El Consorcio Valencia Interior renueva por tres años el convenio de tratamiento de residuos del COR-V5

La falta de infraestructuras obliga a desplazar los residuos a otras plantas para la valorización y rechazo

Asamblea del Consorcio Valencia Interior esta semana.

Asamblea del Consorcio Valencia Interior esta semana. / L-EMV

Amparo Soria

Amparo Soria

El Consorcio Valencia Interior ha aprobado renovar el convenio con el COR-V5 que permitirá, durante tres años más, tratar los residuos del organismo que da servicio a la Safor, la Vall d’Albaida, la Costera, la Canal de Navarrés y el Valle de Cofrentes-Ayora. Así, el CVI, con un presupuesto de 28,6 millones, recibirá algo más de un millón por parte del COR para gestionar parte de sus residuos en las plantas de Llíria y Caudete de las Fuentes. En concreto, se prevé en el acuerdo que se depositen un máximo de 40.000 toneladas al año.

Este trabajo se ha realizado desde 2017 como una "solución transitoria", pero lo cierto es que la carencia de instalaciones adecuadas que permitan tratar la totalidad de los residuos en el COR obliga a este organismo a trasladar parte de sus residuos a estas plantas. De hecho, la renovación del convenio se produce la petición del órgano de Xàtiva porque desde hace siete años no se han provisto a sus instalaciones de las herramientas necesarias para la valorización y el rechazo de la fracción de resto (contenedor gris) que va al vertedero así como los residuos orgánicos del contenedor marrón que se transforman en compost. No solo se ha firmado este convenio con el CVI, sino que el COR se ha visto obligado a que la Emtre y el Consorcio Ribera-Valldigna asuman parte de estos restos.

Las plantas de Llíria y Caudete de las Fuentes sí tienen capacidad para asumir estos residuos "bajo el principio de responsabilidad compartida que marca el Plan Integral de Residuos de la Comunitat Valenciana y la normativa estatal y europea para afrontar los retos en materia de gestión de residuos", señalan en un comunicado.

Lo cierto es que el traslado de esos residuos desde las cinco comarcas a las plantas de tratamiento de las otras tres entidades le cuesta al COR más de tres millones de euros. Lo que se planteó como una situación que se resolvería en torno a los tres años desde que se pusiera en marcha el consorcio se ha terminado por alargar 10 años, ya que no tiene plantas propias de tratamiento y eliminación para ñlas 125.000 toneladas al año que generan, con el foco puesto sobre todo en la Safor por ser la comarca de mayor población y, por tanto, impacto. 

La depenencia en terceros supone un elevado coste que repercute, al mismo tiempo, en la tasa de la ciudadanía, un impuesto que «seguirá subiendo», como reconoció la presidenta del COR-V5 y alcaldesa de Bellús, Susana Navarro, en una entrevista a Levante-EMV: «Mientras no dependa de nosotros, sino de terceros, al no tener las plantas adecuadas, estamos sometidos a convenios y negociaciones», reconoció. 

Ocho nuevas instalaciones

Las necesidades del COR para poder autogestionarse pasan por la construcción de ocho plantas. En concreto, se necesita una planta de eliminación, un vertedero, cinco plantas de biorresiduos y una planta para voluminosos y restos de construcción y demolición. Para ello, además, no solo se necesitan fondos, sino que también requiere de terrenos que los ayuntamientos consorciados deben ceder, lo que genera suspicacias por las molestias que podría causar al vecindario pese a que la tecnología actual ya permite construir plantas con escaso impacto ambiental y social. 

Aprobación de presupuesto

En la misma asamblea se aprobó el presupuesto para 2024 del ente que asciende a 28.693.521 euros para tratar los residuos de 61 municipios del Camp de Túria, la Serranía, la Hoya de Buñol, Utiel-Requena y el Rincón de Ademuz. En Llíria se encuentra la planta de tratamiento y en Caudete de las Fuentes se encuentra el vertedero, y el presupuesto de este ejercicio supone un incremento de cinco millones respecto al año anterior.