Gàtova encuentra a dos horneros y evita el cierre del obrador

Una pareja asume el negocio diez días después de que el ayuntamiento pidiera ayuda para evitar el cierre

Enriqueta e Iván junto a Salmerón.

Enriqueta e Iván junto a Salmerón. / LEMV

Amparo Soria

Amparo Soria

Gàtova puede respirar algo más tranquila porque uno de sus servicios se queda. El horno pastelería Las Delicias va a mantener sus puertas abiertas gracias a Enriqueta ‘Kety’ e Iván, una pareja de artesanos que han decidido alquilar este negocio tras haber visto la noticia enLevante-EMV.

Hace diez días, el consistorio lanzó un mensaje pidiendo públicamente ayuda para encontrar un relevo generacional que mantuviera el único obrador que queda en Gàtova abierto, después de que Amparo, la histórica pastelera del municipio, se jubilara y cerrar el negocio.Decidió entonces alquilar el local con toda la maquinaria al día, que había sido utilizada hasta hace escasas semanas. Todo estaba listo para que otras personas pudieran asumir este trabajo. 

Sin embargo, enGàtova, con 392 habitantes según el censo de 2018, no había nadie dispuesto a continuar.Hasta que las redes sociales, a través del consistorio que dirige Jesús Salmerón, hicieron público este anuncio y a través de este diario llegó a esta pareja que a partir de ayer ya está instalada en el municipio

Obrador de pan en el Horno las Delicias de Gàtova, que busca nuevo arrendatario.

Obrador de pan en el Horno las Delicias de Gàtova, que busca nuevo arrendatario. / L-EMV

Iván es de Sueca y Kety de València, pero ahora ya son dos vecinos más de Gàtova, donde se han instalado y se muestran ilusionados con el reto que se presenta. Él, además, es profesor en elGremio de Panaderos y Pasteleros de València, pero mantendrá este negocio junto a su pareja ya que el municipio enclavado en la Calderona está a 50 minutos de València. 

La desesperación por evitar el cierre deriva de que este obrador es uno de los pocos servicios que hacen a la vez el papel de punto de encuentro vecinal.Por eso, su extinción abocaba a los residentes no solo a no tener pan o dulces, sino a dejar de verse cada mañana. Hasta ahora, la propia Amparo, ya jubilada, y Julián, del Horno y Pastelería ‘El Ensanche’, estaban dando el servicio tres veces a la semana de forma temporal hasta que se encontrara un relevo. Ahora, Gàtova puede presumir de haber desafiado el éxodo rural con dos pasteleros que seguirán dando servicio al vecindario.