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Una urbanización de Bétera con 300 chalés, acechada por medio centenar de colmenas

Los servicios jurídicos notificarán al propietario la obligación de retirarlas al estar a menos de 400 metros de las viviendas

Una urbanización de Bétera con 300 chalés, acechada por medio centenar de colmenas

«Llevamos cinco años sin poder salir tranquilamente a la terraza porque está llena de abejas, se forman nubes enteras». Es la declaración desesperada de una vecina del Brucar, una urbanización de Bétera con cerca de 300 chalés que viven rodeados de abejas. Vecinos y vecinas de la zona residencial llevan un lustro sufriendo esta situación por la instalación de colmenas en el bosque trasero de la urbanización.

Según los vecinos y vecinas, hay cerca de 50 colmenas que instala uno de los residentes (cuya vivienda se encuentra, según los denunciantes, algo más alejada del núcleo) en el marco de sus actividades apícolas. Ahora, con la primavera, ha sacado las colmenas a una zona que no guarda los 400 metros reglamentarios que marca la ley entre los panales y los chalés contiguos. Eso provoca que las abejas campen a sus anchas por toda el área instalándose en los chalés. «Yo no quiero que las maten, solo quiero que las alejen. Mi hija les tiene fobia y mi hijo es alérgico, es un peligro tenerlas tan cerca», señala la misma vecina.

El Real Decreto 209/2002, por el que se establecen normas de ordenación de las explotaciones apícolas, señala que serán 400 metros la distancia mínima con los «Establecimientos colectivos de carácter público y centros urbanos, núcleos de población». Este incumplimiento, según señalaron a este diario los residentes, se lleva produciendo desde hace cinco años sin que se haya podido corregir. «El Seprona le ha llamado la atención varias veces pero no ha hecho caso», lamentan.

Esta misma semana uno de los vecinos se puso en contacto con el Ayuntamiento de Bétera para poner en conocimiento de nuevo esta situación. Existían diferentes expedientes abiertos al propietario de las colmenas pero no estaban resueltos, incluido el último, con fecha de 2019 que fue enviado a la conselleria de Agricultura tras cambiar las competencias pero tampoco ha sido resuelto.

El mismo viernes, la Policía Local, a petición de la Concejalía de Medio Ambiente, se desplazó a la zona para comprobar que se encontraban las colmenas. Tal como denunciaron los vecinos, la instalación apícola incumplía la distancia mínima y por ello realizaron un informe que pondrán en manos de los servicios jurídicos del consistorio para que notifiquen al apicultor la obligación de retirar la producción de esta zona residencial.

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