El viernes próximo (19.30 horas) serán trasladados los restos mortales del primer abad mitrado de la Seu de Xàtiva, Juan Vayá, a la Colegiata 32 años después de su muerte ocurrida el 11 de mayo de 1983. «Recibirá el homenaje que merece por su labor en la Seu de Xàtiva. Llegó aquí en mayo de 1939 y se encontró con una Colegiata quemada y destruida y además con muchas heridas humanas abiertas; habían asesinado a casi todo el Cabildo de la Colegiata», recordaron fuentes de la Seu.
Juan Vayà había nacido en l'Olleria el 17 de abril de 1894 y fue ordenado sacerdote en 1917. En Xàtiva comenzó a trabajar en la misión que le había encargado el arzobispo. Manda esculpir la imagen de la Mare de Déu de la Seu para la fiesta de ese mismo año. Y luego Mariano Benlliure dejará su huella en la preciosa imagen que preside el altar mayor. «Ya por eso don Juan pasa a la historia de nuestra Iglesia Colegial», destacaron.
Para Arturo Climent, abad de la Seu, «su recuerdo perdura por todas partes. Su trabajo, entrega y dedicación forma parte de nuestra historia. Resaltando su labor pastoral, porque don Juan fue un buen pastor de esta parroquia; se preocupó de la vida cristiana y espiritual de sus fieles y no sólo por medio de la Gran Misión y el Congreso Eucarístico de 1948 sino en el día a día: trabajó en la catequesis, en la Acción Católica, en la visita a los enfermos y con los más necesitados abriendo un comedor social el 27 de noviembre de 1949, donde dio de comer a mucha gente de Xàtiva durante 17 años».
Vayà pidió al Ayuntamiento de Xàtiva que declarase festivo el 1 de agosto, fiesta de sant Feliu, pues era día laborable; potenció la misa dominical, la misa vespertina a partir 1 de enero de 1960, el 500 aniversario del papa Calixto III, el retablo del Nazareno o las pinturas de Tudela para las pechinas de la cúpula, entre otras actuaciones. Dejó la Seu en 1969. Se fue a Valencia u regresó a Xàtiva después, donde murió el 11 de enero de 1983
