. En número, son solo 16 profesionales cuando deberían de ser 770 en total, tanto en los hospitales como en Atención Primaria, por lo que hay un profesional por cada 312.500 valencianos. Así se establece en "Estarem", el informe técnico del estado actual de la profesión de dietista-nutricionista y previsión de necesidades, elaborado por el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (Codinucova)

No es una novedad que la sanidad española se encuentra a la cola en la incorporación de esta especialidad frente a otros países europeos. Se trata de un problema transversal en todas las autonomías, pero su incorporación al sistema público está siendo más lento en la Comunitat Valenciana. Por comparar, en Cataluña son ya 156 profesionales y, en Galicia, 96. En la última convocatoria pública, cuya baremación se publicó la semana pasada, se ofertaron seis plazas de esta especialidad, dos de ellas de consolidación, es decir, nuevas eran solo cuatro porque las otras ya existían con la fórmula de personal laboral.

El informe estima el impacto económico de la incorporación del personal y la consolidación de la especialidad, una cantidad fijada en cerca de 100 millones de euros anuales; el presupuesto total de la conselleria de Sanidad para el 2024 es de 8.500 millones de euros, así que la cuantía representa el 1,1 % del presupuesto sanitario. El presidente del colegio, Luis Cabañas, señala que es "una figura costo-efectiva, es decir que tiene un coste menor del ahorro que conlleva". Por ejemplo, en Atención Primaria se necesitan 100 profesionales, cuyo coste ascendería a 3,7 millones de euros, pero "que reportaría un ahorro de 15 millones".

Aprender a comer

Tener una buena alimentación no es sencillo, más si no se dispone de recursos económicos; motivo por el cual los especialistas defiende la incorporación de los dietistas en el sistema sanitaria para evitar la dependencia de la consulta dietética con la capacidad económica de las familias. "Para comer bien, necesitas mucha información y una estructuración de cómo ha de ser tu alimentación", indica Cabañas.

"La figura del nutricionista es necesaria para acercarnos a un modelo de salud integral pública", explica Eloy Serranos, cocinero y dietista en la Federación de Daño Cerebral Adquirido de la Comunidad Valenciana (Fevadace), quien señala que contar con un especialista en cada centro de salud es un método de prevención frente a enfermedades como la obesidad o la diabetes.

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Una figura "transversal"

El papel del especialista en nutrición es aún más acuciante en las personas con patologías diversas, como es el caso de los usuarios de Fevadace porque, según Serranos, "repercute directamente en su calidad de vida". En su día a día, se encarga de diseñar y elaborar los menús del centro de día de la asociación en Alicante, donde se esfuerza por realizar menús "equilibrados" y "atractivos". Los triturados idénticos día tras día han quedado en el pasado y trata los alimentos con "texturas mixtas" para evitar la disfagia -dificultad para tragar- de los usuarios "cambiando las texturas con espesantes o gelificantes". De no ser por el servicio dado desde la entidad, las personas con daño cerebral no podrían a este servicio que él considera "una figura transversal" en su vida.

Otra entidad que dispone de nutricionistas como parche de la ausencia en el sector público es la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). El motivo es que los pacientes oncológicos "tienen un mayor riesgo de desarrollar una malnutrición en comparación al resto de la población; sobre todo, en casi de padecer un tumor que afecte a la estructura del aparato digestivo", explica Christian Mañas desde Contra el Cáncer Valencia. La quimioterapia y la radioterapia influyen en el apetito de los pacientes, aunque se "puede contrarrestar prescindiendo de cierto tipo de alimentos, dependiendo de la tipología del cáncer". Por eso, desde la asociación, ofrecen este servicio de apoyo "para resolver las dudas y aconsejarle qué deben comer en función del tumor y el tratamiento que reciben". Lo hacen, también, porque muchos de sus usuarios pierden el trabajo y no disponen de recursos económicos para costearlo.

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