Vilamarxant desarrolla un proyecto de investigación y divulgación sobre su patrimonio histórico que incluye excavaciones en la Plaça del Castell y visitas guiadas a los vecinos. La profesora Ester Alba, de la Universitat de València, que coordina el citado proyecto, califica «los restos islámicos hallados en Vilamarxant como los mejor conservados de la Comunitat Valenciana». En concreto, se han encontrado vestigios de la muralla islámica que había en el núcleo antiguo de Vilamarxant y que estaría fechada entre los siglos XI y XIII. Además, el equipo investigador -formado también por los arqueólogos Pau Armengol y David Vizcaíno- acaba de descubrir una puerta islámica que daba acceso a la plaza, de la que se tenían sospechas pero de la que hasta hace poco no había evidencia.
La citada muralla es de época almohade, es decir, de la última época musulmana: la más convulsa y de lucha, justo antes de la conquista cristiana. Dado el volumen y la profundidad de los estratos encontrados, los especialistas han concluido que esta localidad tuvo una fuerte presencia musulmana, cuando los castillos eran empleados como elementos defensivos para proteger a la población de posibles ataques enemigos. En un segundo sondeo abierto en el callejón sin salida se han encontrado también otros testimonios constructivos de la época musulmana. Allí habría un tipo de patio defensivo que tendría la muralla a pocos metros y que estaría conectado con otro patio parecido pero a un nivel inferior, cerca de la actual Biblioteca municipal. Estos patios -de diferentes niveles y dentro de la zona amurallada- también eran empleados como construcciones defensivas para tener al enemigo siempre visible. En este segundo sondeo se encontraron diferentes piezas cerámicas almohades, de los siglos XII y XIII.
La plaça del Castell, la torre, la muralla y el recinto fortificado de Vilamarxant constituyen un Bien de Interés Cultural que además ha llegado a nuestros días en mejor estado «precisamente por los vecinos de Vilamarxant, sobre todo porque las casas adosadas a la muralla han ayudado a conservarla y mantenerla» , afirma Alba.
En ese sentido, Ester Alba subraya el papel de la ciudadanía como «guardián del patrimonio» como paso previo «para la puesta en valor y disfrute» de todo el conjunto. De hecho, hay un ambicioso proyecto que incluirá la representación en 3D y puesta en valor de los vestigios recuperados. Por último, otro dato relevante que se estudia es la existencia de una mezquita del siglo XV que estaba ubicada debajo de la actual plaza de la Iglesia, a su vez, cercana a la plaza del Castillo. Sin embargo, esta construcción religiosa árabe no ocuparía todo el subsuelo pues era más pequeña que el templo cristiano situado arriba.
