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la ciudad de las damas

disculpen, pero nos están asesinando

Hay una parte del país que se ha ido de vacaciones, de procesiones o a cualquier otra actividad lúdico-festiva útil para tomarse un merecido descanso. Sin embargo, unos cuantos malnacidos han seguido cometiendo los mismos crímenes que vienen cometiendo desde que el mundo es mundo, contra las mujeres que también desde los principios de la Humanidad, han sido y son objeto de una violencia que no admite justificación, ni explicación. Cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo. Eso significa que en los 5 minutos que alguien tarda en leer estas líneas 15 mujeres habrán sido agredidas. Siguiendo con las cifras, que deshumanizan pero son también capaces de poner negro sobre blanco la magnitud de este fenómeno, hay otra que dice que en España, cada hora, serán 20 las mujeres que llamarán al servicio 016 para pedir ayuda. Veinte cada hora.

El último informe de la Agencia de Derechos Fundamentales, asegura que un 12 % de las mujeres españolas tiene miedo a sus parejas y el 33% ha sufrido violencia psicológica. Eso es una de cada 3 mujeres en España. Puede que estos datos no impresionen a quien tiene encallecido el corazón y anestesiadas las emociones. Tantos casos, tantos titulares, tantas veces repetida la historia hace que se normalicen realidades que deberían quitarnos el sueño, borrarnos la sonrisa y robarnos la alegría.

Las palabras son gratis; más en campaña. Hay momentos, claro. En determinadas fechas, todo el mundo saca la corbata negra a pasear, se coloca la cara de circunstancias y redacta un bonito discurso/comunicado donde aparecen palabras como lacra, rechazo, protección? Las palabras son gratis, ya se sabe pero la realidad es que en nuestro país, durante cada año de esta última legislatura, se ha dedicado en los presupuestos del Estado lo mismo a luchar contra este problema, que en construir ocho kilómetros de autovía. Y en estos momentos, el país está inmerso en importantes debates referidos a cuestiones fundamentales como la viabilidad del sistema social y político en que vivimos u otros menos trascendentales, como la victoria de Belén Esteban en el Gran hermano VIP. Ocupan titulares dirigentes de partidos que emergen y de partidos que se hunden, arrasan las encuestas que a unos tranquilizan y a otros desestabilizan. Se percibe todo un bullicio social y político absolutamente legítimo, demostrativo de la vitalidad de los intereses de una sociedad que parecía muerta y ha resucitado.

Y sin embargo, plagiando a mi tocaya Mar Esquembre que así lo escribía en el diario Información de Alicante, «disculpen las molestias pero es que nos están asesinando» y ante esta realidad, cualquier otra preocupación, interés, desvelo o inquietud, deberían desaparecer dando paso a una intervención colectiva y una implicación individual que de una vez por todas desarmara a los agresores y protegiera a las mujeres.

Es lo que reclamamos. Las asociaciones de mujeres reclaman un Pacto de Estado, por encima de intereses partidistas, de imposiciones ideológicas, de oportunismos y rentabilidades electorales; reclaman decisiones que articulen acciones sustentadas en los recursos económicos y humanos necesarios. En una ciudad como Xàtiva, las mujeres reclamamos que en el festival electoral que se avecina, los partidos incorporen a sus programas este compromiso fijado con plazos y la máxima concreción. Que los medios de comunicación locales, aunque no suban audiencia, incrementen la atención y mejoren el tratamiento del tema. Que los comerciantes se impliquen en las campañas de sensibilización. Que los centros de educación incorporen a sus programaciones actuaciones preventivas y educadoras. Que el personal sanitario actúe ante la detección de señales de peligro. Que las fuerzas de seguridad ejerzan las funciones de protección con total preparación y disposición. Hay tanto por hacer! Empezando por causar todas las molestias posibles a los miserables que se encogen de hombros, disfrazan el problema o lo subordinan a sus propios intereses porque, nos tendrán que disculpar, pero es que nos están asesinando.

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