Llíria utiliza drones para erradicar un cactus invasor en el paraje de Sant Miquel

Un convenio con la UPV permite eliminar esta plata en la escarpada zona de difícil acceso para operarios

Llíria y Orihuela son los principales focos

Amparo Soria

Amparo Soria

Un nuevo ayudante está contribuyendo en la eliminación de un cactus invasor que tiene tomada el paraje del Tossal de Sant Miquel de Llíria. Los esfuerzos del consistorio en eliminarlo mandato tras mandato han llevado a firmar un convenio con la Universitat Politècnica de València por el que se está llevando a cabo una sulfatación desde el aire con drones sobre los núcleos de ‘Cylindropuntia pallida’, una especie exótica de rápida reproducción que ha tomado el cerro de Sant Miquel y otros puntos del municipio. 

Según explican en la concejalía de Medio Ambiente, esta es una forma innovadora de poder aplicar el herbicida en zonas escarpadas donde los operarios municipales o los voluntarios no pueden acceder. Mediante un colorante en el producto, se identifica fácilmente los ejemplares que han sido tratados.

Los costes de erradicar esta especie se elevan, según explican, hasta el millón de euros. Estos núcleos de población del cactus están centrados en Llíria y en Orihuela, y desde la capital del Camp de Túria viajan rápidamente a otros municipios de alrededor, tal como explica la concejala de Medio Ambiente, Consuelo Morató, quien asegura que se han visto ejemplares en Benaguasil, Vilamarxant e incluso Bétera. 

Normalizar su presencia

Morató explica que una de las peores consecuencias que tiene esta planta sobre el paisaje es que las personas normalicen su presencia, porque en absoluto se trata de una especie autóctona. De hecho, se trata de una problemática similar a la que tienen otros municipios con la caña asiática

«Hemos habilitado una aplicación de atención ciudadana donde pueden enviar las incidencias en el municipio y animamos a que los ciudadanos nos envíen el lugar donde han detectado la presencia de este cactus», dice la concejala. Así han podido localizar varios núcleos en urbanizaciones sobre los que han podido actuar.

El origen podría estar en el Monasterio

No se le conoce ningún uso a esta especie, por lo que por ahora parece no poder tener otro uso. El motivo por el que esta especie llegó a Llíria, según Morató, también es incierto, aunque hay una leyenda en el municipio que podría explicarlo: «Hace años había monjas en el monasterio de Sant Vicent que venían de México, y se dice en el municipio que fueron ellas las que lo empezaron a plantar como un recuerdo de su país». Leyenda o realidad, lo cierto es que el municipio busca limitar su reproducción. Morató señala que solo de llevarla en una zapatilla, o en el pelo de una mascota, es capaz de enrraizar en cualquier otra parte.