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"No salimos tranquilos a la calle por las amenazas que nos ha lanzado"

Tiene dos órdenes de alejamiento

Marines

Un residente en Marines tiene amedrentado al vecindario de la localidad y , más en concreto, a los de la calle donde reside. En estos momentos cuenta con dos órdenes de alejamiento contra una vecina y un vecino que no pueden cumplirse ya que reside a menos de 50 metros de distancia de cada uno de ellos, en la misma calle. Por eso, y dado que las intimidaciones no cesan según los habitantes en esa calle, «estamos desesperados». «No salimos tranquilos a la calle por las amenazas que nos ha lanzado, pone la música altísima toda la noche, pone porno en la televisión con las ventanas abiertas. Ni siquiera dejamos a los niños y niñas que salgan solos», asegura uno de los vecinos, que prefiere mantener el anonimato por seguridad y miedo a una represalia.

Según consta en las dos denuncias interpuestas contra él a las que ha tenido acceso este diario, por un lado la emprendió contra una furgoneta aparcada delante de su casa y propiedad de su vecina porque le molestaba a la vista. Sucedió en agosto e inmediatamente los hechos fueron puestos en conocimiento de la Guardia Civil. Cuando la notificación de la denuncia llegó al vecino, coaccionó a la vecina para que la retirara: «se dirigió a su domicilio y tiró una piedra sobre su ventana [...] y comenzó a decirle ‘tú me has jodido la vida, dónde está la furgoneta, voy a ir a por ti, no vas a estar tranquila, te voy a machacar’ y golpeó de manera insistente la puerta de entrada a la vivienda y rompió varias macetas que teniía en el exterior». La sucesión de hechos relatada en la denuncia continúa asegurando que volvió al cabo de un rato retiterando las mismas expresiones, aunque incluyendo otras como «Mucho cuidado cuando vayas sola por la calle». Estos hechos fueron i ncluidos en la denuncia, por lo que a través de un juicio rápido se le impuso una orden de alejamiento de 50 metros.

Fue la misma condena que se estableció en la segunda denuncia, interpuesta por un vecino que trató de detenerle durante ese ataque a la vivienda de su vecina. «[...] Se encontraba en la calle con dos amigos cuando vio a un vecino que estaba causando daños en la fachada de la casa de una vecina, por lo que al ser conocido suyo del gimnasio le preguntó por lo que estaba haciendo [...] se dirigió hacia éste y sin mediar más, comenó a golpearle, habiéndole causado lesiones». Este vecino reside en una calle colindante donde también resulta imposible cumplir con los 50 metros de distancia, por lo que los residentes se encuentran desamparados.

«Somos un pueblo pequeño y nos sentimos intimidados. Llegó a vivir aquí hace un tiempo, está de alquiler, y estamos asustados», denuncia una vecina afectada por los altercados generados.

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