El primer año de Mazón: entre la gestión y la polarización

La reforma fiscal marca el tramo inicial del primer ejercicio de Partido Popular y Vox

Las batallas culturales impulsadas por Vox adquieren un alto protagonismo en la vida política y social en estos meses 

Mazón y Catalá celebran la victoria electoral, el 28M

Mazón y Catalá celebran la victoria electoral, el 28M / Eduardo Ripoll

Por primera vez en mucho tiempo, la sociedad ha pasado doce meses sin afrontar pandemias, crisis o guerras. Con un ciclo económico favorable, y una oposición consolidando liderazgos tras su reconstrucción, podría decirse que Carlos Mazón ha tenido un primer año tranquilo. Un estreno sin grandes batallas ni crisis desde su victoria electoral, de la que hoy se cumplen doce meses. Un año de vuelco electoral e institucional: del Consell del Botànic de izquierdas a un bipartito PP-Vox en que, por primera vez, la ultraderecha ha entrado en el gobierno autonómico y ha comenzado a situar su agenda política en las instituciones valencianas.

"El cumplimiento electoral"

«Este primer año lo titulo el del cumplimiento electoral. Hemos visto que Mazón ha conseguido visibilizar que lo que se promete en campaña se cumple, de una manera ordenada, priorizando lo más relevante en su programa, especialmente el impuesto de sucesiones», opina la abogada y politóloga Susi Boix. «Las premisas del programa han sido la hoja de ruta del primer año. Solo hemos visto movimiento legislativo en este último mes, rompiendo con los meses de cumplimiento electoral. Ahora viene la parte legislativa, y esa será la parte que tal vez genere más discrepancias dentro de la coalición de gobierno», avanza la especialista.

La comunicación de la gestión

En efecto, estos doce meses pueden dividirse en dos tramos. El primero, sin duda, es al que Mazón ha sacado más rédito político: las rebajas de impuestos. El dirigente popular llegó al Palau con la promesa de reducir la factura fiscal de los valencianos en unos 1.700 millones. Todavía falta para alcanzar esa cifra, pero ha dado los primeros pasos. El primero, la bonificación del impuesto de Sucesiones y Donaciones, llegó ya en el primer pleno del Consell, toda una declaración de intenciones. Pocos meses más tarde, el jefe del Consell anunció rebajas en el IRPF para dos millones de valencianos por un valor estimado de 200 millones

Mazón anuncia deducciones para gastos de salud y deporte y rebaja de impuestos en vivienda

Europa Press

El ciclo económico está haciendo que, pese al recorte, la recaudación crezca. En concreto, un 7,4 % en el primer trimestre del año gracias en gran parte a los gravámenes sobre la vivienda, según explicó la directora de la Agencia Tributaria Valenciana (ATV), Sonia Díaz. El incremento de los ingresos por vía impositiva pese a reducir tasas, no obstante, puede ser coyuntural. Así lo entiende al menos la Airef, que en su último informe sobre el presupuesto de la Generalitat pronostica que la recaudación pública se desplomará a partir de 2025 en más de 600 millones al año por estas rebajas.

Más problemas hay en el segundo gran eje de la gestión: el proyecto inversor. Los datos de ejecución presupuestaria del primer trimestre sitúan a la C. Valenciana con apenas el 0,33 % de las inversiones acometidas, si bien se trata de un periodo de adaptación aún. «El despliegue de la agenda política ha sido rápido, efectivo y para mí lo principal es que es una agenda política corta, ideológicamente muy marcada, y con muchos guiños a consolidar el propio electorado. Eso incluye también un cambio bastante importante respecto a la dinámica del gobierno anterior, que es la comunicación, no tanto institucional como presidencial», explica David Sabater, consultor de asuntos públicos de Atrevia. La segunda gran promesa junto a la reducción fiscal, el Plan Simplifica para reducir trámites con la administración, también ha sido presentado y aplaudido por los empresarios.

El consultor añade: «Mazón no ha llevado grandes hitos adelante, pero ha sido muy estratégico a la hora de escoger un tema, como es la reducción fiscal, que además tiene un marco para toda la derecha muy claro, y lo ha sacado con total solvencia. Ha habido un cambio muy importante en la comunicación presidencial. Mazón tiene una muy buena relación con las redes sociales, saca mucho partido a su imagen y se le está viendo. Se le ve con claridad en sus posturas más allá de la posición institucional», apunta David Sabater. 

Ruido, pero sin crisis con Vox

Junto con el rápido despliegue de la agenda, las relaciones con los socios son el otro eje en torno al que ha pivotado el arranque de legislatura. Con un carrusel electoral en los últimos 13 meses, y con la necesidad de consolidar un espacio propio, las polémicas públicas en torno a Vox han estado a la orden del día. No obstante, los expertos subrayan las buenas relaciones: «Ha sido un año dulce para el Consell, sin crisis o distanciamientos entre los partidos. […] El liderazgo conciliador de Mazón está siendo clave entre las dos posiciones del Consell. Hemos visto al PP llegar a un consenso con Compromís y no con Vox sobre el fondo de nivelación. El oxígeno de Vox es el enfrentamiento y Mazón, en la mayoría de casos, o lo obvia o lo acalla, como ocurrió con las declaraciones de la consellera de Justicia, Elisa Núñez [«Nací en 1977. Para mí Franco es un personaje histórico. No puedo decir más», dijo], que rápidamente desacreditó el propio president, y sin contrarréplica de Vox. Eso es importante. Hacia el ecuador de la legislatura veremos fricciones, como ocurre en las coaliciones. Hasta ahora no las hemos visto de una manera que puedan hacer pensar en una ruptura», apunta Susi Boix.

Batería legislativa y batallas culturales

El ruido y las batallas culturales se han empadronado en la Comunitat Valenciana. Mazón ha tenido que lidiar con el nombre del caballo de Vicente Barrera; con los vetos a revistas y libros en bibliotecas; con la retirada de banderas LGTBI; con el enfado del mundo feminista por el cuestionamiento de la violencia machista; con el negacionismo del cambio climático… Pero sobre todo, el conflicto social se ha asentado en torno a la batería legislativa impulsada de la mano por ambos partidos para impugnar por completo la herencia del Botànic. Especialmente dos: la de Libertad Educativa, que modifica el sistema de enseñanza del valenciano y ha provocado la primera huelga a este Consell; y la de Concordia, que reabre el debate en torno a la Memoria Democrática y ha provocado un choque con el Gobierno y un toque de atención de la ONU. Para hoy, de hecho, Compromís ha convocado en un centenar de municipios protestas contra el Consell por «los recortes, censuras y caos de gestión» del que califican con «gobierno de la vergüenza».

Carlos Mazón sostiene un retrato de Miguel Hernández en el pleno, que le había entregado el síndic del PSPV

Carlos Mazón sostiene un retrato de Miguel Hernández en el pleno, que le había entregado el síndic del PSPV / José Cuéllar/Corts

Pese a la bronca generada, el jefe del Consell defiende sin apuros su relación con Vox y, en concreto, la norma de Concordia. En la entrevista concedida a Levante-EMV este fin de semana, el president asegura que hubiera propuesto la misma iniciativa si gobernara en solitario. Pese a todo, los populares tuvieron que rebajar el contenido del primer borrador planteado por su socio del Consell.

En opinión de Sabater, Mazón está sorteando esos incendios sin desgaste: «En otros territorios donde el PP gobierna en coalición con Vox tiene un perfil más bajo; Vox le come absolutamente la tostada, porque ellos sí que están muy acostumbrados al teatro, a la escenificación, a liderar la narrativa. En este caso Mazón está llevando el peso político porque el 95 % o más del presupuesto lo tienen sus conselleries. Pero es que además está liderando también la comunicación. Con lo cual eso ayuda a minimizar estas salidas de pata de banco que muchas veces tienen los consellers de Vox para marcar perfil propio».

"El espacio Vox" vs "la mayoría social"

Pese a este inicio de legislatura, el profesor de Ciencia Política de la UV Juan Rodríguez Teruel no ve tan plácido el horizonte para el jefe del Consell. «Cuando Vox está dentro del gobierno, utiliza las políticas simbólicas para tensionar: primero, frente a la izquierda; pero sobre todo para competir con el PP. El PP conoce perfectamente la sociedad valenciana y cómo tiene que navegar ante la pluralidad interna de los valencianos. Pero lo que es completamente nuevo es que tenga que hacerlo con alguien que impugna una parte del ideario o de la identidad valenciana», explica sobre los debates en torno a consensos sociales que parecían blindados.

«En el pasado lo que sabíamos era que cuando el PP desde el gobierno le interesaba agitar ese tipo de temas, lo hacía, pero lo hacía desde la capacidad de gestión, sabiendo cuándo lo ponía en marcha y cuándo podía apartarlo del debate público. Ahora lo que es nuevo es que el PP no controla eso. Eso sobre todo lo impulsa Vox», añade el profesor de la UV. En este contexto, «el problema de Mazón viene de Vox, no de la izquierda», y «la C. Valenciana es donde más claramente Vox está sabiendo ejercer su influencia desde el Gobierno. Toda la fuerza que gane Vox durante su etapa de gobierno será directamente en detrimento del PP y además puede a medio plazo acabar movilizando a la izquierda», reflexiona.

«Recordemos que la larga mayoría del Partido Popular durante años en la C. Valenciana vino de estos dos factores. Por un lado, asentar una mayoría indiscutible en los espacios centrales. Y en esos espacios hay identidades diversas. Pero también la mayoría social del Partido Popular vino de la desmovilización de la izquierda y esta desmovilización solo se consigue haciendo políticas que son compartidas por la izquierda. [...] En la medida en que Vox sea fuerte, el PP no conseguirá una mayoría social como la que obtuvo en el pasado», concluye.

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